Son compañeros, en el cine rivales y en realidad cómplices. Fernando Tejero y Diego Peretti presentan En fuera de juego como si de un partido amistoso se tratase, nada de competencia, todo de compenetración. Ascendemos hasta el piso trece del edificio de Telefónica, en plena Gran Vía, y sin superstición y mucha labia, nos sentamos en una sala circular con vistas infinitas. Uno es andaluz y el otro argentino; uno muy hablador y el otro comedido; Tejero lo da todo y Peretti ausculta su entorno y calla. Por algo es psiquiatra. Se acomodan a mi vera y rompemos el hielo mencionando a Bankia, amargo tema de comienzo para una entrevista que se presupone cómica. Ambos reflexionan acerca de la vida, de la crisis, de la abulia que produce abrir día a día un periódico pesimista irredento, del dinero, del arte, y de la comedia. Porque estos dos actores comprometidos con la sociedad que les ha tocado vivir, han elegido sin pudor la risa para hablar del drama, han revisado los postulados de los grandes genios y han concluido, para mi comodidad y sosiego, que no hay desgracia en la vida que no se digiera mejor con grandes dosis de humor y elocuencia.

en fuera de juego en todo es cine

Lucía Tello Díaz.- Es España hay una gran tradición de comedia cinematográfica, en nuestra historia encontramos cineastas que realmente han encumbrado el género, aunque a mediados de los noventa pareció que el estilo y la conexión con el público se habían perdido. A partir del nuevo siglo, sin embargo, emergió con fuerza una regeneración de la comedia en la que ambos han destacado especialmente, ¿qué opinan de la comedia española actual?

Fernando Tejero.- Yo siempre defenderé la comedia porque es cierto que no tiene la misma consideración que el drama, y me parece igual de complicado hacer un buen drama que una buena comedia, pero a mí entre un buen drama y una buena comedia, creo que es mucho más difícil hacer una buena comedia. Yo siempre pongo el ejemplo de que grandes intérpretes de comedia, conocidos en primera instancia como actores cómicos, luego han hecho dramas con la punta del pie y, al contrario, ha costado más. Por ejemplo, y aunque sé que esto va a sonar muy fuerte, yo a Robert de Niro todavía no le he visto haciendo una buena comedia, y al contrario sin embargo sí; aquí ha habido actores como José Luis López Vázquez, Alfredo Landa que era el Pepito piscinas y de repente hizo El Crack o Los santos inocentes, y de repente era un actor dramático maravilloso. Y Jack Lemmon, uno de mis actores favoritos, hacía comedia y drama igualmente bien.

LTD.- ¿Y el cine español actual?

FT.- En general el cine español está un poco extraño, está en un momento en que no me atrevería a decir si la comedia funciona mejor que el drama, porque de repente No habrá paz para los malvados funciona bien, y Extraterrestre u otras comedias estrenadas después, si bien no puedo opinar de ellas porque todavía no las he visto, no han funcionado. Está todo muy extraño. Pero por otro lado, sí es cierto que las comedias tienen éxito; hombre, tendría que tener las estadísticas delante, pero creo que en las listas de las taquillas españolas lideran las comedias. Por ejemplo, las películas de Santiago Segura, Torrente, te pueden gustar o no y es muy respetable la opinión de cada uno, pero lo cierto es que gracias a Torrente se pueden hacer muchísimas más películas; sin ir más lejos, el año pasado lo que recaudó Torrente la convirtió en la más taquillera de la historia del cine, una producción que batió récords de la más vista en cine no sólo entre las españolas, sino entre las internacionales. Creo que son películas necesarias, por lo menos para un determinado público, y prueba evidente de ello es que la gente va al cine a verlas, con lo cual todo es necesario, y por supuesto la comedia también; ojalá que la comedia siga siendo un reclamo para la taquilla, y ojalá esta comedia en concreto, En fuera de juego, sea tan taquillera como mis películas anteriores, sobre todo las relacionadas con el fútbol.

LTD.- Ambos han hecho otro tipo de cine, no únicamente cómico, incluso Fernando hace pocos meses con Cinco metros cuadrados, desconozco cuál ha sido su experiencia en otros géneros pero dada la profusión de títulos cómicos, ¿se adecua acaso la comedia a la forma de ser de ambos más que otros géneros?

