Trata a una persona como es, y seguirá siendo como es.
Trátala como podría ser, y se convertirá en lo que debe ser.
Jimmy Johnson

Queridos amigos de Todo es cine:

Qué alegría volver a estar cerca de todos vosotros, y poder comentaros una película que, como poco, nos va a hacer reflexionar. Se trata de El milagro de Ana Sullivan (1962, Arthur Penn), protagonizada por Anne Bancroft y Patty Duke, ambas ganadoras de un Oscar por su actuación.

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Imagen de El milagro de Ana Sullivan © 1962 Playfilms Productions Inc. Distribuida por MGM Home Video. Todos los derechos reservados

La historia nos narra la vida de una familia burguesa de la época (siglo XIX), con un padre autoritario y una madre que intentaba dar a su hija Helen, niña sordomuda y ciega, todos los caprichos del mundo, dado que esto generaba en ella un terrible sentimiento de culpa y dolor. La niña, por tanto, sin ningún tipo de estímulo, vivía sin saber muy bien lo que hacía, en un mundo con el que no podía ponerse en contacto. Aparece como llovida del cielo una profesora, Anne Sullivan Macy, a pesar de tratarse de un momento histórico en el que no se tenía en cuenta este tipo de minusvalía y no había ningún tipo de estudios ni terapias al respecto. Pero Anne llega con muchas ganas, tantas que la actriz tuvo que jugársela para interpretar el papel, con tomas y tomas de verdadero esfuerzo, sobre todo físico, intentando que esa niña comprendiera que hay otro mundo, un mundo del que ella formaba parte. Es una preciosa historia. Lo más importante es que está basada en hechos reales.

La magnitud de tener fallos en tantos sentidos, hace que la persona, y sobre todo el niño que no ha tenido muchas experiencias para poder basarse en ellas, se vuelva autista, y como un ser de otra galaxia su propio yo. El entrenamiento duro, arduo, de las personas que están cerca de estos niños hace que puedan comunicarse. La niña Hellen, gracias a Anne Sullivan, aprendió a leer, fue con el lenguaje de los signos en la palma de su mano; era necesario algo, cualquier cosa, para llegar dentro, donde está el ser humano que hay que rescatar. A veces nos pasa que sale una noticia en algún medio de comunicación, de una persona que ha nacido con algún tipo de menoscabo de esta envergadura, y parece que pertenece a otro siglo. Sin embargo, es actual. Todavía hay quien cree que no hay arreglo. La idea es que hay cantidad de asociaciones y organizaciones. Las personas cercanas a estos niños deben buscar ayuda, deben informarse.

Me agradaría tanto que todos los seres humanos pudiéramos ayudar, nosotros desde estas páginas, sabiendo que mucha gente nos lee. Pongamos todos nuestro granito de arena. Entre lo que es la persona a lo que puede llegar a ser, está el milagro de Ana Sullivan. Nosotros también lo podemos hacer. Así formaremos parte de ese milagro, el de la vida.

Con todo el cariño, desde La Mecedora.

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