Le gusta ir contracorriente y eso se trasluce en cada uno de sus pasos. De negro impoluto, de pies a cabeza, apenas se percibe a través de su indumentaria la figura de Najwa Nimri, algo que la aleja de los apretados cánones de la industria del cine. Con blazer larga, leggings elásticos y una camiseta rockera, el único punto de color lo aportan sus tacones nude y su indiscreta pulsera naranja, de ésas que recuerdan a los Acid House de los años ochenta. Pero Najwa Nimri no imita nada ni a nadie, tiene estilo propio; por ello sus padres eligieron para ella un nombre incisivo que en árabe significa “éxtasis”. Su contagiosa risa, sus inmensos ojos jordanos y su voz tranquilizante, recuerdan que esta todopoderosa intérprete no conoce límites ni barreras. Hace una semana terminó un rodaje en Berlín, y en apenas un par de días viajará a Argentina para presentar su nuevo disco. Su savoir-faire y su respeto le hacen sorprenderse por la omnipresencia del realizador de Todo lo que tú quieras, Achero Mañas, sin percatarse de que a dinámica y universal, stricto sensu, no hay quien supere a Nimri. Entre pregunta y pregunta, ajena al mundo que le rodea, la actriz sonríe despreocupada, se agita el cabello con entusiasmo y se desenvuelve con naturalidad, siendo capaz de mantenerse atenta a la conversación, evocar décadas pasadas y pensar en el futuro en una misma línea de temporalidad. Pese a ello, pregunta interesada acerca del concepto de ubicuidad; ¿y tú lo preguntas? Ubicuidad eres tú.
Lucía Tello Díaz.- Si algo destaca en tu carrera, es la elección de papeles con gran intensidad dramática, de mujeres abigarradas, ¿qué criterio aplicas a la hora de seleccionar tus personajes?
Najwa Nimri.- Pues en función de cómo voy viviendo, de mi momento vital; en el caso de esta película, era un momento en el que tuve la posibilidad de hacer el personaje de la madre, Achero no tenía claro el que interpretase el papel de Marta, aunque al final pujé por este personaje más que por el otro. A decir verdad, lo que más me apetecía hacer del personaje de la madre, era el ataque epiléptico concretamente…
LTD.- ¿El ataque epiléptico?
NN.- Sí, probar a ver cómo se hacía físicamente un ataque semejante. Si te pones a pensar, ése es el reto del actor, experimentar continuamente: cambiarte el pelo, hacer ese tipo de transformaciones… Para mí sí, yo funciono así. Pero venía de interpretar a unas cuantas madres ya, así que me apetecía meterme en el papel de “la otra”, pero desde un punto muy cálido, nada escabroso: una chica optimista, muy normal, que está enamorada de este tío, sin más, y que quiere ponerle las cosas lo más fácil que pueda, dentro de que es un amor no correspondido, por ello se pone un poquito pesada; era una persona sin demasiadas ambiciones, por eso me interesó el personaje.
LTD.- ¿Cómo abordaste el interpretar a “la otra”, pero no siendo una femme fatale, sino asumiendo ser también víctima de la situación trágica que os toca vivir?
NN.- Lo abordé con un convencimiento absoluto de que no lo haría desde la perspectiva de “la mala”, no desde la femme fatale, sino desde el punto de vista de una tía normal.
LTD.- Es curioso porque tus personajes siempre tienen esa calma, esa normalidad, incluso la reportera de Oviedo Express…
NN.- Sí, y eso que ella sí que era una femme fatale– ríe-.
LTD.- Todos tus personajes tienen siempre un momento de reflexión, un punto de calma interior, ¿es una querencia voluntaria buscar personajes así?
NN.- Es que siempre intento hacerlos humanos, porque si no, no funcionaría. Una cosa que detesto, es cuando veo en el cine actuaciones que no te dejan ver la persona que hay detrás, más allá de que la persona siempre se vea. Pero es que el envoltorio es lo mismo, tampoco somos tan distintos unos de otros. El que el punto vulnerable, incluso cuando el personaje pueda ser de hielo, se atisbe aunque sea por un segundo, me parece muy importante.
LTD.- Desde un punto de vista femenino, la escena de sexo con Botto es tremenda, el personaje de Marta tiene que aceptar que su pareja se refiera a ella con el nombre de su mujer difunta…
NN.- Sin embargo la escena fue súper divertida, nos moríamos de la risa. La forma de abordarla fue sencilla: disfrutar lo besos, porque tenemos una buena tensión sexual, buena química. Ya rodé con Juan Diego Asfalto, y besa súper bien, así que fue una gozada. Por lo general te toca un actor con el que no te gusta besarte, que son casi todos para mí –vuelve a reír pícaramente-, y con Juan Diego me encanta besarme. Desde el punto de vista de la planificación de la escena, fue tremendamente matemático. Juan Diego me preguntaba: “¿Te hago daño si te agarro así la cabeza?”, “¿esto te va bien así?”… Fue milimétricamente medido.
LTD.- Y eso que hay un momento en que te quedas a escasos milímetros de la esquina de la mesilla de noche…
NN.- Lo puede parecer pero fue cero violento y con mucho humor… Es que yo siempre tengo mucho humor trabajando. Aunque haga papeles muy trascendentales, me muero de la risa en un rodaje, no soy nada seria.
