La Bella y La bestia 2: una Navidad encantada se sienta en nuestra pequeña butaca; esta secuela navideña se lanza en 1997 conjugando romance, aventura y musical como sólo Disney sabe hacer, dirigida por Andy Knight y guionizada por Flip Kobler, Cindy Marcus, Bill Motz, Bob Roth; nos muestra el lado más dulce y tierno de Bella y de Bestia antes de su envite final contra Gastón. Además cuenta con una impresionante banda sonora con temas como «Se alegran las almas», «No es más que amor» o «Cuentos».

Todos los derechos reservados a Walt Disney Pictures

Como todo hijo de vecino, nuestros dos protagonistas hacen lo propio en estas fiestas, y no me refiero a prepararse para las temidas cenas familiares sino a decorar el árbol, cantar villancicos y todas aquellas cosas que tanto nos gustan a algunos y a otros no tanto. Nuestra amiga Bella será quien inicie toda la campaña navideña en el castillo, Bestia no estará muy por la labor porque fue hechizado durante unas navidades y el recuerdo no le es nada grato. Ella enseñará a nuestro galán peludo que es un momento de amor, amistad, fraternidad, solidaridad -¡parece el eslogan de unos grandes almacenes!-.

En el castillo, como sucede en muchas casas, la Navidad se había perdido por los malos recuerdos que la envolvían. Bella convencerá a todos y cada unos de los habitantes del castillo para que lo engalanen de nuevo y pueda lucir como lo hacía antaño, tendrá que persuadirlos y recorrerlo de arriba a abajo no sin encontrarse con múltiples obstáculos, incluidos algún que otro objeto disidente de la causa, el malvado órgano Forte.

Pese a que en un momento de la película, las cosas entre Bella y Bestia no van demasiado bien -como en todas las parejas-;  y ella se encuentra encerrada y desterrada de todo aquello que pueda oler a Navidad; sabrá enternecer el corazón de la fiera….. (nosotras siempre sabemos como hacerlo desde bien pequeñitas, o ¿no?).

El destino, el azar se podrán de su parte y el propio Forte será el que desencadene su final y el comienzo de una dulce Navidad en nuestro castillo encantado.

Y como todas las noches le digo a peque… «colorín, colorado, este cuente se ha… acabado». ¡Feliz Navidad a todos! Qué como entre Bella y Bestia reine el amor, la paz y la esperanza.

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