Título original: Victoria and Abdul
Año: 2017
Duración: 112 minutos
País: Reino Unido
Director: Stephen Frears
Guion: Lee Hall, basado en la novela de Shrabani Basu.
Música: Thomas Newman
Fotografía: Danny Cohen
Reparto: Judi Dench, Ali Fazal, Eddie Izzard, Adeel Akhtar, Paul Higgins, Michael Gambon, Tim Pigott-Smith, Olivia Williams, Robin Soans, Jonathan Harden, Sukh Ojla, Kemaal Deen-Ellis
Producción: BBC Films, Cross Street Films, Working Title Films
Género: Drama histórico.
Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
Platón
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Hoy os voy a hablar de una película que os recomiendo, sobre todo a los amantes del género, se trata de La reina Victoria y Abdul, dirigida por Stephen Frears y basada en la novela Victoria y Abdul de Shrabani Basu.
La historia nos lleva a India, donde Abdul Karim (Ali Fazal), trabaja de escribiente para el imperio británico. Por sus cualidades personales, Abdul es un hombre joven y muy alto, es escogido para llevar a la Reina Victoria (Judi Dench) en Inglaterra un presente, un móhur o moneda emblemática. Junto a él viaja Mohammed, a quien, casualidades del destino, eligieron de acompañante porque el anterior se cayó de un elefante. Así, ambos hombres salen en barco dirección a la isla, un viaje muy importante para Abdul, que le llena de emoción y de aventura, y una decepción para Mohammed, a quien no le gusta tener que rendir pleitesía a alguien que no le agradaba especialmente. Dos meses de trayecto desembocan en su destino. Cuando ve los trajes que se les prepara, Abdul siempre da su opinión, sobre todo cuando ve el desconocimiento respecto al protocolo de su cultura; las cosas no eran como ellos le decían, pero aquel lugar, aquellas cocinas enormes, aquella cantidad de gente y de despliegue de medios, le asombran.
Al fin ve a la reina Victoria, cuando debe llevarle el mohúr en una bandeja bajo la máxima “no le mires a los ojos”. Pero Abdul miró, y ella también miró a sus ojos, y en ese mismo momento una reina, una mujer de ochenta y un años, recobró la vitalidad. Ella ya había abandonado su cuerpo, se dejaba levantar y vestir; iba a todos los sitios como una autónoma, había perdido las ganas de vivir. Pero cuando empezó la amistad con Abdul, todo cambió. Él y sus ojos abrieron una ventana a mundo. Ella, emperatriz de la India, no conocía nada de su imperio, de sus costumbres, de su lengua ni su cultura. Abdul le habla del Taj Mahal, de los reyes que reinaron anteriormente y Victoria empieza a amar todo aquello. La reina quiso que Abdul fuese su profesor, su ‘Munshi’, y que le enseñara el urdu y cómo se escribía. Con ochenta y un años aprendió a hablar un nuevo idioma y toda su vida se transformó.
Con la oposición de su hijo primogénito y de toda la corte, quienes veían peligrar todo aquello que habían estado esperando, siguió adelante su amistad. Pero el final, como siempre, es para vosotros.
De todas las lecturas que podemos sacar en conclusión de La reina Victoria y Abdul, nos quedaremos con el concepto de amistad. En esta película queda muy patente la fuerza del ser humano que impulsa a ayudar, a ser fiel y leal a alguien. Eso fue lo que hizo Abdul, enseñó otro concepto de vida, y eso abre la mente y nos hace más cercanos a lo que no conocemos; abre el espíritu y nos hace amar a gente que tenemos por menos. Un hombre pobre, sin más recursos que su filosofía, hace que la reina de Inglaterra pueda abrirse y cortar con todos los miedos, todas las inseguridades que posee, aunque deba simular ser la persona más fría. Todos necesitamos ese amigo, esa persona en la que poder descansar y dejar el abrigo que tanto nos pesa.
En algún momento uno puede desahogarse, pero a la vez hablar, reírse, sentirse viva otra vez. En esa vejez Victoria estaba rodeada de gente y, sin embargo, completamente sola. Con él escuchó a Puccini, pudo cantar, porque el apoyo de un amigo siempre hace valiente. Bailar bajo las estrellas, aunque el bastón se quede en otras manos. Y cuando te vas, acompañada de la voz amable y dulce de ese amigo que nunca te abandona.
Por eso, como reza la máxima, buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
Con todo el cariño, feliz octubre desde La Mecedora.
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