LTD.- No sé cuál es tu punto de vista, pero desde la perspectiva del espectador, es preferible que Marta, la amante de Botto, al final no se quede con él, ni asuma ese papel de “madre postiza”. Hubiera sido un poco cruel que se quedara con todo tras la muerte de Alicia. Legítimo, pero cruel…
NN.-No creo que hubiera sido cruel, pienso que todo el que pierde a alguien tiene el derecho de recomponer su vida todo lo rápido que quiera, al día siguiente, si le parece bien. No se trata de usurpar, de hecho, no es mi modus operandi. Sí puede haber mujeres que están más a la caza o a la búsqueda de las pérdidas, pero ¡el hombre elige también! Jamás he sido de las que insultan a la chica.
LTD.- Es que no hay motivo para el insulto, es una actitud muy poco respetuosa…
NN.- Claro. Yo creo que las mujeres siempre hemos sido muy “desgraciadas” a la hora de no protegernos, y por ahí hemos flaqueado mucho. Ésta es una de esas mujeres, la que siempre está en la recámara, que nunca es la elegida, que no es la madre de tu hijo, que es la que está pululando por ahí. Me interesan particularmente estas mujeres. Como me interesan las “perdidas”, las “locas”, las muy imaginativas… Porque creo que hay un punto en mí, en mi personalidad, que está muy centrado en realidad, que es muy poco alterable, por eso busco este tipo de papeles; también tengo un punto muy cómico, que es algo que todavía tengo que explotar en el cine, espero que en algún momento me ofrezcan una comedia. De verdad, el que no haya hecho ninguna comedia es algo que siempre se preguntan todos mis amigos… Pero bueno, pienso que las personas hacen los papeles que son opuestos a lo que son sus vidas. Por eso los cómicos suelen ser, por lo general, personas infumables en la vida real, egos inmensos, histriónicos y bastante dramáticos. Así con todo.
LTD.- ¿Y en el caso de Marta?
NN.- Marta tiene muchos conflictos, por eso no sería posible que se quedara con Leo. Ella está forzando el carro, porque él no está enamorado de ella, algo que Marta está pasando por alto, y eso es, precisamente, lo que no es de recibo pasar por alto. No puedes aprovecharte de una situación vulnerable si el amor no es recíproco; sí lo sería si ambos estuviesen enamorados, tal vez esperar más, ser más cuidadoso si se puede, si eres sensible; ser menos cuidadoso si no lo eres… Si la otra persona te corresponde está bien: “yo te amo, tú me amas, pues perfecto”. Pero es que en este caso no es así, él la necesita, pero no la quiere.
LTD.- Respecto a la banda sonora, con todo el bagaje que tienes ¿cómo es que en esta ocasión no te apuntaste a escribir la música de Todo lo que tú quieras?
NN.- Achero y Leiva son amigos, y además él es muy bueno. No siempre te toca a ti, ¡ojalá! Pero no será la última banda sonora que hagamos, ya cogeremos alguna. Además no hubiera podido abarcar tanto trabajo ahora, es mucho esfuerzo, y es verte a ti misma, sobre todo. Me gusta hacer bandas sonoras si yo no protagonizo la película. En Asfalto hice la mitad y no me vi; en Utopía hice la canción final; en 20 centímetros hice la película entera porque salgo muy poquito.
LTD.- Y en Guerreros, cuya banda sonora es brillante…
NN.- Sí, hice la banda sonora pero no salí interpretando, ese fue el trueque. Le dije [a Daniel Calparsoro] que no quería salir como actriz, aunque me había ofrecido el papel de la chica. A cambio le dije que haría la música, que fue la primera vez que tenía ocasión, ya había hecho Asfalto y me junté con Carlos [Jean] y fue cuando descubrí el nivel de trabajo que entrañaba llevar la banda sonora, requiere muchísima dedicación. Fue recompensadísimo, eso sí, fue muy oído y muy premiado, pero nada compensa las horas de trabajo, ¡está muy mal pagado! –ríe con travesura-, te lo digo en serio, no sabes cómo es. Supongo que en algún momento volveré a hacerlo, conozco ahora a muchos más músicos que podrían trabajar conmigo, y estoy en una situación que de hecho, podría hacerlo mucho mejor, pero ya llegará…
LTD.- Y con esta agenda tan apretada, ¿cuáles son los planes futuros?
NN.- Acabo de venir de Berlín de rodar con Ramón Salazar, ni te imaginas lo que está haciendo, es una locura… Creo que va a ser una película que ha vuelto a enganchar con lo mejor del cine. Ha sido absolutamente alucinante la experiencia. La está haciendo sin dinero, con dos cámaras de fotos que son como cine, y ha sido una locura de rodaje. Ahora se va con Lola Dueñas a París, y luego vuelve con Carmen Maura otra vez aquí a Madrid, y creo que va a dar mucho que hablar la película. Está rodando con mucho talento y mucho corazón. Y ahora también me voy a Argentina, han cogido el disco y se edita allí, así que iré a hacer presentación y prensa y todo por allí.
LTD.- Pues muchísima suerte de la buena, desde Los amantes del Círculo Polar no has dejado de hacer trabajos magníficos
NN.- Muchísimas gracias, la verdad es que lo de Los amantes del Círculo Polar es impresionante; en Berlín aluciné porque gente jovencita se me acercaba a hablar sobre ella y ya hace más de quince años desde que la rodamos. Se ha convertido ya en un hito.
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