Película: Rush.
Dirección: Ron Howard.
País: USA. Año: 2013.
Duración: 123 min.
Género: Biopic, drama.
Reparto: Chris Hemsworth (James Hunt), Daniel Brühl (Niki Lauda), Alexandra Maria Lara (Marlene), Olivia Wilde (Suzy Miller), Natalie Dormer (Gemma).
Guion: Peter Morgan.
Producción: Andrew Eaton, Eric Fellner, Brian Grazer, Ron Howard, Brian Oliver y Peter Morgan. Música: Hans Zimmer.
Fotografía: Anthony Dod Mantle.
Montaje: Daniel P. Hanley.
Diseño de producción: Mark Digby.
Vestuario: Julian Day.
Distribuidora: eOne Films Spain.
Estreno en USA: 27 Septiembre 2013.
Estreno en España: 20 Septiembre 2013.
Guion, fotografía, dirección, reparto y sonido. Si una película se distingue por una de estas cualidades, se puede considerar una conquista. Si posee dos, un logro. Más de tres, un triunfo. Tener las cinco condiciones, como sucede en el caso de Rush, es propio de producciones olímpicas, aquéllas conducidas por unos pocos elegidos que obtienen éxito proporcional a su esfuerzo.
No es nuevo para Ron Howard alcanzar la meta deseada, ver la bandera de cuadros el primero y no ir a rebufo de ningún otro realizador. Sin gran presupuesto inicial pero con un guion sólido, Howard decidió llevar a la gran pantalla el proyecto personal de Peter Morgan, guionista británico de origen austríaco que tenía un saldo pendiente con el choque frontal de estas dos culturas. Porque Rush es, ante todo, la historia de una rivalidad, la que mantuvieron durante años el piloto austríaco Niki Lauda (magistral Daniel Brühl) y el inglés James Hunt (estupendo Chris Hemsworth), una rivalidad dentro y fuera de los circuitos de la Fórmula 1 que alcanzó su cénit en la temporada de 1976, cuando ambos se enzarzaron en la lucha por el título mundial. Esa competición, que no deja de ser “un acto de obsesión y de amor”, como el propio guionista la ha definido, será la que eleve la adrenalina del espectador, vibrando con el heroísmo de esta historia de personajes con psicología y estructuras emocionales completamente opuestas. Niki Lauda, cerebral, serio y metódico, colisionará frontalmente con la impulsividad, el ardor y la inconsciencia de James Hunt, un seductor incansable cuyo sex appeal desfilará dentro y fuera del trazado del circuito. Una lucha que les llevará a arriesgarlo todo, su pasado y su presente, y que invariablemente determinará su futuro, cuando un accidente esté a punto de arrebatarle la vida al vienés en el circuito de Nürburgring.
Imagen de “Rush”, Copyright © 2013 Revolution Films, Working Title e Imagine Entertainment. Distribuida en España por eOne Films Spain. Todos los derechos reservados. |
Con personalidades opuestas servidas para una rivalidad épica, Rush se hace eco de la feroz lucha entre dos maneras enfrentadas de concebir la Fórmula 1, la de Lauda como un deporte reglado, en el que se asume un riesgo con conciencia y pasión; y la de Hunt, como una aventura sin límites, con la meta como único fin y la libertad como medio. Sin financiación asegurada de antemano, Howard dirigió el guion de Morgan después de que éste se reuniera en diversas ocasiones con Niki Lauda, quien atraído por la idea de que llevasen su vida a la gran pantalla, aceptó la condición de no visualizar el guion ni realizar cambios una vez se hubiera escrito. Protagonizada por Daniel Brühl y Chris Hemsworth, la labor interpretativa de ambos no muestra fisuras, especialmente patente en el caso de Brühl, con un cuidada trasfiguración física y la adopción de las maneras idiomáticas austríacas, aprendiendo las inflexiones de un acento que, sin ser el suyo, consigue dominar con fluidez y total credibilidad.
Todo ello orquestado por un Ron Howard acostumbrado ya a deslumbrar, acompañado de nuevo por Peter Morgan, guionista capaz de reconstruir el régimen del ugandés Idi Amin, como de relatar la comparecencia pública de Richard Nixon o de repasar las consecuencias para la reina Isabel II de la muerte de Lady Di.
Imagen de “Rush”, Copyright © 2013 Revolution Films, Working Title e Imagine Entertainment. Distribuida en España por eOne Films Spain. Todos los derechos reservados. |
Convulsa, trepidante y repleta de energía, Rush transmite la celeridad de la competencia y la tensión de la rivalidad sin trampas, con un montaje dinámico, en ocasiones violento, y una banda sonora vibrante. Una historia cuyo nervio cinematográfico le llevará a estar en lo más alto del podio de los Oscar, sin ninguna duda.
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