Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en una misma dirección.

Antoine de Saint-Exupéry

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Me ha encantado el feedback que hemos tenido, cuando uno escribe es bonito saber que vosotros, al otro lado, estáis recibiendo el mensaje. Empezamos mes y con él, como solemos hacer habitualmente, también nuestra propuesta temática, un especial; esta vez se ha optado por Batman y por Australia. Yo me he quedado con el último, no por ello menos importante, un continente cada vez más de moda y que parece estar, gracias a las tecnologías, mucho más cerca.

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Imagen de Tres vidas errantes, 1960 Fred Zinnemann, Warner Bros. Productions. Todos los derechos reservados

La película elegida es Tres vidas errantes (1960, Fred Zinnemann), basada en la novela de Jon Cleary, y protagonizada por Robert Mitchum, Deborah Kerr y Peter Ustinov. La historia nos lleva a Australia, a una extensa y gran llanura, donde el matrimonio formado por Paddy (Mitchum) e Ida (Kerr), junto a su hijo Sean (Michael Anderson Jr.), vive en un carromato, donde tienen sus pocas pertenencias. Los tres van de un lado a otro del país para poder, en época de esquilar las ovejas, ir metiendo en un tarro de cristal, el dinero y los sueños que ese dinero puede comprar, que es tener una casa, un hogar donde descansar, con su propia granja y vecinos. Ida trabaja duro, y su hijo intenta trabajar como un hombre para que ese destino que sueña su madre, sea el suyo también. Pero Paddy no piensa lo mismo, a él le gusta que su techo sean las estrellas, su suelo la tierra y sus paredes el mundo; como el dinero no llega, él sigue haciendo ver que su sueño es el de todos.

Pero la suerte cambia y en uno de los trabajos encuentran a un empleador que les ayuda y les ofrece trabajo a todos. Ida va a cocinar y, cuando se ve en una pequeña cabaña barriendo y limpiando, cree que su sueño está cerca ya. Entre todos consiguen mucho dinero, y las apuestas también forman parte de su vida, Paddy coge el dinero del tarro de los ahorros y lo invierte; tiene suerte y gana un caballo de carreras. Parece que el final de su pesadilla está cerca. Pero bueno, el desenlace es para vosotros.

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Imagen de Tres vidas errantes, 1960 Fred Zinnemann, Warner Bros. Productions. Todos los derechos reservados

Creo que os va a gustar mucho la película; quienes la conocéis, seguro que disfrutaréis recordándola. A los que nunca la habéis visto, creo que no os defraudará. Como reza la máxima, el amor no es mirarse a los ojos; el amor es mirar los dos en una misma dirección. Cuando alguien tiene un sueño, el sueño debe ir acompañado de otras emociones, otros sentimientos parecidos y, sobre todo, compartidos.

Desde la Mecedora, con todo el cariño.

1 comentario

  1. Srta. Kubelik 12 septiembre, 2014 at 11:43 am

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    ¡Qué maravilla de artículo! Siempre nos traes películas que hacen ver el cine desde una perspectiva totalmente nueva

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