Dirección: Michael Lehmann.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 102 min.
Género: Comedia romántica.
Interpretación: Diane Keaton (Daphne Wilder), Mandy Moore (Milly), Gabriel Macht (Johnny), Tom Everett Scott (Jason), Lauren Graham (Maggie), Piper Perabo (Mae), Stephen Collins (Joe), Ty Panitz (Lionel), Matt Champagne (Eli), Colin Ferguson (Derek), Tony Hale (Stuart).
Guión: Karen Leigh Hopkins y Jessie Nelson.
Producción: Jessie Nelson y Paul Brooks.
Estreno en USA: 2 Febrero 2007.
Estreno en España: 4 Abril 2007.
No hay amor comparable al de una madre. Es vox populi que no hay barreras que contengan el amor materno, máxime cuando la madre en cuestión es Daphne Wilder –Diane Keaton-, una mujer viuda, en el umbral de la sesentena, que ve frustrados los4 planes de futuro que tenía diseñados para sus hijas con el fracaso sentimental del que adolece Milly –Mandy Moore-, la pequeña de su progenie. Tras una serie de desdichados fiascos amorosos, y temerosa de que su hija pierda la oportunidad de encontrar pareja, Daphne decide insertar un anuncio en una página web de contactos, a fin de poder conocer de cerca a los posibles candidatos y seleccionar a aquél al que considere mejor para su pequeña.
Los bienintencionados propósitos de casar a su hija con un acaudalado arquitecto se verán malogrados, sin embargo, cuando el tesón de un atractivo guitarrista, John –Gabriel Macht-, y la voluntad de su propia hija, se crucen en su camino, así como la inesperada y providencial aparición del padre del músico.
Con un género en el que se siente cómoda la redescubierta Diane Keaton, esta comedia nos propone un rato de diversión y esparcimiento como pocas películas lo consiguen. Con indudables reminiscencias a la exitosa Cuando menos te lo esperas, en este film el director Michael Lehman –que ya nos sorprendiera con 40 días y 40 noches o La verdad sobre perros y gatos-, nos propone ahora una perfecta excusa para abandonar el mundanal tedio e imbuirnos en las salas cinematográficas.
Como apunte en este cuaderno de bitácora, quizá quepa sugerirles que no se dejen llevar por las primeras apariencias, ya que ¡Porque lo digo yo! padece de cierta sobriedad inicial, que se ve suplida con un nudo y desenlace inmejorables, conformando en su totalidad una comedia graciosa y distendida. En definitiva, se trata de un film que sin duda hará las delicias de toda la familia… Incluso de las madres.
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