«Está vivo. ¡Está vivo!» fueron las cuatro palabras que James Wahle necesitó para convertir su filme en una de las películas más terroríficas de todos los tiempos. Con Frankenstein (1931), no sólo asistimos a la encarnación cinematográfica de la criatura de Mary Shelley, sino al comienzo de una imaginería emblemática que para siempre quedaría ligada […]

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El tiempo no pasa a través de sus rasgados, profundos y candorosos ojos. Su corrección infinita, y su también infinita cultura, se cuelan por entre cada palabra, cada recuerdo, cada señal que articula con su voz ronca, entrecortada por la evocación de tantas experiencias vividas. Pocos intérpretes españoles pueden hacer alarde de una sólida formación […]

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