No son siempre “los otros”.
A veces es nuestro corazón quien nos engaña
Louise de Valmain
Queridos amigos de Todo es cine:
Una vez más -cómo corre el tiempo-, me acerco a vosotros para desearos un feliz mes, el de julio. Qué de cosas nos trae: el sol, el verano, el calor, la playa… Tantas novedades aunque, sobre todo, el poder volver a ponernos en contacto con la naturaleza y con nosotros mismos. A veces las prisas, los atascos, el trabajo, las preocupaciones, no nos dejan tiempo para estar tranquilos con nosotros mismos. Ojalá podamos en este mes leer los libros que no hemos podido; ver aquella película que nos hubiera gustado.
Hablando de películas, qué os parece si empezamos con una de “miedo”, y que nos sirva de precedente, ya que no suelo hablar de este género. En ocasiones, he de confesar, este tipo de películas valen un montón, sobre todo en momentos en que apetece estar en un rincón del butacón y que la adrenalina te salte. De este tipo es La niebla (2007), basada en la novela de Stephen King, y dirigida por Frank Darabont.
La trama nos sitúa en un apacible pueblecito, con un matrimonio que se despide, pues el padre se va con el niño a comprar a un hipermercado. Hasta ahí todo bien. Pero claro, la cosa se va complicando: no se puede salir del recinto, ya que una niebla espesa se apodera de todo. Cada uno que intenta escaparse presa del pánico, o por ir a buscar ayuda, no vuelve a aparecer entero, sino sólo en partes.
Después de muchos incidentes, el protagonista acaba saliendo con el niño, acompañados por un matrimonio anciano y una amiga. Cuando ven que no tienen escapatoria… Bueno, no os quiero estropear el final, pues tiene su moraleja.
Sólo os puedo decir que cuántas veces la vida nos pone contra las cuerdas, esa niebla que no nos deja ver más allá y, de repente, como por arte de magia, se vuelve todo claro y conciso. Debemos recuperar algo que no se tiene mucho: la paciencia; sé que parece una frase hecha, y que no tiene mucho valor, pero tantas veces hay personas que lo están pasando mal, incluso niños, y nos pueden dar lecciones de su maravillosa paciencia, la sabiduría, ese remanso de paz al que debemos volver. “La paciencia todo lo alcanza”, ya decía Santa Teresa. No quiero caer en el misticismo, solamente deciros que la niebla se va, y que nos coja por lo menos, como cuando empezó la oscuridad. A veces es nuestro propio corazón quien nos engaña.
Espero que este verano esté lleno de claros y de felicidad para todos. Me contáis si os ha gustado la película, y que paséis un feliz mes de julio.
Desde la Mecedora, con cariño.
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