Título original: Shrek forever after.
Dirección: Mike Mitchell.
País: USA.
Año: 2010.
Duración: 94 min.
Género: animación.
Doblaje original: Cameron Diaz (Fiona), Mike Myers (Shrek), Eddie Murphy (asno), Antonio Banderas (Gato con Botas), Julie Andrews (reina Lillian), Walt Dohrn (Rumpelstiltskin), John Cleese (rey Harold), John Hamm (Brogan), Jane Lynch (Gretched), Craig Robinson (Cookie), Lake Bell (bruja).
Guión: Josh Klausner y Darren Lemke.
Producción: Teresa Cheng y Gina Shay.
Música: Harry Gregson-Williams.
Montaje: Nick Fletcher.
Dirección artística: Peter Zaslav y Max Boas.
Distribuidora: Paramount Pictures Spain.
Estreno en USA: 21 Mayo 2010.
Estreno en España: 8 Julio 2010. Apta para todos los públicos.
Descubrir una veta de éxito en la mina cinematográfica no deja de entrañar riesgos innecesarios. Después de tres títulos de probado triunfo en las taquillas, este verano la sombra fornida y verde del ogro más tridimensional vuelve a la carga, con la sana intención de desbaratar a su competencia, ahora que las salas de cine se visten de gala con la factoría de animación.
Y no es que Shrek felices para siempre… no consiga atraer e impactar con su nueva entrega, una de las mejores de los últimos años, sino que tal vez hubiera sido preferible prescindir de algún título intermedio para poder disfrutar sin agotamiento de esta conclusión bien orquestada y además entretenida. En esta ocasión el filme nos retrotrae al comienzo de la historia, cuando todo estaba por hacer. Es entonces cuando conocemos a Rumpelstiltskin (Walt Dohrn), un pequeño y ambicioso hechicero que, conocedor del conjuro que pesa sobre Fiona (Cameron Díaz), intenta convencer a sus padres para que firmen un documento que le entronizará ipso facto. Sin embargo el azar hizo que Shrek (Mike Myers) rescatase a la princesa, postrando a Rumpelstiltskin a un destierro y miseria de los que no cree ser merecedor. Carcomido por la codicia, el mago esperará años hasta encontrar y seducir a Shrek, ahora agitado padre de familia, despersonalizado y en plena crisis de identidad, que verá en el embaucador la mejor forma de disfrutar de una jornada completa como lo habría hecho en el pretérito, cuando era un ogro feroz, soltero y temido.
A cambio de la paz prometida, Shrek deberá cederle al mago un día cualquiera del pasado, haciéndose así el hechicero con su propio día de nacimiento, consiguiendo que en la nueva vida que Rumpelstiltskin le presenta, el ogro ni siquiera exista. Con tan sólo veinticuatro horas para desbaratar el acucioso sortilegio, a contrarreloj deberá conseguir que Fiona se vuelva a enamorar de él, sin que sus incondicionales amigos Asno (Eddie Murphy) y Gato (Antonio Banderas), le conozcan o recuerden. Sólo un beso de amor verdadero conseguirá que Shrek y su crisis de madurez recobren el sentido de la vida, comprobando que, como los humanos, también los ogros desprecian lo que más vale.
Ingeniosa y difícil, Mike Mitchell consigue ofrecer una película distinta contando con los mismos ingredientes que en ediciones pasadas, algo complicado y digno de elogio que resulta tan refrescante como ocurrente.
En definitiva, una película atractiva en que se descubre el talento de quienes, contando lo mismo, consiguen transmitir una historia completamente diferente.
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