En menos de una década, estos dos jóvenes se han convertido en imagen de la renovación generacional del cine español. Conociendo su palmarés y la fama que les precede, cualquiera diría que Quim Gutiérrez y Marta Etura se saben guapos, talentosos e idolatrados, aunque conocerles da al traste con toda idea preconcebida. Son alegres, humildes y tremendamente humanos. Sonríen de manera sincera y todo en ellos rezuma una autenticidad admirable. Conversan cercanamente y sus miradas reflejan una complicidad no exenta de cierto candor, como si estos dos adultos siguieran siendo adolescentes con el entusiasmo que solo se tiene cuando se es un niño. Nos encontramos en plena Plaza de España, en el interior de los emblemáticos cines Golem. Veo a los intérpretes al otro lado de la calle, donde el sol no da tregua y se aleja del frío casi invernal de este lado de la vía. Dos estaciones enfrentadas nos separan hasta que Etura y Gutiérrez se acercan al lado oscuro, donde tengo la suerte de entrevistarles en exclusiva. Ambos son protagonistas de la nueva comedia romántica del cine español, Sexo fácil, películas tristes, protagonismo que comparten con el demiurgo de la cinta, Ernesto Alterio. Se sientan a mi alrededor y oigo a Quim Gutiérrez hablar como un dibujo animado. Acaba de doblar una película y todavía no ha perdido la entonación espléndida  con que nos regala algunas frases. Los tres nos sentamos y nos sumergimos en una conversación que pronto se revela magnífica. Pueden ser guapos, talentos e idolatrados, pero sobre todo, Marta Etura y Quim Gutiérrez son unos actores inmensamente correctos y humanos.

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Imagen de Sexo fácil, películas tristes, película distribuida en España por Filmax © 2015 Icónica, Lazona, Water Films, Az Films y Patagonik. Todos los derechos reservados.

Lucía Tello Díaz.- En la actualidad el cine español no se puede entender sin vosotros, os habéis convertido en unas figuras imprescindibles de esta nueva generación, ¿cómo ha sido ese ascenso vertiginoso en una década?

Marta Etura.- Yo debo reconocer que no lo vivo de esa manera; me hace mucha ilusión que digas esto y ojalá sea cierto, pero no lo vivo así. Empecé a trabajar muy jovencita, esta profesión es muy compleja y hay que luchar muchísimo y es muy difícil. No tengo esa sensación de decir que estoy aquí y soy fundamental. Ojalá fuera así, pero la realidad es que uno ocupa una posición a través del trabajo y de la lucha constante y que, si uno quiere seguir aquí, es a través de ese camino.

Quim Gutiérrez.- Sí, yo no me siento imprescindible para nada –sonríe-, pero está bien que se vea así desde fuera.

ME.- Hace mucha ilusión, la verdad. Pero lo cierto es que no hay nada seguro en la vida, y menos en esta profesión porque es muy compleja y muchas veces depende de factores que uno mismo no puede controlar. Ahora bien,  lo que está en mis manos voy a seguir trabajándolo a muerte, porque es la profesión que amo, y quiero rodar y rodar hasta morir.

QG.- Bueno, yo lo mismo morir rodando no –ríe-, yo tengo mis conflictos, entiendo que este es un trabajo tremendamente cruel. Por ejemplo, yo identifico bien esto cuando alguien que empieza me pregunta qué le recomendaría. Yo le diría que tiene que asumir que es un trabajo muy difícil, que ni el esfuerzo ni el talento le aseguran poder vivir de esto. Si asumes esta circunstancia, adelante, pero siempre teniendo en cuenta una balanza imaginaria en la que uno coloca su profesión de vez en cuando, para seguir dándose cuenta si le compensa o no. Me parece necesario. Yo también empecé muy pequeño, y tuve la suerte de ver desde pronto a gente muy mayor dedicándose a ello, y pude ver el contraste, estaba con gente de la edad de mis abuelos trabajando, cuando ellos ya estaban retirados y, sin embargo, aquellos actores de setenta años estaban a las siete y cuarto de la mañana haciendo una serie cada día, con cansancio, con pérdidas de memoria, a veces con lógico mal humor. Pronto entendí que esto era la profesión, no solo por parte de la gente mayor, porque tuve compañeros de todas las edades, pero vi actitudes de un cierto desgaste y amargamiento vital que entendí que para nada los quería yo, no quería convertirme en eso. Supongo que se me quedó muy grabado y tengo esa balanza muy presente.

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Imagen de Sexo fácil, películas tristes, película distribuida en España por Filmax © 2015 Icónica, Lazona, Water Films, Az Films y Patagonik. Todos los derechos reservados.

LTD.- Habéis hecho muchas películas juntos, hecho que imagino facilitará determinadas cosas, pero ¿qué puede complicar el hecho de tener tanta complicidad con tu compañero?

ME.- A mí la verdad es que me facilita el trabajo en lugar de perjudicarlo, no encuentro nada que me haga pensar que es peor

QG.- Es cierto que hay personalidades que sí que favorecen actitudes como menos serias, no hablarnos mal pero sí decir “venga Marta, haz esto”, pero creo que tiene que ver con una cuestión de personalidad. Es cierto que tengo amigos con los que hay mucha confianza, con los que he currado, y sí que ha habido puntos en los que hay una cierta tirantez, pero Marta y yo somos súper correctos y empáticos, vemos la necesidad del otro, nos miramos y nos respetamos; no por el hecho de tener confianza nos soltamos más o faltamos más, o perdemos precisamente ese respeto.

