Cada uno muestra lo que es en los amigos que tiene.
Baltasar Gracián

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Encantada de poder volver a ponerme en contacto con todos vosotros. Me gustaría compartir esta tarde con vosotros una película que, aunque no es una “gran película”, nos servirá para poder discernir y comentar algo por lo que esta nueva sección ha empezado. El film es Bajo cero (2006, Frank Marshall), remake de la afamada película japonesa Nankyoku Monogatari.

bajo cero

Fotograma de Bajo cero. Derechos reservados a su distribuidores y/o productores

La historia narra una expedición a la Antártica y los sacrificios que la ciencia debe hacer para poder poner orden en los estudios que acomete. Pero hay algo más, el ser humano parece el centro de todas las cosas en el filme, aunque comparte espacio con un gran amigo desde hace muchos siglos, quienes hacen que esas aventuras se puedan llevar a cabo, me refiero al perro.

Las aventuras de estos científicos Jerry Shepard (Paul Walker) y Cooper (Jason Biggs), se acaba por la llegada de una gran tormenta; después de que la vida de los científicos es salvada por los perros, ellos, como quien ha aprendido a obedecer aunque en ello vaya su vida por salvar a los otros, se quedan en la Antártida. Disney en esta ocasión nos va explicando y relatando lo importante de esa amistad. Por una parte consigue lo que el científico iba buscando, y por la otra, la injusticia de dejar a los canes atados, solos, para poder volver a por ellos, cosa que no se puede llevar a cabo.

Y como esos mamíferos tan inteligentes se abren camino y sobreviven a los seis meses que se quedan perdidos en el hielo y sin víveres. El cuidador no dejó en todo momento de hablar y llamar a todas partes para regresar a por ellos; al final, aunque ya sabéis que no me gusta contarlo, acaba bien.

paul walker bajo cero

Fotograma de Bajo cero. Derechos reservados a su distribuidores y/o productores

Basada en hechos reales, no nos cuenta nada que los amigos de los canes no sepamos, y las notiicas no nos hayan demostrado. Hay una parte que me ha llamado poderosamente la atención, y es que el explorador miró hacia atrás y siguió adelante. El macho alfa de la manada, sin embargo, miró hacia atrás y volvió a por el que estaba herido, se sue fue sin él.

Tenemos mucho que aprender. En las cabecitas de esos perros, después de tanto tiempo, no hubo rencor, no miraron al científico con mala cara,  sino que le reciben con fuertes lametones y “trufazos”, como cariñosamente llamaba una amiga al hocico de su “amigo”.

Como reza la máxima, muy sabiamente cada uno muestra lo que es por la calidad de los amigos que tiene.

Con todo el cariño, espero que os guste. Desde Canes al cine.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *