Lo ha conseguido. Tal como había prometido, Álex de la Iglesia ha cumplido su propósito de atraer al cine español a su realizador fetiche, Pedro Almodóvar, tras cinco años de ausencia en la gala anual del Cine Español. Y lo ha hecho sin publicidad, en sentido estricto, y sin dar aspavientos ni hacer grandes alardes. De forma espontánea y natural, el realizador manchego ha aparecido al final de la ceremonia, como todo lo bueno, para otorgar el Goya a la Mejor Película del Año a Celda 211, la gran favorita que no ha defraudado las expectativas posadas sobre ella. Con sus ocho estatuillas, que incluyen la de Mejor Actor (Luis Tosar), Mejor Guión Adaptado, Mejor Montaje, Mejor Director (Daniel Monzón) y Mejor Actor Revelación (Alberto Ammann), Celda 211 ha desbancado a sus rivales, entre ellas la magnífica Ágora de Alejandro Amenábar, que hubo de conformarse con sus siete premios Goya, repartidos en su mayoría en las categorías técnicas, si bien con un merecido Goya al Mejor Guión Original. La gran derrotada de la noche fue sin duda El baile de la victoria, del oscarizado realizador Fernando Trueba, quien a pesar de la carencia de galardones, hizo gala de un magnífico sentido del humor, en una de las noches más animosas de los últimos años. A ello contribuyó, indudablemente, un maestro de ceremonias como Andreu Buenafuente, quien supo combinar la seriedad con el júbilo sin perder la propensión a los gags que le hicieran célebre. Sus constantes alusiones a Antonio Resines o su declaración de amor a Penélope Cruz, se entrecruzaron con momentos de emoción como el Goya Honorífico a Antonio Mercero, cuya ausencia no sólo se suplió con la presencia de sus hijos Antonio e Ignacio Mercero, sino que fue permutada por una entrega personal y meritoria en su propio domicilio por el Presidente de la Academia., quien le hizo entrega del “regalito de tus amigos de profesión”, en palabras del propio De la Iglesia.

Y es a él, en exclusiva, al que debemos no sólo el éxito de la gala, sino la anécdota de la noche, con su censora recomendación de aligerar los agradecimientos sorteando mencionar la gratitud de los premiados hacia sus parientes. Con un esperado discurso que resultó tan lacónico, humilde e imperioso como el de su investidura, De la Iglesia recordó que la industria cinematográfica no está compuesta por artistas, sino por trabajadores a los que pagan por la labor bien realizada. En este año, ha proseguido el realizador, la industria española ha conseguido desbancar a las producciones foráneas en los primeros puestos en las salas de cine, “con lo difícil que es sobrevivir una semana en taquilla”, algo que demuestra que nuestra industria está sólidamente fortalecida por grandes proyectos y buenos profesionales. El 2009, añadió, ha sido uno de los años más “vivos, comprometidos y polémicos” del cine español, lo que no es sino muestra de que el cine es tan sólo “la imagen grotesca de nuestro entorno”. Asimismo, De la Iglesia ha hecho un llamamiento a los sectores industriales y grupos de poder, especialmente las televisiones privadas, a quienes no ha solicitado su “generosidad”, sino que ha ofrecido la inmejorable “disposición del cine” para llevar a cabo en connivencia proyectos de mayor calidad y aumento de número de espectadores. Finalmente, el Presidente ha añadido que, si un rodaje no se para jamás, el cine tampoco se podrá parar, al tiempo que ha deseado para este próximo año “fuerza y honor” al cine español.

Sin duda una gala con grandes sorpresas, valedora de una calidad muy superior a la de años predecedentes, y que ha demostrado que el cine español está consiguiendo consolidarse, paso a paso, como una de los más consistentes industrias cinematográficas de Europa. Todo un privilegio que debemos al cine español y, en especial, al quijotesco presidente que ha conseguido reunir a lo mejor y más granado de nuestra industria en una sola noche. Y eso que tan sólo lleva ocho meses de presidencia. Qué no podrá hacer Álex de la Iglesia en un par de años más.

PALMARÉS

Mejor Película
Celda 211

Dirección
Daniel Monzón, Celda 211

Guión adaptado
Daniel Monzón y Jorge Guerricaecheverria, Celda 211

Actor protagonista
Luis Tosar, Celda 211

Actriz protagonista
Lola Dueñas, Yo también

Actor de reparto
Raúl Arévalo, Gordos

Actriz de reparto
Marta Etura, Celda 211

Actriz revelación
Soledad Villamil,  El secreto de sus ojos

Actor revelación
Alberto Ammann, Celda 211

Montaje
Mapa Pastor, Celda 211

Sonido
Sergio Burmann, Jaime Fernández y Carlos Faruolo, Celda 211

Guión original
Mateo Gil y Alejandro Amenábar, Ágora

Dirección de producción
José Luis Escolar, Ágora

Fotografía
Xavi Giménez, Ágora

Diseño de vestuario
Gabriella Pescucci, Ágora

Maquillaje y / o Peluquería
Jan Sewell y Suzanne Stokes-Munton, Ágora

Dirección artística
Guy Hendrix Dyas, Ágora

Efectos especiales
Chris Reynolds y Félix Bergès, Ágora

Película hispanoamericana
 El secreto de sus ojos, Argentina

Película europea
Slumdog Millonaire, Danny Boyle (Reino Unido)

Dirección novel
Mar Coll, Tres días con la familia

Guión original
Mateo Gil y A. Amenábar , Ágora

Guión adaptado
Daniel Monzón y J. Gerricaechevarría , Celda 211 211

Música original
Alberto Iglesias, Los abrazos rotos

Canción original
Yo también , Yo,también

Dirección de producción
José Luis Escolar, Ágora

Fotografía
Xavi Giménez, Ágora

Película animación
Planet 51, Antena 3 Films, Chuck & Lem, HandMade Films Limited, Illion Studios

Película documental
Garbo, el hombre que salvó el mundo, Centuria Films, Colosé Producciones, Ikiru Films

Cortometraje de ficción
Dime que yo, Mateo Gil

Cortometraje documental
Flores de Ruanda, David Muñoz López

Cortometraje de animación
La dama y la muerte, Javier Recio Gracia

Goya de honor
Antonio Mercero

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