Título original: Roma. Año: 2018. Duración: 135 minutos. País: México. Dirección y guion: Alfonso Cuarón. Fotografía: Alfonso Cuarón, Galo Olivares. Reparto: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Marco Graf, Diego Cortina Autrey, Carlos Peralta, Daniela Demesa, Nancy García García, Verónica García, Latin Lover, Enoc Leaño, Clementina Guadarrama, Andy Cortés, Fernando Grediaga, Jorge Antonio Guerrero. Producción: Participant Media y Esperanto Filmoj. Distribución: Netflix. Género: drama. Estreno en España: 14 de diciembre de 2018.
Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción
François Mauriac
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy os voy a hablar de una película extraordinaria que no os dejará indiferentes: Roma (2018, Alfonso Cuarón). La historia nos lleva a la Colonia Roma de los años setenta, en Ciudad de México, a la casa de una familia de clase media-alta en la que habita un matrimonio con su abuela, sus cuatro hijos y el servicio, compuesto por dos chicas y un conductor.
La vida transcurre entre los quehaceres de la rutina diaria, desde la limpieza del patio interior, al cuidado del perro o el aparcamiento del coche, un gran vehículo al que cuesta introducir en un estrecho garaje. Las chicas Cleo (Yalitza Aparicio) y Adela (Nancy García García) trabajan desde muy temprano, los niños van a la escuela y el padre (Fernando Grediaga) a trabajar. La madre (Marina de Tavira) y la abuela, la señora Teresa (Verónica García), se encargan del bienestar y cuidado de los niños a lo largo de todo el día. Cada persona de esa casa, a pesar de la cotidianeidad compartida, tiene su propia vida.
Los días que tienen libres, tanto Cleo como Adela van al cine con sus novios. Un día, a Cleo le dice su novio Fermín (Jorge Antonio Guerrero) que no le apetece el cine, llevándola a una habitación de hotel donde le enseña su destreza en las artes marciales, las cuales, le explica, le han sacado de la mala vida, del consumo de sustancias y del abandono de los suyos. Cleo está muy enamorada de Fermín, y así se lo cuenta a su amiga y compañera de trabajo.
Los niños juegan en una vida que les es lejana, tienen sus propios problemas. Su madre, la señora Sofía (De Tavira) despide con afecto a su marido Antonio (Grediaga) antes de ir a trabajar, a pesar de que es un hombre serio que nunca exhibe ninguna muestra de cariño. Cuando se acerca la Navidad, con el padre fuera y sin saber cuándo va a regresar, Sofía hará todo lo posible para que las fiestas sean agradables. Sin embargo, uno de los regalos de esas fiestas será el embarazo de Cleo. La señora Sofía la tratará entonces con exquisito cariño, llevando a Cleo al hospital donde una ginecóloga de confianza la atiende como a ella misma. Y ahí comienza la aventura para Cleo, siempre arropada por el cariño de su señora y de todos los habitantes de la casa.
Pero también hay más historia dentro de esta gran película, la señora Sofía encara, simultáneamente, un problema que no encuentra la manera de exponer ante sus hijos: su marido no va a regresar. La aventura continúa y es para vosotros.
La película transcurre en un México que ya no existe, el previo al seísmo de 1985, fotografiada exquisitamente en blanco y negro por el propio Cuarón. En sus planos va dejando testimonio de la otra historia, la global, con un país en el que por aquella época aconteció un terremoto y hubo varias revueltas sociales; todo ello se va reflejando a través de las historias de los personajes. Aunque es un drama, el filme tiene algo que atrapa, que empuja a ver hasta el último de los fotogramas. Las situaciones tan bien definidas del guion (parcialmente autobiográfico) son profundas pero no oprimen, son de una gran belleza. Os invito a que veáis Roma, si todavía no lo habéis hecho, y compartáis la cinta más personal de Cuarón, candidata a Mejor película extranjera, Mejor director y Mejor guion en los Globos de Oro, y seleccionada para representar a México como Mejor película de habla no inglesa en los Premios Óscar.
Una de las lecturas que tiene esta hermosa historia de supervivencia, se oculta en su propio nombre, Roma, anagrama de la palabra ‘amor’. Cuántas heridas puede dejar el amor, qué bellas y hermosas pueden ser las palabras y los hechos, pero cuán vacías aparecen cuando se ve la realidad, una casa repleta de mujeres y niños solos, llenos de historias y llenos de humanidad. Por ello: qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción.
Con todo el cariño, felices fiestas desde La Mecedora.
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