Hace cerca de un año que no le veo pero, al volver a coincidir, compruebo que está exactamente igual. Afable, complaciente, provocador, Nacho Vigalondo se muestra tal cual es ante el grupo de periodistas que se concentra en el Hotel Ayre Astoria Palace de Valencia. La sala es espléndida, pero tenemos el infortunio de coincidir con el partido de fútbol del Mundial Alemania-Estados Unidos. Mientras tenemos el encuentro con Vigalondo, debemos acostumbrarnos al suspiro agónico del grupo de turistas germanos que comparten espacio con nosotros, compatibilizando nuestra conversación con constantes arengas y pitidos. Pero el cine español es así, acostumbrado a lidiar con lo más variado, esta vez, en forma de hinchas de bandera roja, negra y amarilla. Le pregunto jocosa cómo es posible que fuera capaz de rodar Extraterrestre sin que ningún ser de otro mundo hiciese su aparición en todo el metraje, y de presentar ahora Open Windows, una película que emula suceder en Texas sin salir de Getafe y Pozuelo. Vigalondo responde divertido, señalando que “Hollywood se está perdiendo un filón” con él, ya que sería capaz de rodar Transformers “y conseguir que las máquinas abandonasen el transformismo”, o planificar la séptima entrega de Star Wars con Han Solo escayolado, en lugar de frenar el rodaje porque Harrison Ford haya sufrido un accidente.
Imagen de Nacho Vigalondo hablando de “Open Windows”, película distribuida en España por eOne Films Spain © 2014 Atresmedia Cine, Apaches Entertainment y Wild Bunch. Todos los derechos reservados.
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En plena promoción de Open Windows, Vigalondo narra lo que para él ha sido un rodaje infernal, en el que los editores debían enfrentarse a “siete horas de vídeo grabadas, sin un solo corte de cámara”, lo cual presagia, para el director, que “un nuevo género de película haya nacido, y acabe de morir”. Pese al esfuerzo físico y psíquico que ha invertido en llevar a cabo su nueva cinta, Vigalondo mantiene su amor incondicional al cine, confesando que le sigue gustando ir a las salas para ver películas: “me gusta ir al cine no tanto por el tamaño de la pantalla, como por la experiencia colectiva que implica. El día del mañana nos costará explicarle al niño del futuro cómo era ir a ver una comedia y que todo el mundo se riera, o ir a ver una película de terror y que todo el mundo experimente un susto al mismo tiempo. Es complicado explicar la sensación de compartir espacio con gente desconocida para ver una película”.
La conversación adquiere tintes más serios cuando los derroteros se dirigen hacia Sasha Grey, protagonista de Open Windows que lastra el signo de haberse dedicado al cine pornográfico: “he comprobado cómo el público masculino proyecta violencia hacia ella, preguntándose cómo se atreve a dedicarse a un cine que no sea porno. Lo he vivido como director. Existen algunos foros de Internet en los que a lo mejor alguien habla de la exaltación de la subcultura norteamericana de Scorsese en El lobo de Wall Street, y de repente, al llegar a Sasha Grey, tan solo dicen necedades como “qué culo más grande”. Pero no lo entienden, esa actitud les define a ellos, no a Sasha”. Con respecto a lo “arriesgado” de contar con ella, Vigalondo se muestra contundente: “no puedo rodar ni vivir en función de lo que digan los gilipollas. Van a serlo haga lo que haga. Les diría que Sasha ha transformado la industria de la pornografía con su presencia, que tras ella hay un antes y un después; de hecho, tiene muchas fans femeninas, ha hecho un porno femenino pero no soft, no delicado ni de gasas, tiene una actitud muy hard-core. Además, pensar en lo que esos tipos de Internet dicen sería como andar mirando los cubos de basura y dejar de mirar el sol”.
Imagen de “Open Windows”, película distribuida en España por eOne Films Spain © 2014 Atresmedia Cine, Apaches Entertainment y Wild Bunch. Todos los derechos reservados.
