No es la carne y la sangre sino el corazón, lo que hace padres e hijos.
Friedrich Schiller
Queridos amigos de Todo Es Cine:
Un placer volver a estar con todos vosotros. Comenzamos un nuevo mes con una preciosa película, Verano 1993, ganadora de tres premios Goya incluidos los de Mejor Dirección novel (Carla Simón), Mejor Actriz revelación (Bruna Cusí) y Mejor actor de reparto (Javier Verdaguer).
La opera prima de Simón nos lleva a la Barcelona de la época, donde la pequeña Frida (Laia Artigas) juega con sus amigos en la calle. Ese mismo verano ve cómo todo su pasado se va yendo con su pequeña maleta, donde le cabe toda una vida. Su madre ha muerto víctima del sida y, aunque en Barcelona están sus abuelos y tíos, su madre dejó escrito que se fuera a vivir con su hermano Esteve (Javier Verdaguer) y la mujer de este, Marga (Bruna Cusí). Ellos viven en un paisaje completamente diferente, en la sierra, rodeados de montañas y con una vida idílica, aunque aburrida para una niña acostumbrada al ritmo de la ciudad.
Cuando Frida llega es tratada con mucho amor, pero también con normas, algo a lo que no está acostumbrada, pues sus abuelos y familia, por todo lo que le había sucedido con sus padres, le trataban con mucha permisividad. El trabajo de su nueva madre (Cusí), que ya tiene a una niña más pequeña, Anna (Paula Robles), será enseñarles a las dos a amar, a respetar y a ayudar, para crecer sanas y felices.
Aunque todo parece ir bien, Marga no sabe si Frida tiene la misma enfermedad que su madre; a pesar de ello, nunca trata a la niña de manera diferente y, de hecho, las pequeñas comparten baño, habitación y juegos. Pero no todos son así, cuando va al pueblo y se hace una herida, madres y niños corren asustados para apartarse de su lado. Por eso la vida no será fácil para ninguno, Frida echará de menos a los suyos y su antigua vida; y los nuevos padres no sabrán cómo contener tantas emociones, emociones que siempre acaba pagando Anna, quien se lleva la peor parte a consecuencia del comportamiento de Frida. Después de la última analítica se demuestra que Frida no tiene la enfermedad, un pequeño respiro para la niña en un verano que sigue y que le trae una nueva vida. Pero eso, como siempre, os lo dejo a vosotros.
Verano 1993 es una película extraordinaria que, aunque a priori pueda parecer sencilla, es realmente trágica. En esta historia autobiográfica de la propia Carla Simón, la directora hace un repaso a ese verano en el que le cambió totalmente la vida. Los nuevos padres, a pesar de su paciencia y de las buenas intenciones que muestran al querer construir una familia, tendrán que hacer frente a un doble trabajo, el de superación del duelo de la pequeña y el de encarar la dificultad de una situación que les convierte nuevamente en padres primerizos.
Por eso, y como reza la máxima, no es la carne ni la sangre sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos. Os la recomiendo.
Con todo el cariño, feliz marzo desde la Mecedora.
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