Nunca des a un problema por resolver
más importancia que a una persona que amas.
Barbara Johnson
Queridos amigos de Todo es cine:
Como siempre, es un placer poder volver a estar con todos vosotros. Hoy me gustaría que reflexionáramos sobre algo que es actualmente muy frecuente, y que he llegado a ver incluso en la película de animación Shrek, felices para siempre (2010, Mike Mitchell).
Imagen de Qué bello es vivir (1946), Liberty Films. Distribuido en España por Manga Films. Todos los derechos reservados
Cuántas veces el cine nos ha traído y llevado al pasado, y no sólo en estos momentos que parece que estamos de “bajón”, sino siempre, esa tendencia a deshacernos de la vida que llevamos, para luego ver que no la hemos vivido en vano. Con esta simple reflexión vinieron a mi memoria varias películas que durante años han hecho hincapié en ello, aunque si no os importa, nos quedaremos con la cinta Qué bello es vivir (1946, Frank Capra) y con la última entrega de Shrek.
La historia de George Bailey, es la de un chico de provincias, que se pasa toda la vida queriendo irse de su tierra y poder viajar, e ir a la Universidad. Pero por una gran cantidad de escollos, no llega nunca a poder hacer el sueño de su vida: una gran maleta vacía en la que poder pegar todas las pegatinas del mundo que él quería conocer, para que quedaran pegadas en ella como en su memoria. Tiene que llegar el momento en que el despiste de su tío, una persona mayor, le haga caer en la ruina y la desesperación. Se quiere quitar de en medio, de una vida que para él estaba tan vacía como aquella maleta que se quedó en el recuerdo.
Pero tiene que llegar como arte de magia un ángel para enseñarle la cantidad de cosas que hubieran pasado si él no hubiera pospuesto su aventura por la de quedarse y dar la cara a la vida. Claro que suena horrible, por qué George Bailey y no otra persona, por qué la vida no le paga alguna vez todo lo que él dio.
La otra película es Shrek IV, en la que se nos habla del ogro más querido de la pantalla, quien de repente también siente que su vida vale poco. Otra vez la magia le enseña que su vida sería de otra manera, cuánta gente quedaría afectada, sobre todo él, y lo que él quería y amaba realmente.
Me hace gracia ver que necesitamos magia, ya que no podemos ver las cosas que pasarían si nuestra existencia fuera distinta; a veces nuestra vida no es tan estrambótica como la de otras personas con las que nos comparamos, parece que la nuestra se queda en algo vulgar, en la que no hay ni luces ni sombras.
Pues pon un poco de magia tú y atrévete a pensar cómo sería la vida de los tuyos sin ti, sin tu abrazo, sin tu palabra de ánimo, sin la llamada a la que nunca diste importancia pero que ayudó a curar a la persona que te pidió ayuda. A veces somos tóxicos y hacemos enfermar a los demás con palabras y pensamientos “rumiantes”, pero también hay otra forma de ser curativa, gente que te dice: “adelante, atrévete”, aunque ellos estén esperando lo suyo, pero lo suyo es lo tuyo. Es decir, el tren pasa todos los días, la vida rutinaria de Shrek se convirtió en la obsesión de volver a ella. Y la de George también, sólo llamaba a gritos a Mary y a sus hijas, cuando creyó no verlas más.
Vive tu vida, tu momento, eres más importante de lo que crees, no hacen faltan grandes proezas, tu gran proeza está en ti, cuando salgas con una sonrisa, es tan beneficioso para ti como para los demás. Tú eres esa gran promesa. Tú y sólo por ti.
Feliz mes de agosto, y que la magia nos haga ser los más felices del mundo. Desde la mecedora.
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