el caballero oscuro en todos al cineTítulo original: The Dark Knight Rises
Dirección: Christopher Nolan.
País: Estados Unidos, Reino Unido.
Estreno en España: 20 Julio 2012.
Duración: 165 min.
Género: Acción, Thriller.
Reparto: Christian Bale, Tom Hardy, Anne Hathaway, Joseph Gordon-Levitt, Gary Oldman, Marion Cotillard, Michael Caine, Morgan Freeman.
Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan.
Música: Hans Zimmer.
Montaje: Lee Smith.
Fotografía: Wally Pfister.

La trilogía contemporánea del caballero oscuro finaliza en manos de Nolan, esperanza última para hacer una renovada versión del clásico cómic. Pero tranquilos, sólo es cuestión de tiempo que alguien con escasez de ideas “redescubra” el potencial filosófico del héroe de oscura coraza y podamos ver en los próximos años otra versión del superhéroe con el superpoder más alucinante: el dinero.

Han pasado ocho años desde la muerte de Harvey Dent (interpretado en la segunda entrega por Aaron Eckhart, recuperado en ésta gracias a fotos murales en actos de conmemoración… por supuesto sin derecho a cobrar, los recortes alcanzan hasta Gotham). La ciudad parece tranquila, viviendo un período de paz y prosperidad como nunca habían experimentado. Pero ignorando las numerosas etapas previas de tranquilidad frente a un horrible cataclismo, ni el mismísimo Bruce Wayne (Christian Bale) es el que era. Abandonando todo rastro de Batman tras inculparse del asesinato de Harvey Dent (que pasó a ser Dos Caras aprovechando una pérdida de fe oportunamente acompañada de quemaduras de tercer grado), prefiere encerrarse en la Mansión Wayne, arrastrándose con un bastón de buhardilla en buhardilla. Únicamente interrumpido por una cortés visita de la, momentáneamente, ladrona Catwoman (Anne Hathaway) decide poner fin a su encierro para recuperar el control de una hundida Corporación Wayne.

Mientras tanto, un nuevo ultravillano hace su aparición en escena. Y como viene siendo común, sin atuendo imprescindiblemente estrafalario no puedes aspirar a acabar con Batman -léase en este caso máscara/sintonizador de voz que harán furor en el próximo Halloween-. En este caso el elegido es Bane (interpretado por Tom Hardy, irreconocible en comparación con su participación en Origen), que, como siempre, amenaza con una destrucción absoluta de la ciudad de Gotham, salpimentándolo del típico sentido del caos inverso, la revolución popular y el terror subterráneo pero perfectamente financiado.

Para poder mantener el extremado equilibrio del que hace gala el film, se necesitaba de otro personaje femenino, y evidentemente tras la ladrona sexy y peligrosa sólo podía venir la científica entregada y soñadora, con una causa y un talento que la hacen imprescindible. Y por supuesto, no puede faltar en esta entrega el fiel mayordomo, Alfred (Michael Caine). Porque siempre queda mucho más llano llamar al servicio por su nombre de pila. Con un argumento muy dividido entre distintas localizaciones, la acción pasa de Gotham a prisiones perdidas con rapidez; de alcantarillas redecoradas al máximo, a la eterna Batcueva (sí, con mayúsculas, pues no conozco a nadie que no quiera tocar tres teclas y aparecer en su propia gruta de maniático millonario). Y quizás es esa excesiva búsqueda de un equilibrio argumental el que hace perder la frescura y la novedad que Nolan supo plasmar en la segunda entrega (The Dark Knight (2008)), con el inolvidable Joker a cargo de Heath Ledger.

the dark knight rises christian bale

Fotograma de The Dark Knight rises. Derechos reservados a su distribuidores y/o productores

No sé si convencido u obligado, Nolan claudica ante las fórmulas de cierre de trilogías. Pudiendo haber sorprendido con un nuevo golpe de genialidad y reinterpretar el sentido dramático del tercer acto, ha preferido -o le “han hecho preferir”- este abuso de previsibilidad. Tiene mucho mérito haber recogido el testigo de una historia muy marcada por el estilo de Burton -que a su vez seguía completamente el dramatismo y la plasticidad de los cómics- y hacer una lectura más cercana al thriller policial, a un tensión extremadamente dura y fría. Acercando Gotham a Nueva York consigue plantar en nosotros una situación más alejada de la caricatura de cómicos enemigos y con una contemporaneidad que podría ser alarmante. En efecto cabía esperar que, como en toda buena trilogía, esta tercera parte no pudiera ser comparada con la segunda -y ni hablar de Batman Begins (2005), que como broma fue divertida pero como inicio fue cuanto menos inquietante-. Pero, al menos un servidor, guardaba la esperanza de ver algo entretenido a un nivel más alto que simplemente nuevos diseños en los vehículos de Batman, o que una seductora compañía femenina enfundada en cuero.

Permitidme ya la última comparación con The Dark Knight, pues si bien en aquella película la actuación de Ledger era la más impresionante y memorable entre los protagonistas -incluso a pesar del rentable recuerdo póstumo que acompañó a la promoción de la cinta-, en esta ocasión el reparto comparte un peso mucho más homogéneo. Desde el villano interpretado por Hardy -que tiene por supuesto su mérito aguantar con la máscara las casi tres horas de película- hasta Anne Hathaway, que consigue salvar con dignidad el previamente apaleado papel de Catwoman. Y quizás su boca, pudo ser una de las máximas razones que disuadieron a esta cinta de ser promocionada en 3D.

Con todo, a la película no le hace falta promoción extra para conseguir reclamar la atención del espectador. Simplemente, preparaos para tres horas de una película que poco a poco va perdiendo la chispa Nolan para dejar paso a finales sorpresivamente felices, posibles secuelas y el indudable presentimiento de que Hollywood no dejará cerrada la Batcueva por mucho tiempo. De nuevo con mayúsculas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *