Antes de ser amo de tu esclavo,
aprende a ser amo de ti mismo
Epicteto
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Es un placer volver a estar con todos vosotros, cada vez somos más los que estamos unidos por un mismo “placer”, el séptimo arte, y sois bienvenidos a nuestras páginas, hechas con todo el cariño para vosotros.
Hoy me gustaría hablaros de dos películas que, en estas fechas, podemos ver y compartir. Se trata de Salidos de cuentas y Mejor solo que mal acompañado. Ésta última, dirigida por John Hughes en 1987, narra la historia de Neal Page (Steve Martin), quien quiere volver a su casa junto a su familia que le espera, pero las malas condiciones meteorológicas hacen que pase unos días -como poco- inolvidables; conoce a Del Griffith (John Candy), que es un hombre que le mete en mil y un apuros, pues su dejadez y su falta de orden, tan distinto a Neal, hacen del viaje un viaje infernal. Pero al final, cuando se conocen y ven las cosas que pueden compartir, acaba en una feliz celebración. Os gustará.
Salidos de cuentas (2010, Todd Philips), se trata de algo muy parecido, esta vez es Peter Highman (Robert Downey Jr.), quien tiene a su mujer a punto de dar a luz (Michelle Monaghan), y debe llegar al hospital; también él se encuentra a un compañero de viaje parecido al anterior, Ethan Tremblay (Zach Galifianakis), quien también hace que sea una experiencia, por lo menos, imborrable.
Todo esto nos lleva a reflexionar. Estamos en una época en que se va a visitar a la familia o amigos, los desplazamientos por carretera son bastante frecuentes y debemos intentar que no nos pase lo que nuestros amigos, y se convierta en algo espeluznante.
Os comentaré lo que me ha pasado. En un viaje que he hecho últimamente, miraba por la ventanilla del coche, estaba oscuro y la niebla medio tapaba los semáforos de los peajes. La afluencia de los coches con sus luces, y el rojo y verde del semáforo, parecía ser un gran árbol de navidad, y las luces de los automóviles estrellas; era tan idílico, tan entrañable, que hizo que fuera estupendo en el viaje. Pero a veces eso se trunca. Debemos pensar cuando se acerca un coche y se ve la gente que va dentro de él, la cantidad de vida que va allí, y que debe llegar a su destino. Hay una campaña de tráfico muy inteligente, que nos enseña que algún día nos veremos como los hombres de las cuevas, que nos dejaron que eran humanos por sus pinturas; pero a nosotros nos mirarán como “homo poco habilis”, alguien que toma alcohol, que no guarda las distancias, que va haciendo cosas imprudentes. Todo eso que es de sentido común, hagámoslo que sea común.
Que nadie necesite que le midan el alcohol en sangre, ni nada; pues somos suficientemente capaces de no ser sólo el amo del volante, sino ser el amo de la persona que llevamos dentro.
Que vuelvas a leernos, que vuelvas a tu casa, a tu trabajo, a tu vida. Te queremos y queremos lo mejor para vosotros.
Con todo el cariño desde la Mecedora.
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