ME.- Y a veces pasa que de trabajar mucho con alguien ya le conoces sus truquillos, pero creo que no es el caso entre Quim y yo, que somos actores que buscamos siempre la verdad en cada plano y cada momento; incluso en ocasiones en que reconozcas un gesto, que ya lo conozcas, está lleno de verdad. Así que es perfecto.

LTD.- En esta película sorprende que sois protagonistas de una historia en la que no sois protagonistas, sino que lo es Ernesto Alterio, ¿qué os sedujo más el hecho de que sea un juego de guion o trabajar con un director que presentaba su opera prima?

ME.- A mí me atrajeron varias cosas. Me gustan mucho las historias en las que aparecen muchas capas, muchas dimensiones; en las que de repente el espectador está viendo una narración que a su vez está generando otra que tiene dentro otra historia. El tema de las capas me parece muy atractivo, y que además te permite muchas lecturas. Me atrajo que me apetecía hacer una comedia, salir del drama y hacer algo que trabajas desde otro lugar; también hacer un personaje que bailaba, con lo que a mí me gusta; también el equipo y otras muchas cosas.

QG.- A mí me hacía ilusión hacer una película a la cual recurrir cuando uno está contento por amor, o cuando necesita alguna dosis de curación para el desamor. Y las comedias románticas a mí básicamente me sirven para eso. Me parecía un objetivo bastante noble. Yo tenía un problema inicial con el personaje, y es que al principio no me caía muy bien, y Alejo me sedujo, supo contarme cómo debía enfocarlo de una manera distinta. Así que entendí de forma muy fácil por qué no me caía bien, porque representa un tipo de persona que a mí no me gusta. Conseguimos revertirlo, Víctor es alguien que, por miedos, decide vivir en una zona gris más o menos confortable, pero es alguien que tiene la suficiente inteligencia para ver cuándo aparece alguien que puede servir como revulsivo, en este caso el personaje de Marta, y él acepta el reto, no sin problemas, de arriesgarse y buscar para él una existencia mejor. El final de la película para mí se convierte en un homenaje para este tipo de personas, quienes a pesar de haber sido educadas en el “estamos bien como estamos”, deciden cambiar las cosas. Que hace falta bastante valor para hacerlo.

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Imagen de Sexo fácil, películas tristes, película distribuida en España por Filmax © 2015 Icónica, Lazona, Water Films, Az Films y Patagonik. Todos los derechos reservados.

LTD.- Te has referido al amor y esto enlaza con un tema que me parece fundamental, ¿qué tiene el amor para haber generado, a lo largo de tantos siglos, tal profusión de obras artísticas, incluidas el cine, que hablan del mismo fenómeno y nunca nos cansa?

ME.- Es que el amor es lo que mueve todo. No solo el romántico, el amor por algo es el motor de la vida. Para mí el amor es el motor de absolutamente todo. Uno ama a alguien y eso hace que actúe de una determinada manera; a una profesión, y eso hace que sea de una determinada manera. El amor está en todo y en todos, y es inevitable que el amor forme parte de las historias, en diferentes planos y en diferentes conceptos. Es el motor de la vida y la pieza fundamental de todo.

QG.- Sí. Absolutamente de acuerdo.

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Imagen de Sexo fácil, películas tristes, película distribuida en España por Filmax © 2015 Icónica, Lazona, Water Films, Az Films y Patagonik. Todos los derechos reservados.

LTD.- Hay dos escenas que, sin ser las únicas, resultan de lo más sorprendente en la película. La primera es tuya, Quim, es la que estás entre el gentío en plena Puerta del Sol el día de Nochevieja, ¿estabas allí realmente?

QG.- Sí estaba, sí, pero el día treinta. A mí me sorprendió porque el día treinta hay muchísima gente allí. Los figurantes eran, por suerte, los quince que tenía alrededor, para controlar que su reacción fuera adecuada cuando el plano fuera corto. El día treinta hacen un ensayo para ver que todo funcione, con campanadas y todo. Y está hasta arriba. La gente se emborracha y no sé cómo estarán el día treinta y uno, porque estaban ya desfasados. Además, la gente va por voluntad propia, es una tradición en Madrid ir el día antes para ver el ensayo y festejar el año nuevo desde el día antes.

LTD.- Empiezan ahí la fiesta…

QG.- Absolutamente, empiezan ahí la fiesta, al día siguiente resaca, Alka-Seltzer en casa, y de nuevo a la fiesta. Yo no podría seguirlos ni de broma.

LTD.- Menos mal que estabas rodeado de extras, porque debe ser complicado controlar a los que están allí

QG.- Sí, sobre todo porque se mosquean. Sales una vez de la plaza y te pueden preguntar a dónde vas, pero si sales seis veces porque todavía no está bien el plano, ya piensan que eres imbécil o algo así.

LTD. Y ya por último, Marta, en la escena en que realizas una pieza de danza contemporánea, ¿cómo la preparaste?

ME.- Mi escena de baile Alejo quería que la corografiase Carmen Werner, que es una de las coreógrafas más potentes de este país; para mí fue un lujo, yo ya estaba formada porque me encanta bailar y llevaba bailando desde hace tiempo, y la verdad es que ella me dio unos cuantos movimientos y me dejó muy libre para hacerlos, y encajábamos con la música, hacíamos movimientos que se podían recoger bien a través de cámara. Me gustó mucho porque a mí me encanta bailar y, poder hacerlo en una película, me hizo mucha ilusión.

QG.- Además era espectacular verla.

ME.- Para mí fue un día de rodaje muy especial, muy bonito, porque se juntaban mis dos pasiones.

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