En 2018, Louis Garrel presentó su película L’homme fidèle una comedia dramática y además romántica, que parecía tener poco o nada de cómica, dramática y romántica. Sin embargo, es una de las mejores cintas de la década, con un sentido del amor, de la responsabilidad y de los afectos tan poco habitual como imperecedero. Su enfoque se debe, casi en exclusiva, al excelente guion firmado por el recientemente desaparecido Jean-Claude Carrière en compañía del propio Louis Garrel, una historia sencilla, bien labrada y con un fino humor que la lleva del suspense a la tragedia, de la hilaridad al pudor.
Hace unos años, Abel (Louis Garrel) era el compañero de piso de Marianne (Laetitia Casta), con quien no solo tenía una convivencia cordial, sino con quien mantenía una suerte de relación amorosa informal, aunque muy intensa. Un día, Marianne le confiesa que está embarazada de su amigo Paul, motivo por el cual no solo debe irse del piso, sino aceptar que se casará con él. Sin apenas tiempo de reacción, Abel se ve obligado a renunciar a Marianne, el auténtico amor de su vida. Nada puede hacer contra un amigo y contra su pareja, mucho menos cuando hay un niño de por medio. Todo queda suspendido en la vida de Abel, a pesar de que intentará reconstruirse poco a poco. Años después, cuando al fin lo consiga, Marianne regresará para decirle que Paul ha muerto. Esta noticia desbarajustará la vida de Abel, ahora periodista, quien por fin parecía haberse olvidado a ambos.
Junto con Marianne llegará Joseph (Joseph Engel), un preadolescente repleto de rabia, incomprensión y dolor que verá en Abel un nuevo contrincante por el amor de su madre. También aparecerá en su vida Ève (Lily-Rose Depp), la hermana del difunto Paul, una joven que lleva una vida entera enamorada de Abel y que por fin tiene edad de iniciar una relación con él, si las circunstancias lo permiten.
Extraordinaria propuesta de Louis Garrel, sin duda, la presencia de los tres protagonistas devuelve cierto halo de una nouvelle vague ya perdida, y a cuya relectura contribuye el tono de la historia, el guion de Carrière (uno de los últimos que firmó el guionista) y el modo descarnado de enfrentarse a un amor tan posible como improbable.
No es de extrañar que el libreto de L’homme fidèle obtuviera el Premio al Mejor guion en Festival de Cine de San Sebastián, así como la nominación a Mejor director en el Festival de Buenos Aires (BAFICI) y la nominación de la joven Lily-Rose Depp a Mejor actriz revelación en los Premios César.
La fotografía limpia, fría y distante de Irina Lubtchansky contribuye a perfilar una película inesperada, de corte clásico, con un tono libre de afectaciones e interferencias contemporáneas.
Una cinta, en definitivas cuentas, repleta de nostalgia, de humor y de intriga que contribuyen a crear un clima de engañosa sencillez: el de una historia de amor compartido, descabellado y desapasionado y, aun así, repleto de cabalidad y de pasión.
Deja un comentario