No morir en el intento
Es sabido que, cuando uno decide enamorarse, acepta a su amado en lo bueno y en lo malo; en la salud y en la enfermedad. Cuando uno decide, además, ser amante del cine, el imperativo de lealtad es aún más imperioso, más radical. Porque amar al cine es, sin dudarlo, defender sus fotogramas a ultranza, […]