Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones fuertes son las más seguras.
Tito Livio
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Ante todo, feliz año nuevo 2015, espero que sigamos teniéndoos a todos en este nuevo año lleno de cine; a vosotros va nuestro agradecimiento. Como empezamos mes, he escogido una película que, tras la emisión de un programa televisivo, he recordado haberla visto hace años. En el programa, su protagonista, Marcos Rodríguez Pantoja, ha vuelto a salir después de mucho tiempo, y ha encantado al público con su sencillez llena de tanta sabiduría. La película de la que hablo es Entrelobos (2010), del director Gerardo Olivares.
Imagen de “Entrelobos” – Copyright © 2010 Wanda Visión, Arako Films y Sophisticated. Distribuida en España por Wanda Visión. Todos los derechos reservados.
Basada en hechos reales, la historia nos lleva a un pueblecito de la sierra cordobesa, donde Marcos (Manuel Camacho/Juan José Ballesta), vive con una familia pobre de la época, 1954, cuando él tenía solo siete años. Habiendo pasado toda la infancia trabajando como un animal de carga, Marcos sufría el hambre y las palizas constantes de su padre y de su madrastra, lo que hace que finalmente sea vendido “como una cabra”, en sus propias palabras, a un desconocido (Sancho Gracia). El hombre, un señor ya entrado en años, se lo lleva a una inhóspita y salvaje sierra, donde Marcos tendrá que ayudarle, ya que él estaba enfermo. Al tiempo quedó solo, el hombre muere y Marcos tiene que enfrentarse al mundo con lo poco que le había sido enseñado, para sobrevivir en aquel paraje.
Imagen de “Entrelobos” – Copyright © 2010 Wanda Visión, Arako Films y Sophisticated. Distribuida en España por Wanda Visión. Todos los derechos reservados.
Por allí no pasaba ningún ser humano y Marcos se moría de hambre. Cerca había una loba con cachorros con los que el niño jugaba, y que poco a poco le fueron acogiendo. Los principios, como en todo, no fueron sencillos; el hambre hizo que Marcos le quitara un trozo de carne de venado a uno de los lobeznos y la loba le dio un zarpazo para devolvérselo a su cría. Sin embargo, cogió otro trozo y se lo ofreció al niño. Después de comérselo, le lamió y le “abrazó”. Marcos le correspondió con tal fuerza que, desde aquella estampa, quedó en su memoria llamar a la loba “mamá”. A pesar del paso de los años, todavía sigue emocionándose con aquellos recuerdos. Incluso cuando tuvo un percance con un jabalí, por jugar con su cachorro, se subió a un árbol y llamó a su madre con un aullido, y toda la familia acudió a salvarle. Creo que la película os gustará, por eso dejo el final para vosotros.
Imagen de “Entrelobos” – Copyright © 2010 Wanda Visión, Arako Films y Sophisticated. Distribuida en España por Wanda Visión. Todos los derechos reservados.
De todo esto quedan muchas cosas. Primero, el hecho de que Marcos Rodríguez Pantoja no haya sido el único caso de un niño salvaje, a pesar de que este caso, quizá por la edad que ya tenía y el hecho de que ya hablara, hace que éste sea un caso excepcional, puesto que ya tenía la adquisición del lenguaje en su repertorio. Por otro lado, el mensaje que el propio Marcos nos narra: entiende más a sus padres adoptivos que al inhumano que le vendió, y a los inhumanos que se ríen de él, incluso cuando volvió de las montañas. Finalmente, la parte importante que le otorga a los animales y a la forma sencilla y especial de tratar a un ser humano que, por su adaptabilidad e inteligencia, supo hacerse merecedor de pertenecer a esa manada.
Es bonita la historia y larga la reflexión pero, ya que comenzamos un nuevo año y un nuevo mes, creo que debemos empezar como reza la máxima: cuando la situación es adversa y la esperanza es poca, las determinaciones fuertes son las más seguras. Y desde estas páginas vuelvo a desearos un feliz año nuevo.
Con todo el cariño, desde la Mecedora.
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