FT.- Lo cierto es que realmente sí intento tomarme la vida con el mayor sentido del humor posible, pero es cierto que luego soy un sufridor nato; yo creo que lo de mi comedia real en la vida, mi sentido del humor, es un escudo; cualquiera que me conozca un poco sabe que estoy todo el rato escudándome. Quizá suena un poco filosófico o utópico, pero soy un tío que abre el periódico por la mañana y me cuesta mucho entender el mundo en el que vivo, y eso me pone muy triste, de verdad; y ya no solamente el tema de la economía, que siempre lo había visto como un tema secundario aunque en estos momentos no lo sea, pero me preocupa más que haya gente que a mil kilómetros de aquí se muere de hambre, niños sobre todo; me preocupa que se maltraten a las mujeres, y a los hombres, a los niños, a los animales en el siglo en el que estamos. Me molesta que siga habiendo xenofobia, racismo, homofobia… Eso sí es realmente preocupante y me pone muy triste. Había una frase que decía “que se pare el mundo que me quiero bajar”, pues lo he pensado en determinadas ocasiones. Sin embargo, y por otro lado, como me gusta mucho la vida el disfraz que tengo para seguir viviendo es el sentido del humor, pero luego soy un tío que tiende bastante a la melancolía. O sea que por eso soy tan bueno en drama y comedia –ríe pícaro-.

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DP.- Pues en mi caso no tengo muy claro qué me pasa con la comedia pero sí, cuando los guiones son buenos y las historias son entretenidas, siento que me encuentro cómodo haciendo comedia. Pero esencialmente necesito que las historias sean buenas, y no me pasa como a algunos actores, que arrastro fuera del set lo que el personaje me esté indicando más allá de que sea comedia o drama, sí me deja pensando tanto una como la otra, pero no me quedo impregnado de lo que pasa en el set, o trato de que así no sea. Sí me quedo más enganchado con cosas que pasan fuera del set, con algún problemita laboral que tiene que ver con el mal entendimiento con alguien, de eso sí, pero no específicamente con los personajes.

LTD.- ¿También se escuda en la comedia?

DP.- Me siento muy identificado con lo que dice Fernando, creo que es una boludez la generalización pero en general los actores cuando dicen que somos tímidos detrás de nuestra apariencia, creo que hay algo de verdad detrás de todo eso. Los actores somos, aunque generalizar no sirva, somos un poquito tímidos; me gusta interpretar, me gusta actuar, nos gusta nuestra profesión, tratamos de jerarquizar como en el caso de Fernando, pero hay gente real detrás, lo que hay al fondo es gente que se escuda un poco con ello para poder sobrellevar la vida. Somos personas que trabajamos con la sensibilidad y la utilizamos en el set y en la construcción de los personajes pero tratamos de resguardarnos un poco.

LTD.- Sin embargo, ninguno de los dos comenzó su carrera interpretativa de primeras, sino que hubo un cambio casi radical entre su vocación y la profesión que estaban realizando hasta el momento

FT.- Mi vida dio un giro tal que, si no llego a agarrarme bien, lo mismo acabo en la Polinesia –ríe con gracejo-. Curiosamente yo quería ser actor de teatro, hombre, no considero que existan actores de cine, de teatro, de televisión, porque un actor lo es en cualquier terreno; pero a mí lo que realmente me gustaba era el teatro, yo iba muchísimo en Córdoba y vi mucho teatro; con dieciséis años devoraba libros de teatro. Curiosamente me sabía de memoria La casa de Bernarda Alba, y digo curiosamente porque no hay  ningún personaje masculino –vuelve a reír con cierto pudor-. Entonces llegué a Madrid, empecé a hacer teatro con Animalario, donde conocí a Alberto San Juán, a Willy Toledo y toda esta gente, y haciendo teatro con ellos me vio Luis San Narciso y me propone para Los lunes al sol y Torremolinos 73. Además hago Días de fútbol y, cuando la termino, me encuentro a la sobrina de José Luis Moreno saliendo de copas, y me pregunta “¿oye, quieres hacer una serie que va a producir mi tío?” Y claro, dije “No” –vuelve a reír profundamente-. Claro, ella enseguida me comentó que él la producía pero no tenía nada que ver con lo que él estaba haciendo en ese momento en televisión. También me preguntó si era de esos actores que no quería hacer televisión, y le volví a responder que no, en absoluto; además yo acababa de rodar muchas películas pero no sabía cuál era mi futuro hasta que no se estrenase todo lo que había hecho, estaba en paro. Y bueno, me pasaron el guión, era para otro personaje pero tras leerlo les dije que si participaba en el proyecto sería interpretando el personaje del portero, y lo que no sabía era la maleta que traía el portero a cuestas, claro…

