No posee el reconocimiento que merece y no parece importarle. Al verle, nadie creería que se trata de uno de los animadores más prestigiosos de la factoría Disney, a quien debemos la fantasía que nos ha transportado a mundos tan dispares como el sofisticado de 102 dálmatas o al salvaje de Tarzán. Introducido en el mundo del diseño desde la década de los ochenta, este escritor, animador y director ha sido capaz de despertar al genio de la lámpara con guiones como el de Aladdin, e incluso ablandar el corazón de un monstruo o una mujer pez en animaciones como La bella y la bestia y La sirenita. Enamorado del mundo de la magia desde que viera El libro de la selva, cuando un momento de revelación vocacional alcanzó la pueril mente de un Lima que apenas contaba con un lustro de edad, este hombre sereno, cercano y cordial no ha cejado en su empeño de convertirse en director del noble arte del movimiento aparente. Encarnando la imagen del típico self-made man capaz de crearse a sí mismo, este realizador norteamericano nos demuestra que, aunque imposible en la teoría, la felicidad existe y está en nuestras manos alcanzarla.

kevin lima entrevistado por lucia tello diaz en todo es cine

Lucía Tello Díaz.- Enchanted, la historia de Giselle es una película complicada en la que se mezclan distintos formatos y distintas tramas. De hecho, se podría decir que existen tres filmes diferentes dentro de una misma película: uno de animación clásica, uno de animación tridimensional y una comedia romántica. ¿Le supuso muchas dificultades añadidas el dirigir una película tan compleja?

Kevin Lima.- Sí, es realmente difícil dirigir una película como Enchanted, la cual está compuesta de hasta cinco películas distintas: una comedia romántica, un musical, una película de acción, un filme animado en 2D y otro en 3D. Fue muy difícil llevarlas todas adelante. Si piensas en las películas clásicas de Disney, te darás cuenta de que Enchanted las reúne todas en la misma acción, y eso no sucede muy a menudo. Fue un desafío, un gran desafío.

LTD.- En cierto sentido, se puede decir que es una película muy innovadora, no sólo en forma sino también en contenido. ¿De todas las cualidades de este film, cuál  fue la que más le atrajo de este proyecto?

KL.- Enchanted se me presentó como el proyecto perfecto. Toda mi vida he querido ser diseñador de animación. Desde que tenía cinco años y vi El libro de la selva  me dije: “quiero ser animador de Disney”. Lo más sorprendente es que sucedió, lo conseguí. Con esto quiero decir que, a pesar de que ya había dirigido un par de películas de animación como Tarzán y algunas películas de acción, Enchanted fue como un matrimonio perfecto para mí, donde fusionar las dos facetas, animación y acción. Además sabía que podía cuidar de los personajes desde el estudio, hacer querer a las imágenes y pensar en  las personas correctas para la película.

LTD.- Usted ha trabajado como escritor para películas como Aladdin u Oliver y compañía, ¿por qué en el caso de encantada el guión no corre a cuenta suya?

KL.- Bueno, es que realmente no soy un escritor en sentido estricto, porque cuando colaboro en las historias suelo dedicarme a los story-boards y no tanto al guión. Es más bien dibujarlas, y no tanto escribirlas. Sin embargo, soy muy colaborador en la elaboración de las películas. Por ejemplo, con el guionista de Enchanted trabajé durante nueve meses, introduciendo losdistintos niveles de las imágenes dentro de la película. Porque la primera lectura que tuve del film fue la historia de una princesa que se transportaba a la vida y se convertía en una chica real. Era una idea, pero no una imagen Disney. Así que entonces empecé a introducir elementos como una bruja malvada, una manzana envenenada, es decir, intentando establecer la conexión, el matrimonio por así decirlo, entre la animación y la acción.

LTD.- La película rompe con muchos convencionalismos que anteriormente estaban vigentes, lo cual parece indicar que la infancia y juventud ha cambiado bastante en los últimos años. ¿Es más difícil hacer películas para los niños de hoy?

KL.- Sí, es más difícil, especialmente en la forma de narrar la acción, porque los niños hoy en día ven películas en casa que están muy lejos de la forma de comprensión tradicional. Ellos ven grandes películas de acción con sus familias, así que tienen un sentido distinto de cómo deben ser narrados los relatos. Así que es difícil contar una historia, especialmente en el caso de ésta en el que se vuelve a un planteamiento clásico. En este aspecto descubrí que si añadía un nivel de parodia a la historia, de alguna forma la película se convertía en más atractiva. Tengo el convencimiento de que así será para los espectadores.

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