Tiene muchas tablas y eso se nota. Lleva años engatusando a un público que la adora. Por televisión, teatro, cine o doblaje, esta actriz de Baracaldo se ha ganado el aprecio de los espectadores a pulso. Con una voz dulce inconfundible, un sentido del humor siempre amable y las ideas muy claras, Anabel Alonso habla en exclusiva para nosotros aprovechando la promoción de su último largometraje, Atasco en la Nacional, donde interpreta a Soledad Montoro, una mujer cansada de tantas responsabilidades que sólo clama por tener quince días de descanso.
Lucía Tello Díaz. Se dice de usted que es una workholic o adicta al trabajo, y es que realmente su currículum abruma, ¿cómo consigue compaginar tantas y tan distintas actividades?
Anabel Alonso. Realmente es una suerte poder abarcar tantos ámbitos. Cuando a veces me preguntan qué prefiero, siempre digo que poder intercalar todos los medios es maravilloso. Que te llamen tanto de un ámbito como de otro es un logro. Es cierto que quizá antes sí que eran más compartimentos estanco, pero ahora afortunadamente hay mucho trasvase y, si se tiene la suerte como yo, de poder defenderte en todos, resulta genial. Ahora bien, al final todo esto son los resultados, o gustas o no gustas, la oferta y la demanda es así de cruda. Y realmente, si vas intercalándolos y vas funcionando, ése es el truco, ni más ni menos.
LTD. ¿Siente predilección por alguno de ellos?
AA. Si tuviera que elegir en cuál de ellos estoy más cómoda, sería difícil… Porque yo empecé en teatro, de ahí pasé a la televisión donde me he movido prácticamente los últimos quince años, intercalando con cine, por supuesto. Entonces, son tres medios tan distintos a la hora de trabajar… Por ejemplo en teatro, tienes un mes y medio de ensayos en donde puedes probar, cambiar, equivocarte, buscar, y cuando estrenas la función, no se acaba tu trabajo, sigues encontrando hasta el último momento que se cierra el telón. En televisión, todo es el resultado inmediato, es la rapidez, es tener oficio, es tener resortes, es ser rápida. Y el cine es como el encaje de bolillos, es el mínimo detalle, es la sinceridad… Entonces son tres maneras de hacer tan distintas, tres trabajos tan diferentes, que poder hacerlo todo es el complemento perfecto. Hombre, el teatro tiene algo de esencial en este trabajo, por eso le tengo cierta debilidad.
LTD. Háblenos de Soledad Montoro, su personaje, ¿le fue difícil interpretar a una mujer como ella?
AA. La verdad es que para interpretarla me basé en algunos referentes. Creo que el primer referente en que me basé fue en las madres, porque, a qué madre no le hemos oído culpar al marido de todo lo que le pasa; decir que todo lo bueno que tienen los hijos es suyo, o cosas como: “si no fuera por mí, no sé qué sería de esta familia”, “el día que me líe la manta a la cabeza yo no sé qué va a ser de esto”… Todas estas cosas, las tenemos en la cabeza, creo que es el “fraseario” de las madres. Eso fue como un embrión. Indudablemente, esta mujer, Sole, está en una situación límite, trabajando durante los 350 días restantes, sin días de fiesta como todas las amas de casa, que trabaja de lunes a domingo las veinticuatro horas del día, y ve que va a tener quince días en que no va a cocinar, ni fregar, ni hacer las camas, y va a tener servicio de habitaciones –lo más que le puede pasar-, y ve que todo se va al garete… Pues todo eso a ella le estresa. Aparte de todo esto, también he cogido referentes de ciertas películas europeas, como Divorcio a la italiana, cierta manera de hacer un poco extrovertida y de mujer de carácter, que podría tener cierta comunión con este tipo de personaje.
LTD. Un personaje que, por cierto, no tiene nada que ver con el que interpretó en Kika… ¿Con Almodóvar cuándo?
