Título original: Silent Hill
Dirección: Christophe Gans.
País: Francia, Japón.
Año: 2006
Duración: 127 min.
Género: Terror.
Reparto: Radha Mitchell, Sean Bean, Laurie Holden, Jodelle Ferland, Deborah Kara Unger, Alice Krige, Tanya Allen, Kim Coates.
Guión: Roger Avary.
Música: Jeff Danna, Akira Yamaoka.
Montaje: Sébastien Prangère.
Vestuario: Wendy Partridge.
Efectos especiales: David Gauthier.
Desafiando recomendaciones estivales que aconsejan destinos más tranquilos, me siento en la obligación de recomendar un descanso distinto. ¿Por qué no unirse esta vez a los habitantes de Silent Hill, y así acompañarles en su eterno vagar por la ciudad de la niebla perpetua?
Rose (Radha Mitchell), tratando de buscar una solución al insomnio de su hija (Jodelle Ferland), acude con ella en busca de Silent Hill, esa desconocida ciudad que la pequeña Sharon menciona a gritos con cada pesadilla. Desafiando las recomendaciones de conocidos y prohibiciones de extraños, Rose se aventura en lo desconocido, y consigue llegar hasta Silent Hill.
Pero será un Silent Hill distinto al que acude su marido Christopher (Sean Benn) preocupado por su repentina desaparición. Advertido del gran incendio que acabó con la población, y de paso con muchos de sus vecinos, Christopher intentará investigar sobre los orígenes de la adopción de su hija, para comprender cómo ayudarlas a salir de allí. Pero una oscura voluntad guía a Rose, Sharon y la oficial de policía Cybil Bennet (Laurie Holden) a un purgatorio en el que sufrirán el mismo destino que las almas errantes de Silent Hill.
Desde el primer instante Sharon desaparece, y es Rose quien, con la ayuda de Cybil, se adentra en los escenarios de una tragedia que ni el fuego puede hacer desaparecer. Obsesionada con encontrarla, Rose recorrerá rincones aterradores, siguiendo pistas por todas los puntos emblemáticos de la ciudad, descubriendo a cada paso que quizás nunca sean capaces de escapar de las garras de la maldición que atrapa a Silent Hill en una expiación digna del Hades más siniestro.
Siguiendo la historia marcada por el videojuego homónimo, la película trata de adaptar el oscuro terror del juego a las dos horas de metraje. Ese terror marcó un hito para los videojuegos que se ha prolongado en sus ocho secuelas -especialmente por sus variados finales, en función de cómo se haya ido superando el juego-, y define un entorno estremecedor que sólo se perturba con la aparición del infierno. Tras períodos en los que una plomiza niebla cubre la ciudad y pequeñas estelas de ceniza siguen precipitándose sobre el asfalto, el fuego parece engullir el impersonal limbo y el carnicero se pone en acción.
Y es que, cada vez que la sirena de la Iglesia Silent Hill se activa -en efecto, el pueblo no desmerece para nada destinos turísticos menos entretenidos-, los demonios que condenan el pueblo salen de caza, buscando a los penitentes que tanto merecen ese destino final.
Con una historia quizás algo marcada por esa nueva tendencia de terror japonés, la cinta se desmarca con un final poco amable, que evita la salvación extrema y se centra más específicamente en una venganza hasta cierto punto, merecida.
Atrapados entre las calles cubiertas de niebla, donde las cenizas no cesan en cubrir el rastro de las vidas de Silent Hill, todos los integrantes de tan macabra sociedad deben pagar cuentas ante las maldiciones que ellos mismos provocaron. Y Rose, nuestra intrépida protagonista, tiene el tiempo justo entre sirena y sirena para seguir las pistas que la abocan a descubrir el secreto que enlaza el cruel final de Silent Hill y la profunda unión que su hija siente hacia esa tragedia.
Y nada mejor para ver esta película, si aún no lo habéis hecho, es la próxima secuela que ya se ha preparado. De momento sólo se ha anunciado que esta segunda parte de la saga tomará como base la historia del tercer videojuego: Heather Manson, es una adolescente que descubre muchas mentiras acerca de su pasado, para finalmente saber que sus orígenes están en la ciudad maldita de Silent Hill. Pero no sería sorprendente que de nuevo el guión difiera bastante del argumento original, como en el caso de la primera parte.
Entretenida, espeluznante y sobre todo, dinámica, esta película nos permite acompañar a esa madre para encontrar a su hija. O, en realidad, para encontrar una verdad que amenaza con cobrar la penitencia de un pueblo entero a un alto precio. Un bonito destino turístico pese al elevado precio que hay que pagar, rondando para siempre en un espantoso mundo de penitencia ininterrumpida.
Welcome to Silent Hill. Te estábamos esperando.
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