est_aprendiendo a conducir_posterTítulo original: Learning to drive.
Dirección: Isabel Coixet.
País: EE.UU.
Año: 2014.
Duración: 105 min.
Género: Comedia dramática, romance.
Interpretación: Ben Kingsley (Darwan), Patricia Clarkson (Wendy), Grace Gummer (Tasha), Jake Weber (Ted).
Guion: Sarah Kernochan.
Producción: Daniel Hammond y Dana Friedman.
Música: Dhani Harrison y Paul Hicks.
Fotografía: Manel Ruiz.
Montaje: Thelma Schoonmaker.
Distribuidora: A Contracorriente Films.
Estreno en España: 3 de julio de 2015.

 

No es preciso ser alquimista para saber que si se combinan excelentes ingredientes, surgen excelentes resultados. Y es así de manera categórica, sin ambages ni rodeos, porque solo cuando se da lo mejor, puede obtenerse lo mejor. A buen seguro Katha Pollitt no podía imaginar que el genio de una cineasta española se uniría al talento de la guionista de Nueve semanas y media, para dar forma audiovisual a su relato más íntimo, publicado en The New Yorker en julio de 2002. Y fue esta historia de aventuras y desventuras al volante de un coche de autoescuela, la que llamó la atención a una Patricia Clarkson imbuida en pleno rodaje de Elegy, que no dudó en proponerle a Isabel Coixet introducirse en el proyecto de aprender a conducir. La pasión por el texto y las ganas compartidas hicieron que siete años después, la realizadora de Mapa de los sonidos de Tokio se uniera a Ben Kingsley y a la propia Clarkson para traer una película conmovedora, honesta y brutal. Porque en ella, como en toda cinta de Isabel Coixet, la trama trasciende las barreras y va más allá, creando una historia profunda repleta de inteligencia, de crítica, de diagnóstico y de exoneración. Hilvanada con la experiencia de Pollitt y llena de ribetes de la cineasta, Aprendiendo a conducir nos adentra en la vida de Wendy (Patricia Clarkson), autora de éxito y locuaz crítica literaria que, tras veintiún años de matrimonio con un profesor infecundo (Jake Weber), es reemplazada por una alumna universitaria. A la incomprensión y falta de empatía de Ted, su ya ex marido, se une la lejanía de su hija Tasha (Grace Gummer), y la fortuita aparición de un refugiado político que le cambiará la vida. Taxista nocturno y profesor de conducción de día, Darwan (Ben Kingsley) será durante el trance más crítico de su vida no solo su instructor en lares automovilísticos, sino el soporte que le devolverá la confianza en sí misma y en las personas.

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Imagen de Aprendiendo a conducir (Learning to Drive), película distribuida en España por A Contracorriente Films © 2014 Broad Green Pictures y Lavender Pictures. Todos los derechos reservados.

A lo largo de sus clases, Wendy y Darwan labrarán una honda amistad, basada en el respeto y en la incertidumbre que ambos sienten ante su propia existencia; ella por haber perdido la fe en los hombres; él por deber encajar en una sociedad repleta de prejuicios que le rechaza por el mero hecho de llevar turbante y ser de religión sij. Su atuendo no solo llevará a la confusión de la ciudadanía, sino que le impedirá poder desarrollar su auténtica profesión de dociencia universitaria, por no adecuarse a las normas estéticas del sistema educativo. Divorciada ella, y comprometido con una desconocida él, ambos se enfrentan a un mundo en el que andar con pies de plomo no es suficiente, y en el que todo lo aprendido debe desaprenderse a marchas forzadas.

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Imagen de Aprendiendo a conducir (Learning to Drive), película distribuida en España por A Contracorriente Films © 2014 Broad Green Pictures y Lavender Pictures. Todos los derechos reservados.

Espléndida propuesta de la directora catalana, quienes gusten de su cine encontrarán en Aprendiendo a conducir un magnífico ejemplo de su quehacer profesional, con ítems tan característicamente suyos, que solo podría ser de ella una película como ésta: lavanderías icónicas, composiciones de Edward Hopper, multiculturalidad, sacralización de las palabras, verdades a medias que no se revelan por miedo a ser dichas, dolor y curación, son una porción apenas perceptible de todo lo venerable de un estilo ya único e inconfundible. Los avezados espectadores podrán descubrir en este metraje retazos del humor de Cosas que nunca te dije, rememoraciones de Ayer no termina nunca, espacios de Mi vida sin mí y literatura, mucha literatura. Sabiendo que nada es azaroso en una película de Isabel Coixet, que todas ellas se encuentran repletas de fragmentos de vida, de jirones de la propia cineasta, no extraña que el personaje filipino del relato de Pollitt se convierta en Learning to Drive en un hindú sij, cuyo atuendo no solo da lugar a la crítica respecto a la fobia hacia lo desconocido, sino cuyo carácter permite a la directora desplegar todo tipo de resortes para explicar cómo se puede devolver la fe en las personas. Avalada por el gran éxito cosechado en su première en el Festival de Toronto, esta película está tan repleta de energía y de humanidad, que hará reflexionar mientras se disfruta de la espléndida fotografía a cargo de Manel Ruiz, del guion de Sarah Kernochan y del montaje de la icónica montadora de Martin Scorsese, Thelma Schoonmaker.

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Imagen de Aprendiendo a conducir (Learning to Drive), película distribuida en España por A Contracorriente Films © 2014 Broad Green Pictures y Lavender Pictures. Todos los derechos reservados.

Deliciosa, profunda y rabiosamente inteligente, Aprendiendo a conducir es una obra maestra de una cineasta cuya entera filmografía constituye una declaración de amor al cine, y en la que nos enseña no solo a conducir, sino lo necesario que es asumir el pasado y enfrentarse al futuro con dignidad.

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