Fue bautizado el 26 de abril y, excepto para el calendario juliano, expiró el 3 de mayo; sin embargo, el 23 de abril ha sido y siempre será, la fecha en la que vino al mundo y lo abandonó William Shakespeare, una efeméride, la de San Jorge, que comparte con Miguel de Cervantes, aunque el acta de defunción de éste se fechase en 22 de abril. Como lo que el consenso ha unido no lo separa la realidad, para efectos prácticos es el día 23 del mes cuarto, la conmemoración internacional del libro. Como todos los años, Todo Es Cine homenajea a tan ilustres autores en agradecimiento al modo en que han enriquecido el mundo de la literatura y, muy especialmente el de la cinematografía.

Imagen de Ser o no ser © 1942 An Ernst Lubitsch Production (Romaine Film Corporation). Distribuida en España por United Artists. Todos los derechos reservados.

Nadie hubiera podido preconizar, salvo quizá su coetáneo Ben Jonson, que William Shakespeare no iba a pertenecer a una sola época, “sino a la eternidad». Así es que Shakespeare se ha convertido en el autor más célebre de todos los tiempos, el más representado, el más idolatrado. En la gran pantalla hemos visto hasta doscientas cincuenta versiones de sus obras, de las que sesenta y uno se corresponden a Hamlet, su más larga tragedia, el referente y para muchos, su cumbre teatral. Decenas de veces se ha llevado Hamlet al cine en todo su esplendor y protagonismo, pero hubo de nacer un director berlinés como Ernst Lubitsch para que Hamlet, con todo el respeto al bardo inglés, dejara de lado el fulgor de Shakespeare para entregárselo por completo a Carole Lombard y a Jack Benny en la Varsovia de la II Guerra Mundial. Ser o no ser (1942) fue la película más shakesperiana de Lubitsch sin que en ella se citase más que dos frases del celebérrimo soliloquio del príncipe danés, un Hamlet que para Lubitsch no es más que excusa para su propia reflexión acerca de la vida y la muerte en tiempos de la ocupación.

“Ser o no ser, he aquí la cuestión”, repite sobre las tablas Joseph Tura (Benny), un intérprete polaco que siempre ve interrumpido su intenso parlamento. Lo que Joseph no sabe es que María (Lombard), su esposa y también intérprete, acoge al apuesto piloto Stanislav (Robert Stack), en su camerino bajo la consigna “ser o no ser”, de modo que cada vez que el actor inicia su recital, el soldado se pone en pie para acudir a los brazos de su venerada María. “¿Qué es más digno para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra océanos de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?”, recita entrecortado Joseph mientras cree perder su valía como actor, al observar a Stanislav salir presuroso de la sala.

Imagen de Ser o no ser © 1942 An Ernst Lubitsch Production (Romaine Film Corporation). Distribuida en España por United Artists. Todos los derechos reservados.

Por suerte, paradojas del destino, la fatalidad hace que las tropas nazis ocupen Varsovia, obligando al piloto a viajar a Inglaterra para combatir el nazismo con el bloque aliado. Al mismo tiempo, la compañía teatral de María y Joseph ve reducida su actuación cuando sea prohibida su pieza Gestapo, una parodia contra el régimen ocupante. La censura les empujará a representar sine die Hamlet, obra que seguirán poniendo en escena hasta que la hora de interpretar su papel más difícil haga su aparición. Pero esto no sucederá hasta que un infiltrado en el ejército polaco, el profesor Siletsky (Stanley Ridges), consiga una información clave acerca de la identidad de los familiares de la resistencia, lo que llevará a la compañía teatral de Joseph y María a fingir ser miembros del ejército alemán primero, para más tarde hacerse pasar por altos cargos del régimen nazi e incluso emular al propio Führer.

Obra maestra de la cinematografía mundial, Ser o no ser propone una sátira más inteligente que corrosiva de la realidad a la que el propio Lubitsch tuvo que enfrentarse, una etapa de contienda, de huida y convulsión, que el maestro puso al servicio de su arte para realizar una crítica endiabladamente divertida. Expresiones cáusticas pero medidas y frases lapidarias que hacen reflexionar, es lo que nos propone esta idea original de  Melchior Lengyel con guion de Edwin Justus Mayer, una narración llena de matices, de tensión bien encauzada, de diálogos punzantes y de personajes en completa comunión con la historia.

Pasarán siglos y Shakespeare seguirá siendo un referente de la literatura universal, y así también puede preconizarse que, por muchos años que pasen, Ernst Lubitsch será el que mejor y más fielmente ha sabido captar con imágenes las palabras del genio inglés. Porque Ser o no ser no es ni más ni menos que la vida, y qué es la vida sino lucha, resistencia y también sueño. Y en definitiva, qué es el cine sino vivir, morir, dormir.. O tal vez soñar.