Up: una aventura de altura es una de esas películas de Disney y Pixar que, a priori, no es que sea muy atractiva, pero quien se anima a verla se da cuenta de que es una verdadera joya. Estrenada en 2009 y dirigida por Pete Docter, es la primera que Pixar exhibió en 3D. Su trama poco común la hacen única: un anciano de 78 años y un niño de 8 son los protagonistas, ambos persiguen un sueño distinto pero unidos por el destino, dándonos una gran lección vital: nunca es tarde para empezar. Carl es un anciano que ha perdido las ganas de vivir, viudo, sin hijos… Creo que lo único que le queda es esperar a la parca, no sin antes cumplir el sueño de su gran amor, su mujer, e ir a las Cataratas del Paraíso en Suramérica. Se puede decir que se quedó solo in hac lachrymarum valle.
Rusell es un niño no muy popular, cuyo padre está muy ocupado para poder atender las necesidades afectivas del pequeño. Además es boy scout, hecho que hace que quiera ayudar a Carl toda costa para conseguir una insignia. Si todo esto no fuera poco, no es que Russell sea muy popular… Carl crea un plan disparatado para lograr el sueño de su mujer, volar con su casa gracias con un montón de globos de helio, pero Rusell con su afán por conseguir su insignia, se quedará por accidente atrapado en una aventura donde hasta los perros hablan y las aves exóticas tiene un lugar dentro de la trama del film, en la que no faltará emoción y muchas, muchas ganas de vivir…
En mi opinión Up es una joya de la que se debería haber sacado más brillo, una pequeña obra de arte con grandes dosis de vitalismo y optimismo que en estos momentos, en mi humilde opinión, nos hace falta a todos.
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