Ningún jugador es tan bueno como todos juntos.
Alfredo Di Stefano
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Empezamos mes y, con él, una nueva película: Llenos de gracia(2022, Roberto Bueso) basada en la vida real de Valmiro Lopes Rocha, jugador del Levante.
La historia nos lleva a El Parral, un colegio de niños huérfanos dirigido por monjas. La hermana Marina (Carmen Machi) llega nueva para dar las clases de verano a los niños que no tienen a dónde ir. Cuando llega comienza a comprender el panorama que hay en El Parral: niños indisciplinados, de varias edades, con perfil de apatía y desobediencia. La directora del orfanato (Nuria González) está desesperada y, en esa desesperación, le dice a los niños que nunca espera nada de ellos, ya que nunca serán nada.
Los niños aceptan y asumen ese destino. Cuando Marina se pone a dar clases, ellos se niegan, pues el curso ya ha acabado y ahora, como el resto de alumnos, quieren sus vacaciones. Pero la hermana Marina no es una monja al uso, comenzando una guerra de poder. Los niños le cogen el pulso, ella observa todo cuanto acontece en El Parral y se da cuenta de que son solo niños. Les pide una redacción en la que expliquen lo que ellos, cada uno, sienten respecto a lo que realmente quieren. Pero un ‘no’ y los brazos cruzados es lo único que obtiene como respuesta. Incluso un alumno (Pau Márquez) le da la vuelta al crucifijo cada vez que entran en clase, solo para que, como le indica al sacerdote (Manolo Solo) en confesión, pueda ir al infierno, donde seguramente está su madre y, dentro de poco, su padre. El niño no quiere quedarse solo para toda la eternidad, tal como lo está ahora.
Las pesquisas de la hermana Marina para descubrir qué es lo que les gusta a los niños dan sus frutos. Aunque tiene prohibidos hasta los balones, ella sabe que les gusta el fútbol, así que les da un balón de balón bolea para poder empezar un equipo de fútbol. El guarda del recinto (Pablo Chiapella) va a ser su entrenador y la hermana Angelina (Paula Usero), a quienes todos quieren por ser joven, amable y muy cariñosa con los niños a los que tanto quiere, ayudará a la hermana Marina y a los chicos a construir el terreno de juego.
Una obra de caridad de un carpintero y su mujer les brinda las porterías y un viejo y olvidado autobús escolar es ahora el transporte del equipo, donde acuden los miembros del Parral Club de Fútbol.
Como el entrenador no sabe mucho de lo que presumía (de ser un buen entrenador de fútbol), la hermana Marina se atreve a entrenar al equipo personalmente; junto con la hermana Angelina verán la televisión mientras los demás duermen para aprender jugadas y hacer que su equipo llegue a lo más alto.
Y las aventuras que siguen las dejo para vosotros.
Es una película amable, pero deja clara la importancia de la resiliencia. No imaginamos lo importantes que son las palabras, los actos, las personas. Como menciona la hermana Marina: “os habéis acostumbrado a perder y ahora os tenéis que acostumbrar a ganar”. Lo difícil es cambiar el argumento. Pero qué agradecida es la vida: Hay que sembrar, hacer grupo, dar vida. Los niños son el futuro y su futuro depende de lo que hagamos con sus vidas. Por eso, ningún jugador es tan bueno como todos juntos.
Con todo el cariño, desde la Mecedora.
2 comentarios
José 5 noviembre, 2022 at 11:07 pm
El niño que gira los crucifijos es PAU MÁRQUEZ por si podéis editar el texto y añadir su nombre entre paréntesis.
La Firma 3 diciembre, 2022 at 1:07 pm
¡Hecho! Muchas gracias.