Título original: The Hitman’s Bodyguard
Director: Patrick Hughes
Guion: Tom O’Connor
Reparto: Ryan Reynolds, Samuel L. Jackson, Salma Hayek, Gary Oldman, Elodie Yung, Joaquim de Almeida, Kirsty Mitchell, Joséphine de La Baume, Sam Hazeldine, Joelle Koissi, Barry Atsma, Abbey Hoes, Halima Nagori, Karl Farrer, Mikhail Gorevoy.
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos (coproducción con China Bulgaria y Holanda).
Música: Atli Örvarsson
Fotografía: Jules O’Loughlin
Productora: Summit Entertainment, Millennium Films, Campbell Grobman Films, Skydance Productions
Género: Acción, comedia.
Año: 2017
Estreno en España: 25 de agosto de 2017
Imagínense una buddy movie que fusiona Kingsman con El mariachi; añádanle trazas de El pacificador y sumen, efectivamente, un ápice de El guardaespaldas. Ahora entrégueles el protagonismo a Ryan Reynolds, Samuel L. Jackson, Gary Oldman y Salma Hayek. Que el resultado es una extraña mezcla no se lo voy a discutir, pero eso es, justamente, lo que entrega El otro guardaespaldas, una hilera de excesos hasta lo inenarrable que, sorpresivamente, conforma una película entretenida de una manera muy particular. No esperen grandes giros dramáticos, ni una cinta que vaya a hacer cambiar su concepción del arte cinematográfico; el enfoque y la temática de The Hitman’s Bodyguard no van a hacer tambalearse los cimientos del cine. Pero no tiene por qué hacerlo. Porque esta comedia de Patrick Hughes es simple y llanamente una historia ilógica que cuenta con una acción trepidante. Desmedida e irreal, es cierto, pero trepidante.
Michael Bryce (Ryan Reynolds), es un guardaespaldas ‘triple A’. Delincuentes de altas esferas y unos cuantos mafiosos conforman la trouppe de sus protegidos. Su cometido es, precisamente, evitar que a personas de muy baja caladura moral le sea infligido ningún daño, aunque los que quieran vengarse sean buenos muy buenos, y sus clientes malos muy malos. Puro maniqueísmo. El asesinato de uno de ellos hace que Michael caiga en desgracia, siéndole asignados casos de menor envergadura, algo que lleva como una abominación insoportable. Cuando Amelia Roussel (Elodie Yung), una agente de la Interpol, y otrora novia del guardaespaldas, deje en sus manos la protección de Darius Kincaid (Samuel L. Jackson), un asesino a sueldo sin escrúpulos, recuperar su ‘triple A’ será una tarea imposible. Con la misión de llevarle al Tribunal de la Haya para que testifique contra un ex dictador bielorruso (Gary Oldman), de inmediato descubrirá la dificultad de su cometido. Perseguidos por una guerrilla violenta y militarizada, y por un grupo de infiltrados en la patrulla internacional, su recorrido por Europa no estará exento de sangre, accidentes, torturas y persecuciones.
Aunque pueda parecer una simple parodia repleta de gags y buenos golpes de humor, la banalización de la violencia en El otro guardaespaldas es más que evidente. Llega a tal grado de exageración sanguinolenta que el espectador, lejos de acostumbrarse, comprende el carácter de pantomima de su planteamiento, burlesco y descabellado. Lo mismo sucede con el vocabulario soez de sus personajes, especialmente el de Sonia Kincaid (excelente y desmedida Salma Hayek), dispuesta a encadenar decenas de improperios sin vacilar.
Es quizá el elenco el mayor acierto de la película, y es que el inmenso atractivo de sus personajes hace olvidar algún que otro sinsabor; sin Samuel L. Jackson, Salma Hayek, Ryan Reynolds o el excelso Gary Oldman, sería complicado digerir semejante dosis de desafueros y violencia, por muy buena que fuera (que también lo es) la fotografía de Jules O’Loughlin o lo atinado de algún que otro golpe de guion.
Otro de sus aciertos de El otro guardaespaldas es su trama, de la que desprende un dilema ético de alto voltaje (quién es mejor, aquel que protege la vida de un malvado o aquel que se la arrebata por el bien de la humanidad), aunque en su misma consecución la cinta se olvide de su propia ética. Y es que ¿realmente es necesaria tanta banalización de la violencia para confeccionar una dosis mortal de entretenimiento?
Véanla y juzguen ustedes mismos. Les gustará la película, aunque pueden odiar que les haya gustado.
Deja un comentario