Título original: Dead Snow 2: Red VS Dead.
Dirección: Tommy Wirkola.
País: Noruega.
Año: 2014
Duración: 142 min.
Género: Terror, zombie.
Reparto: Amrita Acharia, Jocelyn DeBoer, Carl-Magnus Adner, Laufey Elíasdóttir, Kristian Figenschow, Charlotte Frogner, Orjan Gamst, Ingar Helge Gimle, Vegar Hoel.
Producción: Kjetil Omberg, Terje Stroemstad.
Música: Christian Wibe.
Fotografía: Matthew Weston.
Montaje: Martin Stoltz.

Los zombies arios más helados de Noruega vuelven a la carga con esta divertidísima secuela de Dead Snow (2009), entusiasmados por concluir la misión que el mismísimo Führer les encargó. En la cinta previa, se nos introducía en la terrible maldición desatada por un grupo de incautos jóvenes, que entre alcoholizados y divertidos, encontraban en una aislada cabaña los restos de un tesoro nazi. Los congelados nazis no pudieron permitir tal pillaje, y uno a uno van recuperando su preciado oro, y de paso devorando a los torpes jovenzuelos.

Pero parece que en esta excursión de media noche, los zombies recordaron su misión para ampliar las fronteras del Tercer Reich, y siguiendo una fría voluntad de ultratumba, se dirigen imparables a conseguir su objetivo. Para el pobre Martin (Vegar Hoel), que por poco sobrevivió al ataque zombie en la cabaña, su pesadilla no ha acabado, pues despierta en un hospital, donde algún gracioso cirujano consideró que el brazo que le faltaba era seguro ese miembro azul y putrefacto que encontraron a su vera. Con una extremidad de origen zombie con ganas de aplastar todo ser que se le acerca, Martin debe de recurrir a la “profesional” ayuda del Escuadrón Zombie, que, viajando desde su buhardilla en EEUU hasta Noruega, le ayudará a parar este nuevo amanecer nazi.

Con un presupuesto mucho más holgado que su predecesora, y una elaboración mucho más cuidada, esta película consigue añadir, si cabe, un nuevo subgénero al leit motiv zombie: ahora se mezclan zombies malditos, extrañas habilidades mágicas, una afición coleccionista eterna y esvásticas a partes iguales.

El guión, más ágil, intrépido y divertido que el de la primera entrega, consigue sorprender, hacer reír y revolver a la audiencia en su asiento. Mérito a parte es el dejar grabado en la retina escenas que ya cobran identidad propia (mención especial para el repostaje del tanque) y con sublimes referencias a tantas y tantas predecesoras. Sensacionales Henriksen, Hoel y Wirkola (guionistas, no os perdáis buscando quiénes son).

Un imprescindible recién llegado para los amantes del terror entretenido, de la arcada en carcajada. Simplemente sublime.