AA. ¡Ojalá! –ríe- ¡Me encantaría! Yo se lo digo siempre, y es que hace ya catorce años desde que trabajé con él en Kika. Sé que hubo muy buen entendimiento entre nosotros, pero me encanta que sus guiones e historias vayan por otros derroteros… Puede que se coincida, porque con Cecilia [Roth] desde que hizo Laberinto de Pasiones, no había vuelto a coincidir hasta Todo sobre mi madre; o con Victoria [Abril], no ha vuelto a trabajar desde Kika; con Carmen [Maura] estuvo sin trabajar muchos años… Y son mujeres y personajes muy emblemáticos. Ojalá se dé de nuevo la circunstancia. Yo, cuando él quiera, sabe que aquí estoy, disponible para lo que quiera.
LTD. A veces las actrices se quejan de la ausencia de guiones pasados los veinte años, sin embargo, en su caso podría decirse que es al revés, su fama va en aumento. ¿Ha sentido usted esa injusta presión que padecen las mujeres en esta industria?
AA. Afortunadamente, y toco madera –literalmente– le suele pasar eso al tipo de actriz que es la protagonista de la película, que de veinte a treinta años, hace los papeles protagonistas de las películas. Pero yo siempre he sido una actriz de las que han llamado “de carácter” o secundaria, que de vez en cuando me tocan papeles protagonistas en cine, pero que es un tipo de mujer no basada en un físico, como las protagonistas, quienes, cuando llega una edad, necesitan un tiempo de reajuste. En tanto en cuanto el tipo de personajes que yo he hecho no han sido del tipo protagonista, porque tampoco soy guapa…
LTD. No diga eso...
AA. Es que lo sé, no es físico. Mira, yo hice Los ladrones van a la oficina con 28 años, y ahora tengo 42, y realmente no he notado un cambio físico en este sentido. Quizá también es la suerte que me acompaña, pero sí que depende del tipo de personajes que te hayan dado. Considero que cuando he sido la “guapa” de la película, aunque suene raro decirlo, sí que hay unos años de ajuste.
LTD. ¿No cree que más que por el físico, sea porque usted no se ha dejado nunca encasillar como sí han hecho otros actores?
AA. Bueno, pero es que yo me adapto a todo lo que viene. Sé que hay compañeros que o les ofrecen un tipo de trabajo, o no lo hacen. Yo sí que, en este sentido, “valgo para un roto como para un descosido”. Que quieren que seas la vecina, pues bien; que ahora tienes que interpretar una madre de familia, pues lo soy; que me toca la asesina, pues lo hago –ríe-. Me gusta mucho mi trabajo, y por ello siempre me enamoro de los personajes que me ofrecen. No tengo prejuicios a la hora de aceptar ningún tipo de personajes.
LTD. ¿Y cuáles van a ser sus proyectos futuros?
AA. En principio rodar una película con Pablo [Carbonell] que se titula Ángeles S.A. Es de Eduard Bosch, y están Silvia Marsó, y la niña María Isabel, que será la protagonista, junto con Pablo, que hace de su padre. Es un poco un tipo como el que se hacía antes, porque en España no ha habido películas sobre niños artistas desde Parchís, Marisol o Joselito, es decir, estrellas infantiles musicales. Al igual que Atasco en la Nacional entronca con ese tipo de cine que se hacía en los años sesenta, que hay que recuperar y que hay una generación de espectadores que no lo conoce, y se lo puede pasar muy bien. También empiezo esta semana la grabación de una serie para Antena 3 que se llama La familia mata, se emitirá a finales de agosto o principios de septiembre, aunque luego todo cambia mucho. Afortunadamente también tengo otros proyectos para teatro, ya el año que viene…
LTD. Finalmente, y en vista de las ruinosas vacaciones que se ilustran en la película, ¿cuáles serían sus vacaciones perfectas?
AA. Serían en un lugar donde no me conociera nadie. Simplemente. Me da igual en mar o en montaña: estar rodeada de gente y que no me conozcan. Mi
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