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Admite que la actriz, al igual que Elijah Wood, le gustó desde el primer momento: “fue una suerte tremenda contar con ella. Escribí el guion antes de que llegara y me gustó lo que ella podía aportar al personaje desde su propia identidad. Ella es una mujer que ha hecho escenas muy duras, muy bestias, pero no desde la perspectiva de víctima tan habitual del cine porno, por triste que sea, en el que es tan frecuente violaciones, sometimiento y violencia. Ella siempre ha estado por encima de eso, teniendo el control, igual que en la película. Por lo tanto: Sasha 1, pajeros: 0”. Seguimos incidiendo en el mismo tema y Vigalondo, se muestra todavía más revelador: “siempre hay una tía que todos los hombres odian pero que a todos excita. Es el tipo de amor que se le tiene, por ejemplo, a Miley Cyrus, Kate Moss o Lindsay Lohan. Siempre hay una chica a la que colocamos en una pira para quemar, pero no del todo, porque nos pone a todos. Es una extraña relación entre el amor y el odio decadente. Nos reímos de esas chicas y de su deterioro, como pasó con Amy Winehouse. El algo extraño, lloramos su muerte mientras decimos que se lo merecía. Estamos haciendo el ridículo, en el futuro las próximas generaciones se van a reír en nuestra cara”.
Imagen de “Open Windows”, película distribuida en España por eOne Films Spain © 2014 Atresmedia Cine, Apaches Entertainment y Wild Bunch. Todos los derechos reservados.
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El partido de fútbol sigue adelante y, entre sobresaltos, Vigalondo nos explica el motivo de la elección de Elijah Wood: “desde que escribí el guion pensé en él, en sus ojos azules de persona frágil, como enManiac o Sin City. Sabía que lo iba a hacer bien”. En el fragor de la batalla entre alemanes y americanos, hablamos precisamente del cine estadounidense, de la inversión que implica llevar a buen puerto una película: “Me río yo de Gravity o de Avatar, ya ves tú, recrear unos pitufos en la selva… Me gustaría verlos buscar calles en Getafe que se pareciesen a Austin, porque la película no fue rodada en Estados Unidos, sino en Getafe, y los fondos tenían que casar con aquello. No quiero ni contar lo difícil que es que los fondos de Getafe parecieran Texas, y lo complicado que también es que Texas pareciera Getafe”.
La charla va terminando pero todavía le da tiempo para hablar de sus próximos proyectos: “de mi próxima película no puedo contar mucho porque aún no está montada. Eso sí, es la primera película con monstruos, algo que me hacía mucha ilusión… Todos tenemos un monstruo dentro. Además es una película contada desde un punto de vista femenino”. Antes de abandonar la sala, Vigalondo nos regala una total declaración de intenciones, que no de amor: “me gusta hablar del corazón en términos no abiertamente positivos, porque el amor no acaba con un beso. El amor me da miedo y desconfianza. En la vida está bien, pero en el cine es un instrumento para la demagogia. A todos nos gusta Ghost pero ¿a un genocida? No quiero que tenga gustos comunes. Por eso empleo instrumentos más complejos como la empatía, hay pocas películas que hablan del valor de empatizar con alguien que no seas tú. El amor es un sentimiento sucio porque busca algo, la empatía es más sofisticada, no hay beneficio de por medio. El amor es basura al lado de eso”.
El partido Alemania-Estados Unidos llega a su fin en el Arena Pernambuco. En Valencia, ajenos al éxito alemán, tenemos el convencimiento de que si alguien ha ganado, ha sido el cineasta de Open Windos. Ya saben el resultado: Vigalondo: 1, intolerancia: 0.
3 comentarios
Ana 9 julio, 2014 at 5:15 am
Estupenda entrevista!
Mr. Kaplan 19 julio, 2014 at 9:10 am
Atractiva entrevista, sobre todo porque está planteada como la propia película «Open Windows»: varios actos simultáneamente reclaman nuestra atención, en este caso el fútbol y Vigalondo. Coherencia entre forma y contenido. Y declaraciones muy apeticibles… una pena no haber estado allí cuando la presentó.
Lucía Tello Díaz 19 julio, 2014 at 12:15 pm
Qué apreciación más adecuada, Mr. Kaplan, es totalmente cierto, la experiencia encaja con la propia estructura de la película.