El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. Ver mucho y leer mucho aviva el ingenio.

Miguel de Cervantes.

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Empieza un nuevo mes y, desde estas páginas, os deseamos unas felices vacaciones a los que vayáis a emprenderlas; en todo caso, feliz verano. Para empezar el mes con humor, he escogido la película El padrecito (1964, Miguel M. Delgado), protagonizada por Cantinflas.

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Imagen de El padrecito © 1964 Posa Films. Distribuida en España por Manga Films. Todos los derechos reservados.

La historia nos lleva a un pueblo pequeño donde un cura ya entrado en años, el padre Damián (Ángel Garasa), recibe la noticia de que otro párroco más joven, el padre Sebastián “Sebas” (Cantinflas), viene a ayudarle. Damián, pensando que va a ser destituido, lo comenta con su familia, su hermana Sara (Angelines Fernández) y su sobrina Susana (Rosa María Vázquez) que viven con él. Su hermana, viendo el dolor que esto supone, empieza a planear cómo hacer que “Sebas” no lo pase precisamente bien. Y el sacerdote joven, que viene en un autobús esperando un maravilloso recibimiento, ve que nadie se acerca a saludarle. Y encima el patrón (José Elías Moreno), un hombre con dinero que lleva el trabajo de todos los del pueblo, tampoco está a favor de ese nuevo cambio. La película se hace en clave de humor, pues los gags son constantes, y los problemas a los que debe enfrentarse el pobre cura, hacen que deba ir capeando el temporal como puede. Capeando en todos los sentidos, incluido con una vaquilla para sacar dinero para la parroquia.

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Imagen de El padrecito © 1964 Posa Films. Distribuida en España por Manga Films. Todos los derechos reservados.

Yo que la he visto después de los años, y quizá ya con otros ojos, me he dado cuenta de cómo el cine nos vuelve a poner sobre aviso de la forma que tenemos de actuar; cómo es cierto que algo que no conocemos, que no sabemos, ya nos cae mal de antemano, tanto que no queremos saber de esa nueva persona, aunque no se haya ni presentado. El mobbing está servido; la falta de empatía hace que solo caiga bien a la sobrina del párroco, pero tuvo que enseñar a todos, incluida ella, que él era una persona distinta, que aportaría cosas buenas y cambios para la comunidad. Cuando nos ponemos “generosos” y “estupendos”, y dejamos que otras personas lo pasen mal sin saber, sin preguntar, solo porque nos apetece, y seguimos a la mayoría, deberíamos parar y reflexionar. El mobbing se está haciendo sentir en las noticias y en los medios, los cuales hablan del daño que se ejerce sobre personas que ni siquiera tienen los instrumentos y las herramientas que posee el personaje de esta película en su repertorio conductual.

Intentemos entre todos abrir más la mente porque, como dice la máxima, leer mucho y ver mucho, aviva el ingenio.

Con todo el cariño, feliz mes de julio desde la Mecedora.

Y dese estas páginas felicidades a todos los Pedro y Pablo, incluidos mi hermano y mi padre, al que le encantaba Cantinflas.

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