Siempre puedes conseguir una mala página, pero no una página en blanco.

Jodi Picoult

Queridos amigos de Todo Es Cine:

Un placer volver a estar con todos vosotros. Se acaba el año y empezamos otro con toda la alegría de cambiar las cosas que no nos gustan, por eso hoy os voy a hablar de una película emblemática, El cebo (1958, Ladislao Vajda), basada en la novela de Friedrich Dürrenmatt.

Imagen de ‘El cebo’ © 1958 Chamartín, CCC Filmproduktion, Praesens Film. Todos los derechos reseravados.

La historia nos lleva a un bosque, donde un buhonero se tropieza con el cuerpo de una niña. Nervioso, se dirige al pueblo y, desde la taberna, donde todos le conocen, le miran con cara de sospecha. Él llama a la policía y la espera se hace tensa, el inspector Matthäi (Heinz Rühmann), a punto de dejar su puesto, debe afrontar esta historia y, en su intención de forzar una declaración de culpabilidad del buhonero, le recuerda que él ha estado presente en todos los asesinatos de niñas que, en los últimos años, se han dado en idénticas circunstancias.

Imagen de ‘El cebo’ © 1958 Chamartín, CCC Filmproduktion, Praesens Film. Todos los derechos reseravados.

Pero el hombre no aguanta al verse culpabilizado de algo que no ha hecho, así que Matthäi se ve en la obligación de ir a decírselo a sus padres. La madre de la niña le hace jurar que encontrará al culpable de la muerte de su pequeña, y toda la trama se centrará en la lucha del inspector por encontrar al depredador.

Imagen de ‘El cebo’ © 1958 Chamartín, CCC Filmproduktion, Praesens Film. Todos los derechos reseravados.

En su búsqueda acude a la compañera de clase de la niña, quien le enseña un dibujo que aporta un gran número de pistas. La niña, en su inocencia, fue plasmando con técnicas proyectivas todos los aspectos expresivos que darán pistas al inspector. Este llegará al pueblo, y allí encontrará a una niña tan parecida a la fallecida, que le solicitará a su madre que trabaje para él como ama de llaves. De esta manera, en la gasolinera que tiene alquilada, podrá colocar a la niña cerca de la carretera a modo de ‘cebo’ del asesino. La historia sigue, y es para vosotros.

Imagen de ‘El cebo’ © 1958 Chamartín, CCC Filmproduktion, Praesens Film. Todos los derechos reseravados.

La técnica que propone El cebo es grotesca, hoy en día sería impensable poner a una critatura como trampa para capturar a nadie, pero la película habla de unos tiempos en los que se carecía de toda ética. Sin embargo, el problema se mantiene. Por ello, antes de empezar el año, y aunque todo esto es ficción, podemos aprender una buena enseñanza. Lo bueno del cine es que se profundiza en la realidad mediante un aprendizaje vicario, un juego que termina cuando sales de la sala. Pero mediante ese aprendizaje nos vamos a acordar de los niños, los protagonistas de estas fiestas, aquellos que deben ser felicies y hacerse adultos bajo nuestro cariño y protección; de esos niños será el futuro, el presente y la vida. Los niños a los que queremos tanto.

Por eso, y por ellos, está escrito este artículo, para que el año que viene sea verdaderamente positivo para todos.

Que seáis felices y consigáis esos sueños que tanto anheláis, pero luchemos por todos los niños, por todos, y aunque no consigamos avanzar mucho, poco a poco lograremos lo mejor para ellos. Por eso, siempre se puede conseguir una mala página, pero no una página en blanco.

Con todo el cariño, feliz 2019 y feliz enero desde La Mecedora.

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