Título original: The monuments men.
Dirección: George Clooney.
País: USA.
Año: 2014.
Duración: 118 min.
Género: Drama, bélico.
Reparto: George Clooney (Frank Stokes), Matt Damon (James Granger), Bill Murray (Richard Campbell), John Goodman (Walter Garfield), Jean Dujardin (Jean Claude Clermont), Bob Balaban (Preston Savitz), Hugh Bonneville (Donald Jeffries), Cate Blanchett (Claire Simone).
Guion: George Clooney y Grant Heslov; basado en el libro “The Monuments Men: Allied heroes, nazi thieves and the treatest treasure hunt in History”, de Robert M. Edsel y Bret Witter.
Producción: George Clooney y Grant Heslov.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Phedon Papamichael.
Montaje: Stephen Mirrione.
Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en USA: 7 Febrero 2014.
Estreno en España: 21 Febrero 2014.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.
Nada compensa una vida perdida. Lo irremediable de la muerte, lo irreparable del daño infligido, hacen que la guerra sea la mayor de las atrocidades concebidas por mentes perversas. Porque la guerra es, como señalaba Henry Miller, “la destrucción del espíritu humano”. Establecer que un elemento material, inerte, pueda tener más valor que una vida, parece lógicamente inadmisible. Nada puede compararse con la conservación de una vida. Hay, sin embargo, bienes que sin ser supremos como la vida, definen al ser humano y su bagaje, manifestaciones que subliman su condición mortal y perduran para siempre, dando testimonio de su paso por el mundo. «El arte es aquello que representa lo que hay de eterno en el mundo”, citaba otro gran autor como Stanisław Przybyszewski, un arte eterno que encontrará su defensa en los Monuments Men.
Imagen de The Monuments Men – Copyright © 2013 Fox 2000 Pictures, Columbia Pictures y Smoke House. Todos los derechos reservados. |
En septiembre de 2009, Robert M. Edsel publicó su revelador libro Monuments Men: aliados heroicos, ladrones nazis, y la caza del tesoro más grande de la historia, la narración de un grupo de élite que actúo durante la Segunda Guerra Mundial pero no en el campo de batalla, sino en el campo del arte. Tal como documentaba Edsel, tras el bombardeo de Pearl Harbor, un grupo de profesores de universidad, arquitectos, historiadores y restauradores, fueron reclutados bajo el programa Monumentos, Bellas Artes y Archivos (MFAA) de Roosevelt, para viajar a Europa, recuperar las obras de arte confiscadas por el nazismo, evitar su deterioro y destrucción, y enviarlas a su país de origen. Esta historia desconocida para el gran público es la que ahora George Clooney nos presenta, un filme que supone el quinto dirigido por el protagonista de Gravity y cuyo guion firma al alimón con Grant Heslov.
Imagen de The Monuments Men – Copyright © 2013 Fox 2000 Pictures, Columbia Pictures y Smoke House. Todos los derechos reservados. |
En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, el conflicto más profusa y reiteradamente representado por el cine, Frank Stokes (George Clooney), pronuncia un discurso acerca del valor impertérrito de una obra de arte, un valor que se está viendo irremediablemente dañado por el conflicto en Europa. Los saqueos del bloque del eje en Europa han postrado al continente y al arte mundial a una decadencia imparable, solo subsanada con la intervención de expertos en la materia que consigan recuperar las obras y devolverlas a sus legítimos dueños. Esta será la misión encomendada a los Monuments Men por Roosevelt, una labor que desempeñarán Stokes, James Granger (Matt Damon), Richard Campbell (Bill Murray), Walter Garfield (John Goodman), Jean Claude Clermont (Jean Dujardin), Preston Savitz (Bob Balaban), y Donald Jeffries (Hugh Bonneville), quienes deberán viajar a Europa, realizar su particular desembarco en Normandía y atravesar el continente catalogando las obras perdidas y buscando los enclaves nazis donde se ocultan las más de cinco millones de piezas robadas. Las legendarias obras de Miguel Ángel, Botticelli, Vermeer, Rembrandt, Van Eyck, o Leonardo Da Vinci, que iban a constituir el faraónico Führer Museum que Adolf Hitler tenía planeado construir en Linz, serán los objetivos militares que estos siete soldados deberán encontrar, aunque para ello deban arriesgar su vida, vivir en condiciones infrahumanas, y adentrarse en sótanos, minas de sal o palacios abandonados.
La misión de estos siete hombres, ninguno menor de la cuarentena, en pésima forma física, con total desconocimiento de los resortes propios de la guerra y ajenos a los usos y protocolos militares, se hará cada vez más difícil, necesitando la ayuda de una conservadora de museo francesa, Claire Simone (Cate Blanchett), para descubrir el paradero de las obras perdidas.
Imagen de The Monuments Men – Copyright © 2013 Fox 2000 Pictures, Columbia Pictures y Smoke House. Todos los derechos reservados. |
Aunque Monuments Men es tan solo un fragmento de lo que fue realmente la misión MFAA, lo cierto es que la película que Clooney nos presenta adolece de ciertos elementos que hubieran hecho de ella una obra rematada y completa. La hondura de la temática abordada, los dilemas éticos que en ella se plantean, la relevancia de la misión o incluso los espacios donde transcurrió su particular batalla, son apenas remarcados por Clooney; sería necesaria mayor profundidad e intensidad en una trama que, en ocasiones, se muestra débil y tenue. El personaje de Claire Simone es el más ilustrativo de esta superficialidad, siendo una mujer desdibujada, apenas matizada, y con unos cambios de registro bruscos que solo Cate Blanchett, con su carisma y su innegable capacidad lingüística, logran sortear. Tampoco los planos cerrados de Clooney consiguen situar al espectador, de haber sido planificados de manera más general, menos inclusiva, se podría disfrutar más de unas localizaciones espléndidas, elegidas con todo el rigor de la historia.
No obstante, las pinceladas de humor esparcidas a lo largo de toda la trama, así como algunas secuencias de intensidad emocional límite, confieren a esta producción heredera de El puente sobre el río Kwai, Malditos bastardos y Feliz Navidad, un tono acorde con el esperado, eso sí, dentro de una historia absolutamente insospechada.
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