En 1934 Louis B. Mayer, jefe supremo de la MGM, castigó a Clark Gable por pedirle un aumento de sueldo, cediéndolo a un estudio menor, a la compañía Columbia, para realizar lo que se suponía, una obra insignificante dirigida por Frank Capra. Se trataba de Sucedió una noche y tenía a Claudette Colbert como compañera de reparto. Columbia era, en comparación con las grandes Majors, un estudio muy pequeño, con pocos recursos como para ni siquiera tener a grandes estrellas en plantilla, por eso las demás compañías le “cedían” a sus estrellas. El estudio era conocido como “La Siberia de Hollywood”, un lugar donde ser desterrado, cinematográficamente hablando. Ninguno de los dos protagonistas estaba contento con el rodaje de esta película que terminó siendo un sleeper, una cinta de la que nadie espera nada y, sin embargo, termina siendo un éxito. Durante la grabación, Claudette Colbert pidió que se le aumentara el salario, lo que produjo que Frank Capra se viera obligado a realizarla apresuradamente para concluir lo antes posible.
Imagen de Sucedió una noche © 1934 Columbia Pictures. Distribuida en España por Columbia Tri Pictures. Todos los derechos reservados.
El argumento, en apariencia sencillo, expone la historia de la huída de una niña rica de las opresivas manos de su protector padre, un magnate que trata de anular la boda de su hija con un inútil y presuntuoso piloto. Durante la huída conoce al periodista en paro Peter Warne quien la ayudará para, a cambio, conseguir la exclusiva de la historia y recuperar su trabajo y prestigio. El viaje, en tono de comedia, pondrá a la pareja en todo tipo de trances, durante algunos de ellos deberán desempeñar el papel de matrimonio, con una sonada pelea que evidenciará las dotes interpretativas de ambos actores, sobre todo de Clark Gable el cual, en varias ocasiones, cambia de registro sin sobreactuaciones ni artificios interpretativos, demostrando la gran estrella que era. La tensión sexual entre los personajes aumenta según transcurre la narración con continuos tira y afloja. Sin ser conscientes ninguno de ellos, estaban creando un género nuevo, había nacido la comedia romántica, la primigenia, la propia de Estados Unidos, también conocida como screwball.
Imagen de Sucedió una noche © 1934 Columbia Pictures. Distribuida en España por Columbia Tri Pictures. Todos los derechos reservados.
En ella el personaje femenino es enaltecido, son mujeres fuertes, muchas veces divorciadas, ricas y enérgicas, saben lo que persiguen (casi siempre), y tienen tendencia a volver loco al personaje masculino. La acción es rápida y los diálogos ágiles y punzantes. Uno, de entre muchos, de los mejores ejemplos lo tenemos en La fiera de mi niña (Dir. Howard Hawks, 1938) con la gran Katharine Hepburn y Cary Grant como protagonistas. La película de Capra fue muy bien acogida, tanto por el público como por la crítica, haciéndose con cinco grandes premios de la Academia: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Adaptado, Mejor Actriz y, por supuesto, Mejor Actor. Algo que ninguno de los involucrados en el proyecto, ni nadie en general, esperaba, recordemos que era un castigo.
Sin embargo, terminó siendo mítica. Como algunas de las escenas que aún siguen estando presentes en la memoria audiovisual, como la famosa en la que Colbert enseña la pierna para parar un coche. Si en la actualidad continúa siendo memorable y recordada, hay que imaginar lo que supuso para la época, una etapa más puritana y con códigos éticos como la década de los 30. También digno de mención es el torso desnudo de Gable en la habitación, donde aparece sin camiseta interior. Que un galán de Hollywood no vistiera dicha prenda hizo caer sus ventas, hasta el ridículo punto de ganarse una demanda.
Imagen de Sucedió una noche © 1934 Columbia Pictures. Distribuida en España por Columbia Tri Pictures. Todos los derechos reservados.
Una cinta inolvidable, insólita, en la que había depositadas pocas expectativas, una supuesta obra menor de un pequeño estudio que terminó por ser un hito en la historia del cine, donde tiene un puesto importante, está ahí entre las grandes, pues pese a pertenecer a la comedia romántica, un género infravalorado, es una de las grandes, como otras tantas de esta variedad cinematográfica.
Deja un comentario