Si soy lo que tengo y lo que tengo lo pierdo, entonces ¿quién soy?
Erich Fromm
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy os voy a hablar de una coproducción japonesa-singapurense titulada Una receta familiar (2018, Eric Khoo).
La historia nos lleva a Japón, al restaurante de Kazuo (Tsuyoshi Ihara), un hombre joven, pero al que la vida le ha pasado factura. La muerte prematura de su esposa Mei Lian (Jeanette Aw) hace unos años le ha dejado una huella difícil de borrar. Su hijo Masato (Takumi Saitoh) le recuerda lo afortunado que es, pues desde muy joven ha trabajado en la restauración, siendo el primero en abrir un restaurante donde se podía degustar kaiseki, una decisión que ha sido todo un éxito. Ahora es un restaurador muy cotizado por ello. Pero ese día, es el aniversario de la desaparición de Mei, quedándose absorto en su pensamiento hacia su mujer.
Esa noche Masato se levanta y ve que su padre tiene preparada la comida, pero algo sucede. Una ambulancia nos lleva a la pérdida de su progenitor. Masato se queda devastado y triste, decidiendo emprender un viaje para encontrar su otra parte. Se dirige a Singapur con el diario de su madre para buscar sus raíces y sus recuerdos, reviviendo todo aquello que hasta los diez años escuchó de los labios de su madre, una mujer buena a la que Masato adoraba.
Lo deja todo, incluido a su perro, y se va en busca de sus recuerdos, empleando la cámara de fotos antigua que sus padres usaban, haciéndose fotografías en todos los lugares donde había crecido con su madre. En Singapur visita a Miki (Seiko Matsuda), la autora de un blog culinario de Singapur al que él, como todo joven que se mueve en las redes sociales, conoció tiempo atrás. Masato es seguidor acérrimo de Miki, y con ella aprende su cocina. Es la primera persona con la que se queda en ese lugar, ella le enseña su gastronomía y por medio de la comida, Masato vuelve al pasado.
También allí se reencuentra con Wee (Mark Lee) el hermano de su madre, y junto a él conoce a la familia de este. También Wee le enseña cómo se prepara bak kut teh, el plato que le devuelve los recuerdos de su familia. Pero queda algo en el diario de su madre que debe cumplir, reencontrarse con su abuela, la mujer que tanto había hecho sufrir a su madre. Gracias a su tío la conoce, hasta entonces ella se había negado a conocer a su nieto porque no aceptaba que su hija se hubiera casado con un hombre japonés, ya que su marido había muerto por culpa de soldados japoneses durante la segunda guerra mundial. La historia está servida y ésa es para vosotros.
La película, cuyo título original es Ramen Teh en honor al plato que él mismo creó, rehaciendo y fundiendo la gastronomía de los dos países. El propio Masato era fruto de esa misma fusión, y a través de este viaje puede completar un duelo inacabado, para poder llorar y amar esa parte de su vida, esos recuerdos bañados en un delantal que olía a todos los ingredientes de la cocina de su infancia. Pero, sobre todo, es una película en la que Masato es también el ingrediente que falta en su familia, también incompleta. Todos juntos cocinando y amando completan juntos ese duelo.
Por eso, si soy lo que tengo y lo que tengo lo pierdo, entonces ¿quién soy?
Con todo el cariño para todos desde La Mecedora.
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