El hombre que se levanta es aún más grande
que el que no se ha caído.
Concepción Arenal

Queridos amigos de Todos al cine:

Es un placer volver a estar con todos vosotros, hace tiempo que no reflexionamos sobre alguna película, y creo que ésta os gustará, The Artist (2011, Michel Hazanavicius). Considero que Hazanavicius apostó muy fuerte por algo que aparentemente había quedado obsoleto, como es el blanco y negro, y aunque otros directores ya habían probado y con éxito este formato, como es el caso de Woody Allen (Manhattan, Celebrity, Sombras y niebla) o Spielberg (La lista de Schindler), hacer esta incursión en el blanco y negro hoy en día, y con cine mudo, es mucho arriesgarse.

the artist en todo es cine

Fotograma de The Artist (2011, Michel Hazanavicius), producida por Studio La Petite Reine, ARP Sélection, Studio 37, La Class Americane, France 3 Cinema, U Film, Jouror Productions, JD Prod, Wild Bunch, distribuida por Alta Films España.

Es una película que engancha a excepción de alguna salvedad (las personas, aunque sea en tan poco tiempo, hemos ido evolucionando, y hacer una recreación de otra época siempre es algo complicado, por muy bien que esté hecho el vestuario y los complementos; la complexión del cuerpo actual y las facciones han cambiado, y aunque Jean Dujardin es muy semejante, Bérenice Bejo no lo es tanto). Como digo, salvo esta pequeña brecha, la película dice mucho más de lo que parece.

Es la historia de un hombre, George Valentin (Dujardin), que es el actor de moda en los años veinte, la época del cine mudo; en su vida aparece Peppy Miller (Bejo), una chica que aspira a deslumbrar y hacerse un huevo en ese maravilloso e inexpugnable mundo, pero que no acaba de encontrar esa chispa. George se fija en ella y con ese punto, que también dejó en su cara en forma de peca, se convirtió con el tiempo en la chica que pasa de mera corista a la intérprete más y mejor pagada de la época. En la misma proporción el estrellato de George se va a pagando y tras ser el rey del mudo, llega a otra fase, a otra historia, la del sonoro, en la que Peppy es la reina de las taquillas. Pero George se desmorona, su matrimonio, sus posesiones, su casa, lo pierde todo; sólo su perro Jack (Uggie) será su única y estupenda compañía: cuando le apuntaba con los dedos en forma de pistola y decía “bang”, Jack se hacía el muerto; él hacía que su mundo estuviera lleno de compañía; tanto que cuando su vida estuvo en peligro, Jack fue el ángel de la guarda que le salvó de fenecer.

the artist en todo es cine

Fotograma de The Artist (2011, Michel Hazanavicius), producida por Studio La Petite Reine, ARP Sélection, Studio 37, La Class Americane, France 3 Cinema, U Film, Jouror Productions, JD Prod, Wild Bunch, distribuida por Alta Films España.

Pero no todo estaba zanjado. Había acabado una historia, ahora empezaba otra diferente, distinta, con otra alegría. Esa ayuda, al igual que tiempo atrás él se la había proporcionado a Peppy, ésta se la devolvió, ella nunca olvidaba a quien le debía un favor. Ahora el baile vuelve a comenzar y ambos tienen que disfrutarlo. La vida sigue.

the artist en todo es cine

Fotograma de The Artist (2011, Michel Hazanavicius), producida por Studio La Petite Reine, ARP Sélection, Studio 37, La Class Americane, France 3 Cinema, U Film, Jouror Productions, JD Prod, Wild Bunch, distribuida por Alta Films España.

Es una película distinta, pero en el fondo su argumento es un mensaje de alivio, de saber que a veces donde estés, en lo más alto, si ayudaste a una persona, la vida ahora te devuelve la ayuda de la misma persona. Entiendo que no todo el mundo, por desgracia, funciona igual; aunque estemos hechos de la misma pasta, a unos se les quiebra, pero a otros nunca se les olvida el bien que otras personas le hicieron. Espero de corazón que a todos, sobre todo a quienes lo necesitéis, os vuelvan las cosas buenas, aunque es muy importante tener amigos y volver a levantarse, como reza la máxima. Yo hoy os voy a proponer una de las confesiones de San Agustín:

“Conversar, reír, servirnos mutuamente con agrado, leer juntos libros bien escritos, chancearnos unos a otros, divertirnos en compañía; discutir a veces, pero sin animadversión, como cuando uno disiente de sí mismo, y con tales disensiones, muy raras, condimentar las muchas conformidades; enseñarnos mutuamente alguna cosa, suspirar por los ausentes con pena y recibir a los que llegan con alegría Con estos signos y otros semejantes que proceden del corazón[…] nuestras almas y de muchos se hacen una sola”

Espero que os guste, y que en estos malos tiempos, volvamos a hablar siempre de todos los buenos amigos que tenemos y que somos en Todos al cine.

Con todo el cariño, desde Canes al cine.

Recuerdos para una gran amiga, Eny, que ahora merece todo el cariño de todos los amigos que la queremos. Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *