encantadaDirección: Kevin Lima
País: Estados Unidos.
Año: 2007.
Duración: 90 min.
Género: Comedia, animación
Interpretación: Amy Adams, Patrick Dempsey, James Marsden, Timothy Spall, Idina Menzel, Rachel Covey and Susan Sarandon.
Guión: Bill Kelly
Productores ejecutivos: Chris Chase, Sunil Perkash, Ezra Swerdlow
Productores: Barry Josephson, Barry Sonnenfeld
Música: Alan Menken & Stephen Schwartz
Estreno en España: 23 noviembre 2007

Quienes pensasen que las historias clásicas de Disney habían quedado postradas en el olvido, estaban equivocados, Enchanted, la historia de Giselle, irrumpe en la gran pantalla para demostrar que el ocaso del romanticismo no está, ni por asomo, cercano a su fin. Un país lejano, Andalassia, una joven en busca del beso de amor verdadero y un príncipe encantador son, como siempre han sido, los ingredientes esenciales de esta historia que, pese a ello, no es nada convencional y que, sin duda, acabará sorprendiendo al ingenuo espectador. Porque, ¿quién puede imaginar a una princesa en un contexto underground, que renace en carne y hueso desde una alcantarilla del nada impoluto suelo neoyorkino, que reúne a lo más granado de la aguerrida fauna autóctona de la gran manzana y, como no podía ser menos, baila al son de sus propios cantos para desconcierto de sus convecinos?

Y es que, recordemos, las manecillas del reloj del tiempo han marcado ya las doce del caduco siglo XX, renaciendo en su lugar un nuevo milenio capaz de dar al traste con lo más emblemático de los cuentos de hadas, para así, paradójicamente, evitar su extinción. Cómo si no se explicaría que las brujas fueran hoy en día más sensuales que malvadas, las princesas reclamaran de sus incondicionales amantes una cita previa al happy end, las hadas madrinas hayan mutado en omnipresentes tarjetas de crédito y los espejitos mágicos resulten ser rayos catódicos. No cabe espacio para la duda o el paroxismo, la juventud ha cambiado y la imaginería clásica con ellos.A golpe de mando a distancia y velocidades supersónicas, la industria del entretenimiento se ha visto obligada a reinventarse a sí misma sin más trampa ni cartón que el empleo creativo de los resortes de los que ya disponía. Así pareció verlo Kevin Lima, director de la cinta, quien después de participar en proyectos como La bella y la bestia o Aladdin, comprendió que la sociedad no era, ni por asomo, lo que venía siendo desde lejos. “Los niños están ahora acostumbrados a otro ritmo de narración” reflexiona este realizador norteamericano, sobre la juventud que hoy en día ha impuesto su particular forma de entender la acción. Motivado por el envite y crecido ante la adversidad que suponía este nuevo desafío, Lima se introdujo en esta laberíntica trama en la que la simplicidad ha fenecido a causa del tenaz empeño de una factoría que parece tener mucho que decir.

Como en todo cuento de hadas, en Enchanted no falta amor, ni maldad ni redención. Giselle –Amy Adams-, una joven dulce y angelical que clama por un príncipe que le dé un true-love-kiss, cae prendida del príncipe Edward –James Marsden-, un joven fuerte y vital que al conocer a Giselle, decide proponerle matrimonio de inmediato. La felicidad parece imperar en el reino de Andalassia hasta que la reina Narissa –Susan Sarandon- conoce los planes de su hijo de cederle el trono a una completa desconocida. Decidida a sabotear el compromiso a cualquier precio, el mismo día del enlace Narissa, transformada en anciana hedionda, empuja a Gissele por una fuente de poderosa fuerza que transporta a la desgraciada prometida a Nueva York, lugar donde no sólo perderá a Edward, sino también su bidimensionalidad. Perdida en una ciudad caótica, el único atisbo de humanidad lo encontrará en Robert Phillip –Patrick Dempsey- y su hija Morgan –Rachel Covey-, una auténtica fanática de los cuentos de hadas. Tan complementarios como dispares, esta triada descubrirá valores como la tolerancia, el respeto y el amor, al tiempo que verán derrumbarse los valores que hasta entonces parecían guiar sus respectivas vidas. Con una fotografía impecable y la maestría técnica suficiente como para combinar distintos formatos y géneros fílmicos, Enchanted, la historia de Giselle se presenta como una oportunidad ineludible de aproximarnos a los clásicos, al romanticismo y a la animación, todo ello aderezado con grandes dosis de autocrítica –la constante alusión a los imperdonables y recurrentes números musicales made-in Disney- y de parodia –léase la nueva versión de King-Kong o de La bella durmiente-. Finalmente, es Enchanted una película que recupera el ya tradicional recurso de la moraleja, y en la que se pondera la existencia de amigos que no te permitan caer, y en la que no se menosprecia la fuerza del que se presenta como más débil. Si no, que se lo pregunten a Pip.

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