Hace unos años recuerdo que nos llegaron dos noticias escalofriantes en un periodo muy corto de tiempo de un país que, en un principio, no estaba acostumbrado a salir en las grandes portadas internacionales. Incluso, debido a la gravedad de lo acontecido, las propias autoridades de este país, que no es otro que Austria, comenzaron a desarrollar una campaña para lavar la imagen de la nación de cara al exterior. Sin pretender alargarme, el primer caso fue aquel en la que una joven se había escapado después de ocho años secuestrada en el sótano de una casa. Sin tiempo de recuperación, el país sufriría otro revés informativo cuando descubrió que un individuo, Josef Fritzl, había encerrado durante más de veinte años a su hija en un zulo sin ventanas. Aquel caso de incesto tan depravado hizo saltar las alarmas de la sociedad austríaca entre 2006 y 2008.

Imagen de ‘Im Keller’ © 2014 Coop99 Filmproduktion, MMK Media, Ulrich Seidl Film Produktion GmbH. Todos los derechos reservados.

Aquellos años los recuerdo muy bien porque coincidieron con un viaje que hice a este país a raíz de un ensayo que estaba escribiendo sobre la ideología nazi en el Tercer Reich. Un compañero, sabedor tanto de mi periplo austríaco como del contenido del libro, utilizó su habitual humor negro para advertirme de que tuviera cuidado con entrar en una casa de campo de aquel país porque “te podías encontrar al mismo Hitler en el sótano”. Años después, el director austríaco Ulrich Seidl realizaba un documental titulado precisamente En el sótano (Im Keller, 2014).

Imagen de ‘Im Keller’ © 2014 Coop99 Filmproduktion, MMK Media, Ulrich Seidl Film Produktion GmbH. Todos los derechos reservados.

Dejando de lado lo que ocurrió en aquel país, no es baladí que el director utilice en esta película un lugar como un sótano para representar el lado oscuro de la amable Austria, una especie de antipostal turística que compita con las Mozartkugeln, los valses austrohúngaros o la vida y milagros de Sissí Emperatriz. Un reverso de la reputación idílica de su país que ya había denunciado en su filmografía anterior, desde el “glamour” del mundo de las modelos (Models, 1999), el turismo o la depravación sexual (Días perros, 2001; Import Export, 2007; Paraíso: Amor, 2012) hasta la reflexión del peso y el poder de la religión católica en la sociedad austríaca (Jesus, You Know, 2003; Paraíso: Fe, 2012).

Imagen de ‘Im Keller’ © 2014 Coop99 Filmproduktion, MMK Media, Ulrich Seidl Film Produktion GmbH. Todos los derechos reservados.

En el sótano volvía a recuperar sus obsesiones habituales, recopiladas esta vez a través de una galería de personajes extravagantes, repugnantes y patéticos que, desde sus catacumbas secretas, extraían sus más íntimos secretos o, como diría Hobbes, el homo homini lupus que llevaban en su interior. Había para todos los gustos: grupos de nazis nostálgicos del régimen nacionalsocialista, cazadores de safaris, racistas e islamófobos, parejas que disfrutaban con prácticas sadomasoquistas o relaciones que se establecían entre una prostituta y su cliente.

Imagen de ‘Im Keller’ © 2014 Coop99 Filmproduktion, MMK Media, Ulrich Seidl Film Produktion GmbH. Todos los derechos reservados.

La mirada de Seidl hacia sus personajes es fría, distante e indiferente, como la de un entomólogo que diseca a una mariposa, la de un rutinario fotográfo de estudio antiguo que no se interesa por la interioridad de su retratado o la del cazador, como en la última película hasta la fecha estrenada por su director en España, Safari (2016), que no siente compasión alguna por el animal sacrificado. De ahí que su estilo se ha ido estilizando con el tiempo a través de planos fijos, como si se tratara de fotografías de la holandesa Rineke Dijkstra, en las que los personajes miran sin saber qué tienen que hacer, como auténticas marionetas al servicio de un demiurgo que las manipula. Una fotografía de la banalidad del mal arendtiano, en la que se conjuga a Roth y a Sweig pasando por las perversiones burguesas y de denuncia social de un Haneke y de la que beben, en definitiva, una excelente hornada de directores del cine austríaco como, por ejemplo, Jessica Hausner (Amour Fou, Hotel, Lourdes, Lovely Rita), Ruth Mader (Struggle) o Markus Schleinzer (Michael).

Imagen de ‘Im Keller’ © 2014 Coop99 Filmproduktion, MMK Media, Ulrich Seidl Film Produktion GmbH. Todos los derechos reservados.

Este texto se está escribiendo todavía bajo el dolor de lo acontecido en Barcelona y esta película, me parece, contiene en sus imágenes esa atmósfera de decadencia occidental splengeriana que recorre nuestro mundo actualmente, entre enfrentamientos raciales en América, xenofobia demagógica y un terrorismo integrista que, por desgracia, ha vuelto a salpicar de sangre y odio a nuestro país, a mi ciudad.

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