Título: Nymphomaniac: Vol. II
Dirección: Lars von Trier.
País: Dinamarca, Alemania, Francia, Bélgica.
Año: 2014.
Duración: 128 min.
Género: Drama.
Reparto: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgard, Shia LaBeouf, Christian Slater, Willem Dafoe, Connie Nielsen, Stacy Martin.
Producción: Peter Aalbaek Jensen.
Guión: Lars von Trier

Joe (Charlotte Gainsbourg y Stacy Martin en su versión juvenil) continúa recuperándose en casa de Seligman (Stellan Skarsgard). Arropada por sus cuidados y su paciente atención, va desgranando los detalles de una vida, que según ella, describen a una persona que no conoce la bondad.

Tras el repaso realizado en el Volumen I, la joven Joe continua describiendo frente a Seligman esas anécdotas que van dando sentido a su proyección final. Cuando parece alcanzar todo lo deseable de la mano de su platónico Jerôme (Shia LaBeouf), la naturaleza de Joe la arrastra a hacerlo peligrar todo, incluso su hijo, por seguir en la búsqueda de quién realmente es. Con la intervención de nuevos personajes y situaciones que se van transformando en extremos sucesos – Jamie Bell, ex-Billy Elliot reconvertido en K, el entregado amo sadomasquista – Joe sigue describiendo con interminables detalles lo que para unos sería un descenso a los infiernos, pero para ella consiste en una sublimación personal.

Criticada por ser más extrema que su antecesora, esta película sigue de manera absolutamente idéntica el planteamiento del primer volumen. Como si no hubieran pasado semanas entre ambas, Lars von Trier vuelve a ofrecer tres capítulos más (“La iglesia oriental y occidental – el pato mudo”, “El espejo” y “La pistola”), que se encargan de definir la madurez – que no el final – de la intensa trayectoria de Joe. Cuando por fin se completa la historia de Nymph()maniac, sólo queda una duda por aclarar. Y es simplemente por qué esta historia consigue levantar tanta polvareda. Escudada en una promoción que vende lo anecdótico del film, la historia que podemos compartir con Joe no es más que un golpe de efecto en nosotros, y en nuestros prejuicios.

Recomendable para las personas con ganas de una película de múltiples facetas. Una historia cuidada, bien explicada, y que si se le permite, puede provocar más vértigos en la reflexión posterior, que en la propia anécdota sexual. El guión de esta segunda parte – a cargo de nuevo del ingenioso von Trier – hace un repaso, desde los convencionalismo sexuales (algo que era de esperar) hasta la felicidad personal. Joe, aunque pudiera parecernos que va dando bandazos cada vez más intensos, en realidad se dirige con paso firme a su objetivo. ¿Por qué ha de soportar que se la juzgue con un distinto rasero sólo por ser mujer? ¿Por qué debe de sentirse avergonzada de sus necesidades y cumplir penitencia? ¿Por qué su sinceridad es casi lo que más ruboriza a su entorno?

No, ella no necesita una respuesta a todos estos sinsentidos. Ella sólo necesita avanzar y encontrar, como le decía su padre de pequeña, “ese árbol que la define”. Encontrarse. Aceptarse. Disfrutar. Tan simple como una suma. Tan simple como 3+5.

“Las cualidades humanas pueden ser resumidas en una: hipocresía”