El primer paso para llegar a cualquier lugar es decidir que no vas a quedarte donde estás actualmente.
Leonardo DaVinci.
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Estrenamos mes y, con él, proponemos la reflexión sobre una nueva película: El hombre del saco (2023, Ángel Gómez Hernández). La película nos lleva a Gádor, una pequeña localidad de Almería, a donde Claudia (Macarena Gómez) lleva a sus tres hijos: Sergio, Alicia y Lucas. La madre se ha quedado viuda y en el pueblo ve más oportunidades de criar a sus hijos. Los dos mayores enseguida hacen amigos, nada más llegar sus vecinos, hijos de un matrimonio al que se oye constantemente discutir, les invitan a ir en bicicleta a conocer el pueblo.
Como Claudia es enfermera, delega en Alicia el cuidado de su hermano menor, Lucas, porque es reservado y le cuesta hacer lazos de amistad, prefiriendo la soledad de su cuarto o casa.
En una de sus escapadas, ven una casa e intentan vivir una aventura. Su vecina les explica que hace años hubo un hombre, muy amigo de las artes oscuras, que enfermó de tuberculosis. Al no haber cura, decidió buscar a niños para salvarse con su juventud.
Con miedo, los niños entran en la casa y se encuentran con Quino (Manolo Solo), quien les explica más extensamente la historia de este personaje. Y los niños van desapareciendo. Pero la historia es para vosotros.
Esta película, que surge del mito del hombre del saco, en principio está basada en hechos reales, los que sucedieron en junio de 1910 en Gádor. A partir de estos sucesos, esta película desarrolla su historia, que nos sirve para hacer honor al misterio y al terror en este mes de Halloween.
Sin embargo, debemos centrarnos en otro aspecto fundamental de la película, el concepto de culpa, una emoción que nos provoca incomodidad y un efecto doloroso, el del incumplimiento de algo que genera daño a los demás. La película nos habla de niños con esa emoción, la cual cae en manos de un monstruo, que a veces es externo, pero otras interno.
La intervención de los padres o personas preparadas para ayudar y devolver la paz interior es imprescindible para poder restituir el camino. Por eso: el primer paso para llegar a cualquier lugar es decidir que no vas a quedarte donde estás actualmente.
Feliz mes de octubre. Con todo el cariño, desde La Mecedora.
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