Los Goya al borde de un ataque de nervios. Y es que veinticinco años no se cumplen todos los días. La familia del cine, grande y (según dicen) desavenida, ha celebrado entre polémica su vigésimo quinto aniversario con muchos nervios, mucho humor, aunque sobre todo, como cualquier familia que se precie, mucho amor.
Si el año pasado surgía para conmoción general el hijo pródigo que es y siempre será Pedro Almodóvar, este año la fiesta del cine español se congratula al poder contar entre sus filas, con todos aquellos momentos que han ido dibujando el fresco de nuestra cinematografía año tras año, durante este cuarto de siglo. Fundada por doce profesionales, doce hombres con piedad y muchos sueños, ninguno de ellos podría haber imaginado que el título triunfador de la noche, iba a ser una cinta catalana cuidada al detalle, hasta el más cruel, como Pa negre, del finalmente reconocido, Agustí Villaronga. Media docena de títulos le ha costado llegar a lo más alto del palmarés cinematográfico español, aunque sus nueve estatuillas, incluidas las de Mejor Director, Mejor Película, Mejor Guión Adaptado y Mejor Intérprete femenina, hayan suplido tantos años de sombra y no reconocimiento.
Balada triste de trompeta, pese a sus quince nominaciones, representó el gran varapalo para las quinielas, constituyendo una de las grandes perdedoras de la noche (sólo Goya a Mejores efectos especiales y Mejor maquillaje). Junto a ella Buried, (tres estatuillas) y También la lluvia (igualmente con tres Premios Goya), se quedaron postradas ante la supremacía de Pan negro.
De marcado tono conciliador, honesto y lúcido, el discurso del Presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, fue contundente y apaciguador con quienes han sembrado controversias en las relaciones entre el realizador y la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. A este respecto, De la Iglesia no ha podido ser más rotundo: “puede parecer que llegamos a este día separados –ha señalado el director bilbaíno- con puntos de vista diferentes en temas fundamentales. Es el resultado de la lucha de cada uno por sus convicciones, y nada más, porque en realidad, todos estamos en lo mismo, que es la defensa del cine”. A ellos precisamente, a los compañeros de profesión, ha agradecido el largo camino que recorren juntos “en la diferencia y hasta en la divergencia”, matizando que a pesar del ruido que parece emerger del mundo del espectáculo, la discusión no es en vano, ni frívola ni precipitada. Al público, a ese fin último de esta industria, ha dedicado De la Iglesia su discurso y su trabajo, a quienes hacen posible que los cineastas, técnicos y artistas, puedan vivir de su sueño. Apostilló el director de Balada triste de trompeta, ser consciente de la noción de crisis que planea sobre nuestra industria, algo que, según el realizador, no es sino muestra de que las reglas del juego han cambiado, estando ya lejos de los parámetros iniciales del cine de hace veinticinco años. Finalmente, se ha despedido de su presidencia honrando a quien ocupe su cargo en el futuro, de quien ha dicho, aun sin saberse todavía su identidad, quererle ya como si lo conociera.
En una gala marcada por los imprevistos, los nervios, el desconcierto y el retraso, quizá la anécdota de la noche fue la irrupción precipitada de un espontáneo, Jimmy Jump, quien hizo suyo el escenario cuando cuatro grandes intérpretes femeninas, Mercedes Sampietro, Ariadna Gil, Lola Dueñas y Pilar López de Ayala, se disponían a darle a Javier Bardem su preciado Goya a Mejor Intérprete masculino por Biutiful.
Anécdotas al margen, de lo que no cabe duda es que ha sido una noche cargada de emoción, en parte promovida por el Goya al Mejor documental para Bicicleta, cuchara, manzana, contando como invitado de excepción con Pasqual Maragall para explicar en primera persona, la experiencia de vivir y sufrir Alzheimer.
Tampoco quedan atrás en emociones los folios verdes que atesoraba Mario Camus al recibir su Goya Honorífico, toda una carrera consagrada al cine, recordando cómo envejecen las películas y cómo el trabajo tan sólo queda como un recuerdo, instando, eso sí, a seguir adelante, “seguir aunque no se vaya a ninguna parte”, como bien ha matizado, y haciendo hincapié en nombres propios como Carlos (Saura), Basilio (Martín Patino), o Juan Antonio (Bardem) profesionales que compartieron generación, entusiasmo y admiración por el cine. Precisamente fue la familia Bardem una de las innegables y merecidas protagonistas de la noche. Triunfador en el escenario y fuera de él, Javier Bardem recordó a compañeros y familiares, verdadero soporte vital, ante la atenta mirada de la gran Pilar Bardem.
Si hemos de destacar algún detalle, sin duda el discurso de agradecimiento de Karra Elejaldre entrará en los anales de la profesionalidad, capacitación y minuciosidad narrativa. Junto a él, la humanidad de Imanol Arias al animar con ternura a Marina Comas, Mejor Actriz Revelación por Pa negre; el celebrado y merecido Goya de Jorge Drexler y la honestidad profunda del discurso de presentación de Lola Dueñas a Javier Bardem.
A pesar de que la gala ha durado dos horas y media, y de los innumerables rostros añorados y reencontrados en una industria en ocasiones ingrata con sus artistas, hemos de reconocerle menor talento que en otras ocasiones para atraer al público, con excesivas digresiones, discursos imperecederos y demasiados fallos técnicos de sincronización, sonido e imagen. No obstante, el talento de Buenafuente, la disponibilidad de los invitados, el amor mutuo de esta gran familia, hace que sin duda podamos celebrar, un año más, la gran fiesta del cine español. Como intachablemente concluyó Mario Camus, la mejor oportunidad para poder seguir hablando de lo nuestro, de lo que nos une: de nuestro cine.
PALMARÉS
Mejor Película
Pa negre
Dirección
Agustí Villaronga, Pa negre
Guión adaptado
Agustí Villaronga, Pa negre
Actor protagonista
Javier Bardemr, Biutiful
Actriz protagonista
Nora Navas, Pa negre
Actor de reparto
Karra Elejalde, También la lluvia
Actriz de reparto
Laia Marull, Pa negre
Actriz revelación
Marina Comas, Pa negre
Actor revelación
Francesc Colomer, Pa negre
Montaje
Rodrigo Cortésr, Buried
Sonido
U.Garai, M. Orts, J. Muñoz, Buried
Guión original
Chris Sparling, Buried
Dirección de producción
Cristina Zumárraga, También la lluvia
Goya de honor
Mario Camus
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