LTD.- Debió ser una transformación radical de su vida

FT.- De repente me pasó que de bajar a la calle tranquilamente a pasear al perro, a que te conozca hasta el perro de la panadera, y eso es muy difícil de asimilar; sobre todo porque somos seres humanos, yo tiendo mucho a la melancolía. Además, y para más inri, yo acababa de terminar una relación muy importante en mi vida, y yo hubiese cambiado todo lo que tenía en mi vida. Aquel año me dieron treinta y seis premios; me llamó mi hermano para decirme que en El País se había hecho una encuesta y que las tres personas más conocidas del país eran Letizia Ortiz, Fernando Alonso y yo, y a mí todo eso me provocaba una angustia, pero de verdad, que fue la primera vez en mi vida que fui a un psicólogo; se me juntó todo porque había dejado una relación, era el tío más infeliz del mundo en ese momento lo hubiera cambiado todo por recuperar a esa persona, y bajaba a la calle porque tenía que bajar, y todo el mundo me decía “tío eres un fenómeno, gracias por hacerme reír”, y yo subía a mi casa y me preguntaba “y a mí quién me hace reír ahora?”. Pero gracias a ese momento reconozco que coloqué los pies en la tierra y a darme cuenta de que todo lo que tenía en ese instante en verdad no era nada sin lo que realmente quería, y eso me ayudó a pisar tierra. Mayor giro que ese no he tenido, fue muy fuerte.

LTD.- ¿Y en su caso, Diego?

DP.- Pues es cierto que no me dedicaba al mundo de la actuación. El giro más fuerte que he tenido en mi vida tuvo que ver con un cambió también de profesión, en un momento determinado decidí ser actor cuando ya era grande, quiero decir a los 24 o 25 años, yo venía de la profesión de médico y pasar a una cosa tan distinta fue difícil; pero como me di cuenta de que realmente me gustaba más una profesión que la otra, después de allí retorné y pude hacerlo. Tuve la suerte de servir, de ser eficiente, de demostrar que era actor, lo cual es difícil, y funcionó, así que ese fue el cambio más grande que he tenido relacionado con la profesión.

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LTD.- ¿Y con el cambio han conseguido alcanzar sus expectativas?

FT.- En la vida siempre hay que perseguir un sueño, igual es utópico pero todos soñamos con ser feliz, con acostarse con la conciencia tranquila, lo cual es complicado, y luego levantarse igual. Pero el sueño de todo ser humano es ser feliz y, en este momento, mi sueño es muy claro, me gustaría vivir en un mundo mejor. Insisto, sé que suena tópico, pero el mundo en el que vivimos se puede mejorar, y ojalá este espíritu de lucha que se ha creado ahora con el 15-M no se pierda nunca, sobre todo en la juventud; hay que gritar alto para que se nos oiga, y no perder ese espíritu que a veces parece que está pero luego se desdibuja un poco, y eso me da miedo. Mi sueño es que ojalá me muera dejando un mundo maravilloso para los que vengan detrás.

LTD.- Vaya declaración de intenciones, ¿algún consejo en concreto para conseguirlo?

FT.- Pues empezando por los que manejan esta sociedad, me molesta la impunidad con que lo hacen actualmente; cómo nos están robando, cómo encima si tienes un problema con Hacienda te tratan como un delincuente. Es terrible todo, cómo se pueden recortar cosas tan necesarias como la Sanidad, la Educación, me parece que se nos va de las manos, me aterroriza. Veo mucha quietud por parte del personal, y cuando nos queramos movilizar será cuando lo tengamos todo encima y diremos “ay, qué pena”, pero no lo sé, me aburre. Creo que en este momento hay que evadirse, hay que ser positivo, hay que pensar que de alguna manera saldremos adelante, de verdad que me aburre soberanamente leer todos los días el periódico y ver que vamos para atrás y que esto no avanza, y que incluso vamos a peor. En fin, creo que hay que dar un par de guantazos a alguien…

LTD.- E incluso más de un par…

FT.- Totalmente –ríe tímido-.

LTD.- A colación de la situación actual, señor Peretti, usted se especializó en Psiquiatría, quizá entre los dos podrían responderme por qué gustan tanto los personajes que están en crisis

FJ.- ¡Porque nos identificamos todos! –ríe con efusividad-.

