Hong Sang-soo absorbe la esencia del día a día y, por ello, su cine destila cotidianeidad. Parejas que hablan, que no se entienden, que se embrollan en su propio desconcierto y que se aman a pesar de estar confundidos forman parte de la naturalidad de su cine.
En Lo tuyo y tú el director surcoreano nos presenta a Young-soo (Ju-hyuk Kim) y a su novia Min-jung (Yoo-Young Lee), una pareja bien avenida que comparte piso y amor a raudales. Pese a ello, Min-jung tiene una debilidad, o eso aduce Young-soo, su afición a la bebida ha hecho que lleguen a sus oídos comentarios maliciosos acerca de su modo de vida. La chica sale a menudo. A juicio de su novio, mucho. Y en sus salidas nocturnas a la bebida se le suma la compañía masculina. Así se lo relatan sus amigos, quienes temen que Young-soo esté invirtiendo su vida con una chica que no merece la pena.
En la intimidad del hogar, entre las sábanas beige que decoran su amor, Young-soo le cuestiona su conducta a Min-jung, ante la atónita mirada de la joven. Ella no hace nada malo, insiste, solo se divierte. Pero la recriminación sigue, y con ella la promesa de que ella cejará en su empeño de beber.
La joven Min-jung, en lugar de resignarse, decide marcharse para poder hacer la vida que a ella le gusta, la suya. Sale una y otra vez. Y vuelve a salir. Y así lo hace cada día y cada noche. En su camino conoce a nuevos chicos, algunos de los cuales se quedan en su vida más o menos tiempo. Pero Min-jung se aburre y olvida. Y mientras se olvida, deja de aburrirse. Así empieza desde cero cada día, bebiendo y atravesando medio Seúl en busca de nuevos bares en los que relajarse, conocer gente y olvidarla.
Mientras, Young-soo se arrepiente. Por fin entiende que Min-jung no obra a propósito, ella es así. Y lo entiende tarde, cuando ella está lejos y ya no quiere saber nada de él, por eso se desespera, y también él recala en bares para beber y olvidar. Hasta que da con ella. Cuando se vuelven a ver, Min-jung parece no recordarle, justo en el momento en que Young-soo comprende que él no la conoce en realidad. Pero nada importa, solo su amor, así que sigue adelante con el olvido de ella y con la determinación de que esto no vuelva a entrometerse en su relación. Comenzarán de nuevo, recuperarán sus paredes desnudas y sus sábanas beige, y ya nada les detendrá.
Hong Sang-soo, experto en la comedia dramática que tan célebre le ha hecho en medio mundo, recupera el pulso de las relaciones personales en esta cinta, por la que fue galardonado como Mejor Director en el Festival de Cine de San Sebastián (2016). El cineasta observa tan de cerca las relaciones de pareja, que sus bellísimos planos secuencia dan cuenta del paso del tiempo con una cadencia tan real como la vida misma. Plano a plano, escena a escena, nos adentramos en la vida de Min-jung y Young-soo como voyeurs incapaces de mirar hacia otro lado, sedientos de saber qué ocurrirá.
Lo tuyo y tú es, sin duda, una película que propone un juego de identidades convertido en puro arte cinematográfico; una cinta que nos acerca a un cineasta cuyo punto de vista, siempre minimalista, callado y observador, extracta lo más profundo de la condición humana.
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