Título original: Due date.
Dirección: Todd Phillips.
País: USA. Año: 2010.
Duración: 100 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Robert Downey Jr. (Peter Highman), Zach Galifianakis (Ethan Tremblay), Jamie Foxx (Darryl), Juliette Lewis (Heidi), Michelle Monaghan (Sarah Highman), RZA, Matt Walsh, Danny McBride (Lonnie), Charlie Sheen (Charlie Harper).
Guión: Alan R. Cohen, Alan Freedland, Adam Sztykiel y Todd Phillips.
Producción: Daniel Goldberg y Todd Philllips.
Música: Christophe Beck.
Fotografía: Lawrence Sher.
Montaje: Debra Neil-Fisher.
Diseño de producción: Bill Brzeski.
Vestuario: Louise Mingenbach.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en Estados Unidos: 5 Noviembre 2010.
Estreno en España: 5 Noviembre 2010.
El revival se ha impuesto. Así de categórica se muestra la industria del cine cuando, tras décadas de innovación técnico-argumental, llega al siglo veintiuno presentándonos mixes y remixes de la más inquietante naturaleza. Todo está inventado. Tristemente. Con Due Date (o la sandunguera traducción libre, Salidos de cuentas), Todd Phillips nos demuestra no ya que posee un estilo único, capaz de convertirse tras esfuerzo en seña identitaria, sino más bien que escasea de creatividad, redundando en una fórmula que de tanto usarla, ha perdido su punch line, su causa y hasta su efecto.
El afamado realizador experto en el chiste visual, la comedia gamberra, las bajas pasiones, los deslices bienintencionados por obra y gracia de la testosterona incontrolada, y de las irracionales road-movies de compañeros deslenguados y, mal que nos pese, descerebrados, nos trae ahora un filme tan usual y tan predecible, que no es necesario ser un personaje de sir Arthur Conan Doyle para desentrañar por mera deducción sus caminos de único sentido. Mezcla de Viaje de pirados (Road Trip, 2000) y Resacón en Las Vegas (Hangover, 2009), ambas de Phillips, en esta ocasión hay que agradecerle su buen hacer a la hora de elegir con corrección a su elenco, en especial a Robert Downey Jr., brillante, apto y más que capaz de elevar cualitativamente el nivel de las producciones en las que tanto se prodiga en los últimos tiempos.
Salidos de cuentas nos adentra en la historia de Peter Highman (Downey Jr.), adinerado arquitecto de paso por Atlanta, quien debe reunirse en Los Ángeles con su esposa Sarah (Michelle Monaghan) ante su inminente parto, programado para dentro de cinco días. Lo que parecía un simple desplazamiento se convertirá en un calvario cuando Ethan Tremblay (Zach Galifianakis) actor desaliñado e impúdico, consiga que la tripulación y los pasajeros del avión en el que viaja Peter, le tomen por un terrorista y sea por ello expulsado del vuelo. Sin equipaje, documentación ni dinero, sólo le quedará aliarse con el enemigo para poder llegar a su destino en la fecha señalada. El viaje por carretera con Ethan convertirá su vida en una auténtica pesadilla.
Exagerada, políticamente incorrecta, desmedida e insulsa, en Due Date nos ofrecen una versión pedestre de la mítica película Mejor solo que mal acompañado (Planes, Trains and Automobiles, 1987) dirigida por John Hughes, y protagonizada por Steve Martin y John Candy. Los mismos manejos insufribles de un personaje fastidioso como Candy son repetidos por Galifianakis, aderezados con impertinentes actos de onanismo público, de comentarios improcedentes, de actos delictivos llevados al absurdo, y actitudes dementes conducidas –nunca mejor dicho- al extremo. Ojalá Phillips hubiera conseguido otorgarle a Galifianakis la hondura, el candor y la humanidad de Candy, en lugar de crear un personaje plano, endeble e inconsistente. Hubiera podido hacerse mucho más con los medios e incluso la idea de partida del propio Phillips.
Pese a ello, es de agradecer que Salidos de cuentas ofrezca cien minutos de distracción y comedia, y que no introduzca en su trama los cargantes injertos de mujeres anodinas, frívolas y en su mayoría prostituidas –marca de la casa del realizador-, en la que parece, una obra menos maniquea en lo que al papel de la mujer se refiere. Por lo demás, el maltrato infantil y animal, la necesidad de recurso a los servicios sociales, la ofensa a personas con movilidad reducida, minorías étnicas, difuntos y demás tabúes sociales, quedan destapados y manoseados hasta la médula. Para bien o para mal, sin pudor ni restricción.
Por descontado hablamos, singularidades del destino, de una de las cinco películas más vistas en taquilla desde su estreno en nuestro país, algo de por sí llamativo acerca del talento de la publicidad, de las altas expectativas del espectador, y de la actual creatividad cinematográfica. No hace falta ser Fernando Colomo para hacerse la eterna pregunta que ronda nuestras conciencias: ¿qué hace una película como tú en un sitio como éste?
Deja un comentario