DP.- Yo creo que mayormente te ves identificado, hay un lenguaje que estás viendo que es el cercano a vos, todas esas cosas son las que provocan tanta empatía con las situaciones de crisis en la actualidad.

LTD.- Es que los personajes que ambos han interpretado suelen ser el de derrotados, de…

FJ.- Perdedores –ríe nuevamente-.

LTD.- No diría tanto, pero sí en situaciones de descalabro, de crisis personal, ¿es tal vez una querencia suya?

FJ.- Hombre, yo creo que es mucho más atractivo un perdedor que un ganador, no sé qué piensa Diego…

DP.- Sí, un personaje que empieza desde abajo y luego asciende

FJ.- Siempre tienen más recursos, más donde ahondar, y además la gente se identifica porque todo ser humano ha sido perdedor en un momento de su vida, y ganador igual también… Pero yo creo que al ser humano tiende más a quedársele grabada la derrota que el éxito. La prueba está, por ejemplo, en nuestro caso: lees cinco críticas sobre una película, hay cuatro buenas y una mala o regular, y la que te jode es siempre la mala –reímos contagiosamente-. Pues en el cine pasa igual, aunque uno haya sido perdedor aparte de ganador en la vida, siempre se te queda aquí por desgracia lo de perdedor, y el espectador se va a identificar mucho más con el perdedor. Y luego porque es mucho más bonito para trabajar, a mí no me van mucho los papeles de guapo ganador… ¡Igual porque no lo soy! –añade entre carcajadas-. Incluso como espectador a mí me atraen mucho más los personajes perdedores, sobre todo con un afán de lucha; entre mis actores favoritos no hay ninguno guapo, son o atractivos o feos –volvemos a reírnos todos-, con lo cual eso quiere decir mucho.

LTD.- En En fuera de juego intepretan nuevamente a personajes perdedores, sin embargo, seguro que existe algún tipo de papel que les gustaría interpretar, si es que no lo han interpretado ya…

FT.- Hay muchas cosas pendientes, yo creo que se nos acabará la vida y seguiremos buscando, es una carrera de fondo y siempre que uno hace una cosa, quiere otra; como esta profesión es tan creativa. A mí me encantaría hacer muchas cosas, hacer un Shakespeare, me encantaría un Tennessee Williams, un Ibsen, un Chejov, hay autores maravillosos que todavía no he hecho; por otro lado me encantaría hacer un asesino en serie, por ejemplo, pero no en una comedia, en un drama, me encantaría volverme loco, un tío al que se le vaya la olla y acabe matando a todo el mundo –reímos todos y Diego Peretti le da la razón asintiendo-, es que hay muchas cosas… Me encantaría hacer de un transexual, por ejemplo, que estuve a punto y me quedé con las ganas. No lo sé, hay muchas cosas que me encantaría, el abanico es amplio, esta profesión te da la posibilidad de hacer cosas tan variadas que es difícil precisar.

DP.- A mí me gustaría hacer una estrella de rock –reímos todos, especialmente Fernando Tejero-, sí, una buena película sobre el rock y personificar una estrella, ahora que recién vi la foto de Sean Penn y me impresionó…

LTD.- Porque parece el cantante de The Cure…

DP.- Sí, sí, yo no podría aportar ese maquillaje porque sería otra cosa –ríe tímidamente-, pero me gustaría mucho ese papel. Y eso que no canto bien, para nada, pero me gusta mucho el rock, su estilo de vida, lo que refleja el rock.

FT.- Sí, sí, tienes un punto ahí de Bruce Springsteen…

DP.- Bueno, ojalá, si me preguntás obviamente hay muchos autores de teatro para hacer, pero lo primero que me viene a la cabeza así como juego es eso, un cantante de rock.

LTD.- Acaban de presentar el filme de David Marqués pero intuyo que tienen otros proyectos futuros ¿nos podrían adelantar cuáles?

