Aunque los últimos coletazos del mes de abril nos devolvieron al invierno, en la Pequeña Butaca haremos un viaje con Campanilla y el secreto de las hadas de Disney, a través de las estaciones. Esta película estrenada el pasado invierno nos descubre el árbol genealógico de la pequeña y pizpireta Campanilla.
Imagen de Campanilla y el secreto de las hadas (2012), producida por Walt Disney Pictures y DisneyToon Studios. Distribuida por Walt Disney Studios Home Entertainment. Todos los derechos reservados. |
En el bosque de las hadas, donde gobierna la reina Warrior, cada una de las hadas tiene su función como una colmena de abejas. Existe una cadena de trabajo detallada y muy especializada, cada zona del bosque la conforma una de las cuatro estaciones con sus hadas características. Sólo existe una regla: ningún hada puede ir al bosque del invierno, ni ningún hada del invierno puede salir de él. Dicha regla viene dada por una bonita y triste historia de amor entre un hada cálida y otra del invierno, un Romeo y Jullieta con alas, cuya historia acaba con la renuncia a su amor porque su enorme amor acaba con aquello que es más representativo para un hada: sus alas.
Pese a esta prohibición, Campanilla que es una tintineadora se ve atraída por la negación de pasar al otro lado -como cualquier prohibición-, algo le empuja allí, ese algo es la llamada de un lazo poderoso e inquebrantable: Penny Winkell.
Aunque ambas lo desconocen están unidas por una risa, la risa de la cual surgieron y que el azar del destino separo. Una vez conozcan su parentesco, ambas lucharán por permanecer unidas, aunque esto casi provoque un gran desastre en el bosque de las hadas.
Por otro lado, Milord, el rey del bosque del invierno, tendrá un papel crucial en el desenlace y solución del pequeño desastre ocasionado por las hermanas mágicas; y además, aquello que en su momento hizo separar a los Romeo y Julieta Fairies ahora les hará unirse. El amor fraternal y el amor romántico triunfan cómo no, gracias a la magia Disney y por siempre jamás ambos mundos, que en apariencia estaban contrapuestos, se unirán. Quizás en estos momentos tan convulsos debiéramos tomar ejemplo del sacrificio de estos enamorados, y que pese a todo siempre, después de la tormenta, sale el arco iris.
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