Es amigo mío aquel que me socorre, no el que me compadece.
Thomas Fuller
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Empezamos un nuevo mes y, con él, una nueva película sobre la que reflexionar, Alpha (2018, Albert Hughes). La historia nos lelva al principio de los tiempos, cuando el ser humano vivía en tribus para poder sobrevivir, ya que la caza y la vida en compañía de los otros aseguraba su resistencia.
En el poblado de Keda (Kodi Smit-McPhee), los cazadores se disponen a salir a por sus presas. Las mujeres les tatúan en sus manos lo que mejor conocen, las estrellas del firmamento que, trazado a modo de mapa, permite que nunca se pierdan y puedan regresar con los suyos. Keda acompaña a su padre Tau (Jóhannes Haukur Jóhannesson) y, en la lucha cuerpo a cuerpo con los animales, un bisonte le lanza al abismo, quedando malherido. Su padre le llama, pero vuelve a caerse sobre una roca en el desfiladero, sin poder responder esta vez. Aunque Tau se queda velando toda la noche por el, su hijo no se mueve y los buitres que merodean dan fe del festín que va a acontecer.
El resto de la tribu, viendo que Keda está inmóvil, le dan por muerto, y aunque su padre grita para que despierte, terminan por realizar un ritual mortuorio para despedirle.
Un buitre desciende a la roca donde yace Keda y, al ir a picarle, hace que se despierte, dándose cuenta de lo terrible de su situación, gritando el nombre de su padre como única esperanza. Una oportuna lluvia torrencial hace que pueda caerse al agua y bajar de allí. En la búsqueda de su pueblo, sabe que la época de nieve se acerca y, con ella, una muerte segura. En su camino encuentra a distintos animales, entre ellos a los lobos. Keda se guarece de ellos en un árbol, en el que bebe agua de un pellejo a modo de cantimplora y come gracias a los gusanos que va encontrando. En sus sueños solo ve a sus padres y les llama. Pero esos lobos le atacan y él hiere a uno de ellos, que se queda con él y al que llama Alpha.
Juntos se curan sus respectivas heridas en una cueva donde Keda prepara fuego y aplica mejunjes sobre Alpha y sobre él mismo, hechos con las hierbas que conoce. Juntos comen lo que pueden y comparten el agua, el resto de la historia es para vosotros.
La película, aunque con muchos anacronismos de vestuario y de tiempo, expone cómo un animal tan parecido a nosotros socialmente como el perro, hace aproximadamente cuarenta mil años se fue incorporando a nuestras vidas. El film puede ser una bonita forma de ver cómo un animal fiero se ha convertido en un ser doméstico, nuestro amigo y compañero.
Hoy en día tampoco se entendería la vida sin ellos, aunque nuestra filogenia se unió a la de ellos y juntos fuimos evolucionando. Ya no necesitamos luchar cuerpo a cuerpo con las amenazas, teníamos animales nobles que nos ayudaban en tantas labores, desde el pastoreo al cuidado de nuestras casas o la caza, y hoy en día siguen haciéndolo ayudando a niños con diabetes, a invidentes o incluso a salvar la vida de los heridos en terremotos. Es tanta y tan grande la ayuda que estos canes nos han brindado, que una película también nos puede brindar un momento de agradecimiento.
Por eso, es amigo mío aquel que me socorre, no el que me compadece. Feliz abril para todos desde La Mecedora.
Hoy nos hemos enterado de la muerte de Agnès Varda, desde Todo Es Cine enviamos nuestro pésame a su familia, en especial a Rosalie por todo su cariño, y a todos los que nos une este maravilloso mundo del cine. Hoy estamos de luto, pero un fuerte aplauso para esta maravilla de directora.
Con todo el cariño, desde La Mecedora.
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