Doce días, setenta años, mil novecientas películas visionadas. Una edición más, las puertas del festival de Cannes se abren para mostrar al mundo el mejor cine sin medida, un festín impar por el que desfilan los más grandes cineastas y las estrellas más fulgurantes. Y es que Cannes se ha convertido el mayor escaparate del cine mundial, un espacio en el que glamour, arte e industria se dan cita en colosales dimensiones. Presidido por primera vez por un cineasta español, Pedro Almodóvar, el jurado cuenta con los directores como Paolo Sorrentino e intérpretes como Jessica Chastain o Will Smith. Nacionalidades distintas y personalidades diferentes se aúnan bajo el mismo espíritu, el de devolver al cine el esplendor del que siempre ha gozado. Y para ello la alfombra roja de Cannes se viste de gala, presentando los nuevos trabajos de cineastas ineludibles.
Precisamente ellos, los directores nominados este año en el festival, han puesto muy difícil que pueda aventurarme a dar un veredicto con objetividad o pretendida precisión, habida cuenta de que a varios de ellos, por motivos profesionales, los conozco, los aprecio y también los admiro. Es por ello por lo que Cannes resulta para mí un espacio de excepción, porque en él se concentran afectos y pasiones cinematográficos que ningún otro lugar puede siquiera alcanzar. Aunque mi imbricación con esta edición sea más personal, intentaré arrojar luz sobre algunos títulos a concurso que, a mi juicio, pueden obtener la preciada Palma de Oro.
En primer lugar, en estricto orden alfabético, se presenta Fatih Akin con Aus dem Nichts, un drama protagonizado por Diane Kruger en el que se muestra la realidad de una mujer que acaba de perder a su marido y a su hijo en un atentado terrorista. Lejos de otros estilos que nos engatusaron en el pasado (como su extraordinaria Soul Kitchen), el cineasta alemán promete dar que hablar.
Noah Baumbach, director de la excepcional Frances Ha, regresa tras Mistress America con The Meyerowitz Stories (New and Selected), con Emma Thompson, Dustin Hoffman, Ben Stiller y Adam Sandler. Una de las pocas comedias, -eso sí, dramática-, que encontraremos en la sección oficial.
El surcoreano Joon-Ho Bong, a quien recordarán por The Host (2006) o Rompenieves (2013), vuelve a la gran pantalla con Okja, una historia de ciencia ficción protagonizada por la poliédrica Tilda Swinton, Jake Gyllenhaal y Lilly Collins.
Después de cuatro años, Sofia Coppola regresa con The Beguiled, el esperado drama sureño basado en la novela de Thomas P. Cullinan A Painted Devil. Protagonizado por Elle Fanning, Nicole Kidman, Kirsten Dunst y Colin Farrell, en él podremos reencontrarnos con el universo sombrío y excitante de Coppola.
Jacques Doillon presenta Rodin, un biopic que nos retrotrae al París de 1880, para que nos encontremos con un convincente Vincent Lindon en el papel del artista francés. De nuevo un título que poco o nada tiene que ver con su anterior cinta, Le Mariage à trois (2010), pero que promete un viaje fascinante al fervoroso siglo XIX.
El oscarizado cineasta Michael Haneke, multipremiado y muy del gusto de Cannes, retorna a la alfombra francesa con el drama Happy End, una apuesta solemne por su inquietante mundo cinematográfico en el que nos reencontraremos con algunos de sus intérpretes fetiche como Jean-Louis Trintignant o Isabelle Huppert.
Célebre por Carol (2015) o Lejos del cielo (2002), el pulcro y esteticista Todd Haynes aterriza en Cannes con Wonderstruck, un drama sobre la huida y la libertad en el que nuevamente cuenta con el protagonismo de Julianne Moore.
Tras su Oscar por The Artist (2011), el francés Michel Hazanavicius presenta una apuesta personal, la recreación de un episodio decisivo en la vida de Jean-Luc Godard, en el que decidió saltar por la borda de su vida y empezar de cero.
La poética e impecable cineasta Naomi Kawase vuelve a Cannes con Hikari, una luminosa obra maestra protagonizada por Masatoshi Nagase y Ayame Misaki, que promete complicar la deliberación del jurado.
Tras un drama como Frantz (2016) François Ozon se ha propuesto subir la temperatura con L’amant double, un thriller erótico de alto voltaje con Marine Vacth, Jérémie Rénier y Jacqueline Bisset, que seguro no dejará indiferente.
El sueco Ruben Östlund, después del éxito de Fuerza mayor (2014), estrena The Square, cinta en la que cuenta con Elisabeth Moss y Claes Bang, una historia llena de reflexión e intensidad.
Finalmente, la escocesa Lynne Ramsay, tercera y escasísima presencia femenina en la sección oficial, presenta su You were never really here, un drama protagonizado por Joaquin Phoenix y que aborda la realidad del tráfico de mujeres.
Si bien intuyo que los nombres citados son tremendamente atractivos para la septuagésima edición de Cannes, es muy probable que falle en mis predicciones, y así se alce con el galardón el surcoreano Sangsoo Hong, el griego Yorgos Lanthimos, el húngaro Kornél Mundruczó, el ruso Andrey Zvyagintsev, el alemán Sergei Loznitsa o los hermanos neoyorkinos Josh y Benny Safdie.
Sea quien sea el vencedor, el 28 de mayo se despejarán nuestras dudas. A estas alturas, lo único incuestionable es que, como cada año, el cine será el gran triunfador de Cannes.
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