Cuanto más amemos y nos demos, tanto más valor y sentido tendrá nuestra vida.

Hermann Hesse

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy vamos a reflexionar sobre la película irlandesa Róise y Frank (2022), escrita y dirigida por Rachael Moriarty y Peter Murphy.

La historia nos lleva a una localidad costera en Irlanda, donde Róise (Bríd Ní Neachtain) acaba de enviudar. Su vida es un constante penar, siempre está acostada en su cama a oscuras, tan solo se levanta para preparar su desayuno, pero regresa de inmediato a su cuarto a dormir con sus penas.

Su hijo, Alan (Cillian O’Gairbhi) el doctor de la localidad, es constantemente cuestionado por sus pacientes acerca de su madre, y él les dice lo que ella le escribe por mensajes, que está bien. Un día, Róise se pone a echar la leche a su café y ve que ya está cortada, por lo que sale a hacer la compra. Su vecino la mira atravesar el jardín y le llama, le pregunta cómo está, pero ella le ignora y sigue su camino, intentando asumir su pérdida.

Lo mismo sucede en el supermercado, donde hace caso omiso a las recomendaciones del personal, ella solo desea regresar a casa. Pero esta vez, un perro callejero la sigue. Róise le lanza piedras para asustarlo. Mientras tanto, su vecino expresa sus intenciones de cortejar a Róise a su hijo, algo que no acaba de agradar a Alan, quien decide ir a ver a su madre con su bebé. Al llegar, se encuentra al perro en casa, ya que durante todo el trayecto ha insistido en estar con Rósie. Aunque intenta deshacerse de él, el perro siempre regresa.

Mikey (Ruadhán de Faoite) es un niño al que le gusta mucho el fútbol. Va todos los días a entrenar, y cada día insiste e insiste en dar a la pelota contra la portería pintada en ella. Curiosamente, el marido de Rósie, Frank, era un gran jugador de fútbol.

Poco a poco, el perro se va haciendo dueño del cariño y el amor de Rósie, la acompaña al lugar especial a donde ella va a pasear, le gusta la comida que su antiguo marido comía, el televisor vuelve a funcionar y el perro mira los partidos y, además, se acuesta al lado de Rósie. Tanto, que acaba bautizándolo Frank, en honor a su marido.

Alan, su hijo, comienza a preocuparse, pues su madre cree que el perro es su padre reencarnado, ya que él prometió no dejarla nunca y ha vuelto. Hasta tal punto esta idea es cierta, que Rósie incluso comienza a cocinar, a arreglarse de nuevo y a vivir,  regresando al coro al que pertenecía, y en el que su vecino es el director.

A su vez, Mikey avanza en su idea de ser un gran jugador de fútbol gracias a Frank, quien le acompaña en sus entrenamientos hasta que el niño es admitido en el equipo del colegio y se convierte en una gran figura. La aventura es para vosotros.

He elegido esta película porque se trata de una historia en la que podemos volver a dar espacio a los canes que tanto nos gustan. La cantidad de personas que nos pueden hablar de lo importante que ha sido y es un perro en su vida. A Rósie le ayuda a creer en ella y a volver a caminar; a Mikey le entrega la magia de ser fuerte y creer en él.

El perro es un amigo que ha convivido con nosotros por muchos años y que forma parte de nosotros.

Por eso, como reza la máxima, cuanto más amemos y nos demos, tanto más valor y sentido tendrá nuestra vida.

Con todo el cariño, feliz verano para todos (e invierno en otras latitudes).

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