Un dólar con ochenta y siete centavos. Ni uno más ni uno menos. Esta fue la cifra que necesitó William Sidney Porter, más conocido como O. Henry, para conmover el alma del lector un 10 de diciembre de 1905. Gloria y el renombre por un dólar y ochenta y siete centavos, no está nada mal.
La capacidad de O. Henry para construir historias no tiene parangón. Su tensión narrativa y la portentosa capacidad de dar giros inesperados sorprendieron a la América de un siglo XX que daba sus primeros pasos, y que no esperaba que aquel melancólico escritor de Greensboro pudiera conquistar su intelecto y su emoción en idénticas proporciones. Al igual que los finales de sus relatos, del todo imprevisibles, nadie podía vaticinar que un genio como O. Henry fuese a terminar sus días sumido en la pobreza, la desesperación y el alcoholismo. Quizá esto último no resultase tan asombroso, ya que su afición a la bebida venía de largo; no en vano, tenía O. Henry por costumbre sumergir la ideación de sus relatos en litros de alcohol. Paradójicamente, de este modo concibió uno de sus textos más sublimes, The Gift of the Magi (1905), una historia de amor y de entrega publicada en el periódico de Joseph Pulitzer, The New York Sunday World, que proponía una historia tan emotiva como cautivadora. Su éxito fue tan fulgurante que pronto llamó la atención al cine, que no haría esperar sus adaptaciones. La primera versión se estrenó bajo el título de The Sacrifice en 1909; siete años después, de nuevo el cine llamaría a las puertas del relato de O. Henry con Love’s Surprises are futile (1916), y un año más tarde con The Gift of the Magi (1917), todas ellas emocionantes y silentes.
Fue en 1952 cuando Henry King acometió la mejor adaptación de El regalo de los Reyes Magos hasta el momento, como parte de un proyecto colectivo de episodios titulado O. Henry’s Full House junto con Howard Hawks, Henry Hathaway, Jean Negulesco y Henry Koster. King aportó uno de los mejores segmentos de la cinta contando para ello con dos jóvenes intérpretes de prestigio, Farley Granger, habitual de Hitchcock por aquel entonces con La soga (1948) y Extraños en un tren (1951)-; y Jeanne Crain, destacada actriz de Que el cielo la juzgue (1945) y Carta a tres esposas (1949)-.
El cortometraje comienza con el escritor John Steinbeck narrando en off cómo O. Henry sostenía que fueron los Reyes Magos quienes iniciaron la tradición de regalar en Navidad, de ahí que también lo hagan los protagonistas de su historia. En una calle navideña, frente al Belén de un escaparate, un Santa Claus coloca un cartel en el que se puede leer el profético “Es más sagrado regalar que recibir”. Mientras, en el primer piso, un joven matrimonio prepara el desayuno del día de Nochebuena. Della (Crain) y Jim (Granger) son dos recién casados profundamente enamorados. La escasez de una vida sin lujos es compensada por su estoicismo y su humor, sabiendo que, ante las carencias, lo único que puede alimentarles es el respeto y la ternura.
Lo más valioso que Della posee es un cabello espléndido, constantemente alabado por su marido; mientras que el único objeto de valor de Jim es un reloj familiar, el cual merecería, a juicio de Della, una leoncina de platino acorde con su valía. Sin embargo, es Nochebuena y todavía ninguno tiene regalo para su pareja, mucho menos el que ambos creen que sus cónyuges merecen. El juego de peinetas de ella cuesta veinticinco dólares; la leoncina de él, veintidós con cincuenta. Lo poco que Della ha ahorrado es un dólar con ochenta y siete centavos, y resulta limitado lo que se puede hacer con tan irrisoria cifra.
No obstante, ambos tienen algo de valor que pueden vender para alcanzar los ansiados regalos. El cabello vuelve a crecer y siempre existe un prestamista dispuesto a comprar un reloj para pagar unas peinetas, aunque eso implique un enorme sacrificio y la pérdida de parte de sí mismos.
Impecablemente rodada por Henry King, su fotografía en blanco y negro resulta de una belleza incomensurable, y sus encuadres, sobrios y certeros, sitúan al espectador más allá de la empatía, al límite de la identificación con Della y Jim. En apenas 22 minutos, el director de La canción de Bernadette (1943) y Las nieves del Kilimanjaro (1952) despliega todo su bagaje cinematográfico para ofrecer, pese a su corta duración, uno de sus mejores trabajos.
El regalo de los Reyes Magos es, sin lugar a dudas, una de las historias más célebres de O. Henry y una de las más adaptadas al cine, apareciendo periódicamente una nueva cinta que revisa sus presupuestos y los adapta al tiempo contemporáneo. Dary magów (1972), The Gift of Love (1978), I’ll not be a gangster, love (1978), Raincoat (2004, Rituparno Ghosh), Darovete na vlahvite (2013) o The Gift of the Magi (2014) son solo algunos de los títulos de distintos países y diferentes décadas que han homenajeado la capacidad de sacrificio y de amor de los personajes de O. Henry, entregándonos con ellos una historia conmovedora y entrañable acerca de lo que es y debería ser la Navidad.
* Lucía Tello Díaz es autora del capítulo O. Henry’s Full House dentro de la obra El universo de Howard Hawks (2018) de la Editorial Notorious, junto con otros autores como Miguel Marías, Eduardo Torres Dulce, Gerardo Sánchez, José Luis Sánchez Noriega o Carlos Marañón.
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