FT.- Volveré a televisión, todavía no puedo decir nada, pero volveré en breve a hacer una cosa en televisión. Luego tengo un proyecto con José Mota para febrero o marzo del año que viene; también voy a hacer teatro, algo que me apetece hacer muchísimo en estos tiempos de crisis, y voy a producir además, que me apetece todo. Y empezaré a ensayar en verano y luego estrenaré una película seguramente para octubre. En televisión me voy a volver a asomar por ahí, haré tres o cuatro capítulos para una serie, tres para ser más exactos que son los que de momento he firmado, y depende de cómo me vaya… Porque tengo muy buen recuerdo de la televisión, lo que pasa es que me da un poco de miedo asomarme otra vez allí y esa popularidad tan terrible, en el buen sentido, claro, me da un poco de vértigo porque ya sé lo que es eso. Pero bueno, creo que ya estoy en una posición que no, que la gente ya me conoce por el cine, y que lo que pasó en Aquí no hay quien viva no se va a volver a producir, por varios factores, hay muchas más cadenas de televisión ahora, la audiencia se reparte más, y porque aquello fue un caso histórico, se igualó a un Real Madrid –Barcelona, imagínate. No creo que por muchas series que haga se vuelva a repetir ese nivel mediático que alcancé con aquel personaje.

LTD.- Y respecto a los planes de Diego Peretti, espero que le sigamos  viendo en el cine español

DP.- Si sigue habiendo películas buenas, que considere que me gustan, sí claro, me encanta, incluso hice aquí televisión, Cuestión de sexo durante una temporada, me gustó hacerla, los actores me encantaron, estaban Pilar Castro, Willy Toledo, Carmen Ruiz, al principio no los conocía mucho pero después me di cuenta de que son actores muy importantes acá en España y además muy buenos. Me encantaría seguir trabajando aquí.

FT.- A mí me encantaría hacer una serie de televisión con Diego, lo juro,

DP.- Trece capítulos –ríe-

FT.- O una película, lo que sea.

DP.- Estaría bueno, sí

FT.- Yo no me canso de repetirlo y ni qué decir tiene que entre los dos hay mucha química trabajando, y a mí Diego me parece uno de los mejores actores que he conocido, y trabajar con él de verdad que es increíble, igual suena tópico pero no lo digo a menudo; en esta película no lo digo de otros, que por lo demás ha sido un reparto maravilloso. Además quien me conozca sabe que yo soy demasiado transparente y que a veces la cago por eso; y es cierto que con Diego, aparte de ser un compañero maravilloso del que se aprende todo el rato, ahora mismo firmaría por una serie o algo con él.

DP.- Estaría bueno, sí, sí, televisión juntos, un lindo dúo sí

LTD.- Realmente tienen química, encajan mucho en una profesión en la que sin embargo, existe mucha rivalidad

FT.- Sí, a mí me da mucha pena reconocerlo, a pesar de que mis mejores amigos son actores, pero sí es cierto que hay mucha hipocresía, mucho codazo, yo sé que igual está mal que yo lo diga, pero es así; es más, me jode que parezca todo tan bonito cuando no lo es. Yo soy un admirador de lo que hago, pero una parte que envuelve a todo esto me da muchísima pereza. Por ejemplo los estrenos. Es tu película y yo la defiendo a muerte pero hay un punto en los estrenos que apetece decir “es mentira todo esto, qué me estás contando”. Y que la gente critique y no pague. Pues no, ve al cine, paga, y luego critica. Pero bueno, es una forma de promoción, siempre se agradece que un compañero venga a un estreno, pero es cierto que pasa. Pues como en la vida. El mundo de la interpretación es un mundo dentro del mundo en el que estamos, y al igual que en el general, en el del cine hay envidias, hay codazos, hay de todo. Pero por parte de todos, no es que sea Santa Teresa de Jesús ahí metida –ríe-.

DP.- Sí, es así, no es que corte, es algo más elevado del ser artístico, por ello sostengo que la buena relación genera mejores resultados que la mala, pero la mala relación a veces es inevitable porque la gente no se lleva bien y punto, como en cualquier trabajo. Pero se debe entender que se trata de poner las flechas hacia el mismo lugar, tanto en teatro, cine o televisión, es colectivo, es una creación en conjunto, así que cuando hay un cortocircuito dentro, que lo hay como en cualquier trabajo, es una hinchada de pelotas. Hay actores, sobre todo actores de la vieja guardia más…

FT.- Sí, sí, sí –ríe cómplice-.

DP.- Sí, de esos que todos conocemos… Que tratan de eclipsarte, eso provoca que el resultado final se cague él mismo, al final él quizá aparezca más en pantalla, pero el resultado no es bueno, en Argentina está lleno de actores de esos… Creo que un sentido moderno de la actuación tiene que darse cuenta de que eso no funciona, que eso no va a ningún lado.

FT.- Totalmente de acuerdo.

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